Coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de Próstata, los especialistas que se reúnen en el LXXX Congreso Nacional de Urología han analizado la situación actual de la enfermedad, de la que se diagnostican 22.000 nuevos casos en España cada año. Detectados a tiempo, estos tumores registran una alta tasa de supervivencia, superior al 90%. Sin embargo, las opciones terapéuticas para los pacientes con cáncer avanzado eran muy escasas hasta ahora. En los dos últimos años se está produciendo “una revolución” gracias a los nuevos tratamientos hormonales.
Así lo ha asegurado el doctor José Manuel Cózar, presidente de la Asociación Española de Urología (AEU), durante la presentación del encuentro científico, que reúne en Salamanca a cerca de 1.000 urólogos en torno a un intenso programa centrado en la exposición de los últimos avances sobre el diagnóstico y el tratamiento de las principales patologías urológicas.
Entre ellas destaca el cáncer de próstata, el más prevalente en el hombre y el segundo en mortalidad. Según un estudio iniciado por la AEU en 2010 para analizar la realidad de esta enfermedad a través de la participación de 24 hospitales públicos del país y más de 4.000 varones, nueve de cada diez tumores prostáticos se diagnostican en fases tempranas, lo que hace que la supervivencia global de los pacientes que han sido tratados sea superior al 92,4% a los tres años. “El mensaje que nos gustaría que llegara a los pacientes es que los urólogos estamos preparados y tenemos nuevos tratamientos para curar la enfermedad. Nos preocupan mucho los casos de cáncer de próstata metastásico, para lo que había poco o nada. Pero desde hace uno o dos años han aparecido nuevas moléculas que aumentan significativamente la supervivencia libre de enfermedad. Y no es quimioterapia, sino un tratamiento hormonal intracelular con mínima toxicidad que permite prolongar la supervivencia de los enfermos con metástasis”, ha destacado el doctor Cózar.
Como ha explicado el especialista, “estas moléculas -abiraterona y enzalutamida- son comprimidos que realizan un bloqueo hormonal intracelular, es decir, hacen que las células del tumor se bloqueen”. De este modo, aunque no es posible “curar” a un paciente con cáncer de próstata metastásico, se consigue retrasar la enfermedad sin la toxicidad asociada a la quimioterapia, es decir, “alargar, con buena calidad de vida, la supervivencia de los enfermos”.
Aumento de la supervivencia
El presidente de la Asociación Española de Urología ha señalado que estas opciones terapéuticas ya se han empezado a utilizar en España. “La abiraterona está aprobada desde hace algo más de un año y la enzalutamida ya se va a autorizar, para comenzar a usarla después del verano”, ha indicado el doctor José Manuel Cózar, que ha expuesto que los ensayos clínicos con estas moléculas han demostrado “una diferencia significativa” en cuanto a supervivencia con respecto a los afectados que no recibieron este tratamiento.
No obstante, los especialistas han insistido en la importancia de que los tumores de próstata se diagnostiquen de forma precoz, que es lo que garantiza un mejor pronóstico. Para ello, han recordado la necesidad de que los varones se sometan a revisiones periódicas a partir de los 50 años, o incluso antes, si tienen antecedentes familiares o sus niveles de antígeno prostático en sangre (PSA) son elevados. Así lo ha resaltado el doctor Miguel Unda Urzáiz, coordinador del Grupo de Trabajo de Urología Oncológica de la AEU, quien ha hecho referencia a la controversia que rodea esta determinación analítica que, junto con el tacto rectal, pone en alerta al urólogo sobre la posible existencia de un tumor.
Controversia sobre la PSA
“Los grupos que estudian la conveniencia de generalizar este tipo de screening dicen que no es adecuado debido a su baja especificidad, que hace que diagnostiquemos tumores de bajo riesgo que a lo mejor nunca hubieran dado problemas y que, sin embargo, se tratan, con los consiguientes efectos secundarios asociados. Pero sabemos que las revisiones con PSA han disminuido la mortalidad por cáncer de próstata, de modo que no será tan malo. Antes de que se generalizara el uso de este análisis en las consultas, en los años 90, el 80% de los diagnósticos se producía en fases avanzadas, mientras que ahora casi todos los tumores se detectan en estadios iniciales, y sólo el 5% se diagnostican cuando ya se ha producido metástasis, según se demuestra en el Registro Nacional de Cáncer de Próstata”, ha manifestado el doctor Unda Urzáiz.
“Somos conscientes de que a veces podemos tratar tumores de bajo riesgo que nunca hubieran dado problemas; por eso sería beneficioso tener marcadores que diesen respuesta a este problema. En este momento no la tenemos, pero se están desarrollando programas de vigilancia activa para seguir a pacientes en los que creemos que su cáncer no va a causar problemas, o de terapia focal, para tratar sólo la parte de la próstata afectada”, ha añadido.
En esta línea, el doctor Francisco Gómez Veiga, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de Salamanca y miembro de la AEU, ha señalado que uno de los retos a los que se enfrentan los especialistas actualmente es, precisamente, “diferenciar los tumores de próstata que pueden ser agresivos y los que no”, aunque ha reconocido que por el momento no existen las herramientas necesarias. De hecho, en estos momentos se trabaja en el desarrollo de nuevos marcadores que mejoren la especificidad del PSA, y ya existen “varios test en investigación, no comercializados, que en un futuro próximo nos ayudarán a mejorar el diagnóstico”.
Este tipo de avances tienen especial relevancia en el caso de un cáncer de gran prevalencia, como es el de próstata. Como curiosidad, la doctora María Fernanda Lorenzo, uróloga del Hospital Universitario de Salamanca y presidenta del comité organizador del LXXX Congreso Nacional de Urología, ha comentado que si a los varones “se les hiciera una biopsia a los 100 años, todos tendrían cáncer de próstata, aunque una gran proporción de los tumores no tiene significado clínico”.
Pero esta enfermedad no es la única en la que profundizan estos días los cerca de 1.000 especialistas que asisten al encuentro organizado por la Asociación Española de Urología, una entidad longeva, que acumula “104 años de historia”. Lo cierto es que, como ha recordado el doctor Unda, “de los siete tumores más frecuentes, tres son urológicos: el de próstata, el de vejiga -el cáncer que más recursos sanitarios consume- y el de riñón, para el que existen pocas posibilidades de tratamiento, aparte de la cirugía, porque es resistente a la quimioterapia y a la radioterapia”. De los tres se hablará durante el encuentro, y también de patologías benignas de gran incidencia, como las de suelo pelviano, la disfunción eréctil o las infecciones de orina recurrentes, según ha explicado la doctora Lorenzo, que ha destacado la relevancia internacional de los ponentes que integran el programa.
Cirugía mínimamente invasiva
También se expondrán las novedades tecnológicas que existen en el ámbito de la especialidad, como “la cirugía percutánea mínimamente invasiva contra la litiasis”, que permite actuar contra los cálculos del aparato urinario “a través de la piel con instrumental muy fino”, o los avances en cirugía robótica, un campo en el que ha destacado la presentación del robot Da Vinci. “Este tipo de cirugía es una especialidad punteraen nuestro país; sin embargo, es importante que se generalice su uso en toda España, ya que todavía existen regiones que no cuentan con esta tecnología, entre ellas, Castilla y León”, ha afirmado la presidenta del comité organizador del congreso.
El robot supone un avance respecto a la laparoscopia clásica que aporta “muchas ventajas y un inconveniente, que es muy caro (unos dos millones de euros)”. Como ha señalado la doctora Lorenzo, “la visibilidad es superior para el cirujano, que opera desde un sillón separado del paciente, a través de unos dedales que manejan los instrumentos de laparoscopia y con una visión muy vívida” de la lesión. El resultado es una mayor precisión –Da Vinci también “evita el temblor del cirujano”- y una incisión menor -de uno a dos centímetros- lo que exige un menor tiempo de recuperación.
Según ha destacado el doctor Unda Urzáiz, en estos momentos sólo existen 26 robots en nuestro país, tanto en la Sanidad pública como en la privada, a pesar de que la técnica funciona desde hace una década en España. En relación al cáncer de próstata, enfermedad en la que la cirugía es la opción terapéutica más utilizada (casi el 37% de los casos), menos del 20% de las intervenciones quirúrgicas se realizan con este procedimiento. La mitad de los tumores se opera por vía abierta y el 30% restante, con cirugía laparoscópica convencional.
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