Marta, Rocío, Álvaro y Daniel son cuatro jóvenes residentes de Medicina de Familia y Comunitaria, y desde que se están formando en las consultas de los centros de salud tienen claro que su elección por esta especialidad es más que acertada. Todos ellos consideran que esta manera de ejercer la Medicina es la más cercana a los pacientes, y no solo a ellos, sino también a sus familias. Lamentan que sea la gran desconocida y no esté lo suficientemente valorada.
Hace unos días, Marta Cano, Rocío Herrera, Álvaro Delgado y Daniel Correa participaban en el encuentro regional de jóvenes MIR que organizaba en Salamanca la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SOCALEMFYC). Ellos son el ejemplo de muchos otros compañeros a la hora de defender una especialidad “poco conocida”, como argumentan, y que consideran la más cercana al paciente. Algunos lo tenían claro desde el principio, que su vida como profesional médico la querían pasar en un centro de salud; otros, al comenzar a formarse en las consultas, se reafirman en su decisión.
Marta Cano, residente en Valladolid, es de las que lo tenía claro. “Cuando empecé a estudiar el MIR decidí que quería hacer Familia al ver las especialidades que había, y era la que más me gustaba”, cuenta. ¿Sus razones? Las detalla con claridad: “Vi que era la Medicina pura y dura, puedes ver igual un oído o una tripa, eso es muy importante, y coge desde los niños más pequeños a los más mayores”, subraya Cano. Ella considera que es la práctica médica más cercana, porque “conozco al paciente por su nombre, a sus hijos, sus padres, a los abuelos, estás en sus casas, me parece una especialidad muy completa”.
Esta residente lamenta que la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria sea la gran desconocida. “Ahora se empieza con el plan y a meter una asignatura, pero para mí, siendo la de primera línea, está olvidada y no conocemos lo que es la Medicina de Familia de verdad”.
La Medicina más real
También en Valladolid se está formando como médico de Familia Rocío Herrera, que confiesa que eligió esta especialidad porque es una enamorada de la Atención Primaria, “y era mi primera y mi única opción, realmente”, y sus razones las tiene más que claras. “Lo vemos todo; no vemos un pulmón o un corazón, vemos a un paciente, vemos un todo y somos su médico de confianza, al que van a venir y con el que siempre van a contar y al que van a acudir en cualquier momento que lo necesiten”. Herrera precisa que es un trato muy cercano y que la relación médico-paciente que tiene un médico de familia no la tiene casi ningún especialista. “Es la Medicina más real, en la que en tus manos tienes tu fonendo y poco más, no necesitas ni resonancias ni pruebas para ir orientando un poco al paciente y ver qué es lo que le pasa”.
Otro ejemplo de lo que piensan los jóvenes MIR de Medicina de Familia es el de Álvaro Delgado, que eligió esta especialidad porque con ella tiene una visión global del paciente. “En Oftalmología yo veo el ojo, pero si me pregunta por otra cosa, ya no es mío, es de otro especialista; nosotros tenemos que hacer un abordaje integral del paciente, desde el principio hasta el final, y no solo del paciente, sino también de la familia, que es de lo que se trata”, argumenta.
Álvaro también resalta el abordaje preventivo que se produce en las consultas de Atención Primaria. “Nosotros intentamos prevenir que se produzca la enfermedad, y es una fase importante en nuestra especialidad; hacemos también cirugía menor y ecografías en los centros de salud, y es algo que motiva mucho”. Para este joven, es muy gratificante no solo pasar consulta, sino “tener un pequeño hueco, aunque es difícil por la presión asistencial, para hacer cirugía menor o ecografías”.
Este residente precisa que la especialidad ha tenido mala prensa, “porque tradicionalmente era la especialidad de segunda clase en cuanto a la Medicina, uno siempre quería ser cardiólogo o traumatólogo, pero a mí me gusta desde el principio la de Familia, porque tienes un acceso a los pacientes, y aunque a veces sobre-consultan, para eso estamos nosotros, para orientar la patología y el abordaje fundamental que hacemos”.
Más empatía y confianza con los pacientes
Desde su experiencia, asegura que en ocasiones los pacientes se acercan a la consulta para que los médicos de Familia les expliquen lo que les han dicho otros especialistas del hospital, porque no les han entendido bien. “Es mucho más cercano, o nos piden opinión, se produce una empatía y confianza que no se da en otras especialidades en las que ves a los pacientes puntualmente, o en una revisión anual o cada seis meses”, narra. Álvaro recuerda que en los centros de salud ven a los pacientes hasta cuatro o cinco veces al mes, o lo que haga falta, “es mucho más cercano”.
Por último, Daniel Correa, reconoce, al igual que sus compañeros de vocación por la Medicina de Familia, estar encantado con esta especialidad. “Me estoy llevando una grata sorpresa, creo que es una especialidad que hace falta potenciar, que debería de ser un poco más larga, además de ser poco desconocida, y que debería ser el pilar de la Medicina, como ocurre en el norte de Europa, donde los médicos de Familia son los más importantes”.
Asimismo, precisa que la especialidad también ha estado mal vista entre los compañeros. “Como es la que deriva siempre… Pero me estoy llevando muchas sorpresas; ves a tutores que son médicos de Familia que saben un montón y que muchas veces dicen que creen que el especialista del hospital se ha equivocado”, detalla. Daniel apunta que su especialidad es muy amplia, “te da para mucho, y puedes llegar hasta donde tú quieras, eso depende de uno mismo”.
Durante las jornadas regionales de MIR de Medicina de Familia han participado en diferentes talleres, como en el de RCP básica y avanzada o en los de elaboración de un CV o la ética.
Imágenes de las jornadas regionales de los MIR de Medicina de Familia que han tenido lugar en Salamanca el 26 y 27 de junio:
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