Conoce bien el hospital que lidera, porque antes de llegar a la cabeza del organigrama pasó por otros puestos de gestión, como la Subdirección y la Dirección Médicas. Raquel Martínez es poco dada a hablar en los medios, pero cuando lo hace ofrece un discurso directo y sin artificios. Sostiene que en una labor como la suya, en un ámbito como el sanitario, no pueden eludirse los problemas, de aparición constante. En sus palabras se percibe cierta satisfacción por lo conseguido, aunque afirma ser consciente de que en esto de la salud las mejoras nunca serán suficientes, ni deben serlo. Dice que el complejo hospitalario salmantino “siempre ha tenido proyectos que desarrollar”, por lo que está “en un continuo cambio, aunque no lo parezca”.
¿Qué ha supuesto para usted estar al frente del Hospital Universitario de Salamanca durante los últimos años?
Vine con la incertidumbre que supone siempre un cambio de trabajo y con un proyecto para tres o cuatro años. Pero llevo aquí muchísimos más, y estoy encantada, porque éste es un hospital en el que siempre hemos tenido proyectos que desarrollar, y esto es lo que hace que ni te estanques, ni te aburras, ni parezca que estás en el mismo hospital. Creo que se han dado cambios bastante profundos y estructurales y, en lo personal, estoy encantada en el hospital y encantada en la ciudad.
¿Esos cambios han venido marcados por la crisis?
Aunque no lo parezca, el hospital cambia más de lo que quizás desde fuera se puede apreciar. Hay cambios organizativos que se han producido en los últimos años. Por ejemplo, toda la atención que estamos dando desde el Hospital de Día, donde si antes se atendían entre 7.000 y 8.000 tratamientos, ahora se están atendiendo 14.000 o 15.000. Se trata de pacientes que antes estaban uno o dos días hospitalizados y que ahora no lo están. Además, más del 60% de las intervenciones quirúrgicas se hacen de forma ambulatoria, lo que proporciona más calidad al paciente, que se va a su casa el mismo día, y, al mismo tiempo, permite que la programación de procesos más severos nunca se vea interrumpida por no tener camas en Reanimación o en la UCI, algo que a veces ocurría hace años. Es otro problema que se ha solventado con el desarrollo de las unidades de Cirugía Ambulatoria, en las que los pacientes con procesos quirúrgicos menos severos despiertan en las propias unidades. También se ha trabajado muchísimo más el área de investigación, algo que ahora ha dado buenos resultados. Es un cambio continuo, con proyectos que estimulan y que mantienen vivo tu trabajo.
En una entrevista publicada en 2011 en El País expresaba su confianza en que, a pesar de la crisis, los resultados del hospital serían incluso superiores. Dos años después, ¿cree se ha cumplido aquel vaticinio?
En cuanto a los resultados del hospital quiero dejar las cosas claras, porque una cosa es lo que estábamos haciendo como actividad extraordinaria, es decir, con autoconcertación -las denominadas peonadas– y otra, lo que hacemos como actividad ordinaria, que es mayor con respecto a años anteriores. Y lo más importante es que la cartera de servicios no sólo no ha disminuido, sino que la hemos consolidado e incrementado. Cuando yo digo que vamos a estar mejor, no sólo me refiero a aspectos cuantitativos, de actividad, sino también a los cualitativos. En un hospital universitario es necesario tener en cuenta las cuatro patas que asisten la actividad: la asistencia, la docencia, la investigación y la seguridad y calidad del paciente. En investigación y en docencia está claro que estamos mejor que antes de empezar la crisis. Y en actividad, insisto, si excluimos la que se hacía como autoconcertación, la ordinaria es mayor que la de los años previos, tanto en consultas como en técnicas. A mí me parece que hemos sabido capear el temporal, y lo más importante es conseguir que el hospital siga siendo un centro de gran impacto en la docencia de la Comunidad, en la investigación… Todo eso hace que la asistencia que se ofrece sea de una calidad buena, tirando a excelente.
En aquella entrevista también comentaba que en ese momento delicado “los profesionales se preguntaban si tendrían que dar más por menos y los pacientes, si obtendrían menos por más”. Su respuesta fue que no, y aseguraba que de la crisis renacería el conocimiento. ¿Sigue pensando lo mismo?
Es que es así. Hemos aumentado la cartera de servicios, hace poco el Instituto de Salud Carlos III ha acreditado al IBSAL, algo que no sólo es bueno para el hospital, sino también para la ciudad y para los hospitales que nos rodean. Hemos puesto en marcha un Programa de Trasplante Reno-Pancreático que también ha sido acreditado como de referencia nacional. Pusimos en marcha un Programa de Trasplante de Riñón de Donante Vivo. Y no hay que olvidarse de los trasplantes de córnea y hematológicos. En el área de Hematología cada vez se atienden más pacientes de fuera, incluso de otras comunidades. En Pediatría tenemos todas las especialidades definidas: Nefrología, Neurología, Alergia, Neumología… La cartera de los distintos servicios ha ido variando para bien. En Urología y Ginecología se está desarrollando muchísimo la cirugía no invasiva… Ahora se me ocurren estos ejemplos, pero si pienso en cada servicio, seguro que hay algún cambio.
En este sentido, la Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) ha sido una apuesta clara y decidida de la dirección…
En este campo creo que hemos hecho un proyecto bueno y muy bonito, porque se ha conseguido dar un vuelco total al área quirúrgica en lo que son el ingreso y las intervenciones, de tal manera que ha cambiado totalmente el tipo de paciente que ahora tenemos hospitalizado. Cada vez se operan en cirugía ambulatoria patologías que no son tan banales, como ocurre en las áreas de Mama, Urología, Dermatología, Traumatología, Cirugía Plástica… En Oftalmología, el 99% de las intervenciones son de este tipo. Eso ha hecho que se pongan en marcha unos dispositivos en los que revisamos muchísimo más todos los indicadores de calidad, porque el paciente está solo unas horas ingresado y tenemos que saber lo que pasa en ese tiempo. Al mismo tiempo, se liberan recursos de hospitalización, lo que en un periodo de cinco o seis años nos ha permitido eliminar las terceras camas en las habitaciones del hospital, algo que ahora casi sería implanteable, pero que hace cinco o seis años era una realidad. En algunos servicios hemos podido, incluso, aumentar un poco las habitaciones de uso individual, aunque sean dobles. La tercera cama se ha eliminado en base a la cirugía ambulatoria. Por lo tanto, hay proyectos que no tienen un objetivo único, sino varios, y van encadenados.
Ha hablado de cierre de camas. Algunas plantas de Los Montalvos y del Hospital Virgen de la Vega que se cerraron coincidiendo con el verano no han vuelto a reabrirse…
Hemos cambiado un poco la organización en este sentido. Antes teníamos un número de camas y en verano hacíamos una reducción importante. Con el mantenimiento de otras estructuras, como la cirugía ambulatoria, el hospital de día y las consultas de alta resolución, que también evitan ingresos, lo que logramos ahora es que las camas funcionantes sean menos durante todo el año, aunque en verano se reduzcan un poco más. Es decir, la reducción en verano no es tan drástica, pero sí se mantiene un número de camas menor a lo largo de todo el año. El pasado verano, como se produjo la unificación de los servicios de Traumatología, se cerraron algunas plantas en el Virgen de la Vega que se han pintado y se han adecuado un poco. Algunas vuelven a estar en funcionamiento y otras no, como la novena.
Se ha llegado a comentar que esos espacios se podrían aprovechar para la creación de unidades de alta resolución o unidades de seguimiento. ¿Existe algún proyecto en este sentido?
Estamos trabajando en consultas de alta resolución, que permiten hacer las exploraciones necesarias y el diagnóstico en el mismo día. Así está funcionando, por ejemplo, la Unidad de Mama. También se ha iniciado la Consulta de Alta Resolución de Cardiología, que antes no funcionaba; en Otorrinolaringología también se hacen consultas de alta resolución; en Alergia, en algunas especialidades de Pediatría… Son consultas de alta resolución para determinados procesos. También tenemos desde hace unos años la UCAI (Consulta y Unidad de Atención Inmediata). Y otro proyecto que yo creo que será muy positivo es el de las Unidades de Continuidad Asistencial, dirigidas a pacientes mayores con pluripatología que ya tienen unos años de cronicidad.
¿En qué punto se encuentra este proyecto?
Está pensado que se desarrollen en el primer trimestre de 2014, pero no puedo decir fechas. Se están elaborando unos protocolos con los centros de salud y, por otro lado, desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria de la Junta se van a elaborar unos documentos que permitan detectar a esos pacientes. El objetivo primordial es que sean atendidos desde Atención Primaria, ya estén en su domicilio o residan en una residencia, y que acudan al hospital lo menos posible. Pero que si tienen que hacerlo, porque muchas veces se desestabilizan, sean atendidos en estas unidades. De lo que se trata es de tratar que estos pacientes se deterioren menos, y que cuando por algún motivo tengan que ser ingresados en el hospital, ese ingreso sea programado, evitando su acceso por el servicio de Urgencias.
¿Estas unidades tendrán una dotación específica?
Con lo que ya tenemos, nos tenemos que reorganizar. No puedo decir la fecha, ni cómo va a quedar toda la estructura, porque además es un proyecto que tenemos que trabajar con Atención Primaria. En el hospital tenemos que habilitar un espacio específico de consultas y, dentro de las unidades de Medicina Interna, unas camas reservadas para estos pacientes. Si desde Atención Primaria derivan a un paciente porque consideran que tiene que ser visto en el hospital, el enfermo se atendería en estas consultas y si el internista considera necesario un ingreso, un tratamiento o un periodo de observación de ocho o diez horas, se utilizarían esas camas. Pero el paciente no se quedaría en Urgencias. Es decir, lo importante es que se nos derive a los pacientes a esas unidades para que su proceso se resuelva de una manera más adecuada para su estabilización y para evitar su trasiego por la puerta de Urgencias.
¿Esta unidad estaría ubicada en la novena planta?
Estamos valorando alternativas.
¿El proyecto tiene algo que ver con las unidades específicas que tanto han demandado los geriatras?
La geriatra también participará en este grupo de trabajo. En este momento, Geriatría está haciendo una labor muy importante en Traumatología, con la unidad de Ortogeriatría. Los pacientes mayores que ingresan con facturas son valorados previamente por la geriatra, que decide cuándo se les puede intervenir. Y existe un compromiso con el servicio de Traumatología de opearar a estos pacientes a la mayor brevedad posible, de forma prioritaria, algo que se está consiguiendo en un alto porcentaje. De este modo, pacientes que, al estar una semana ingresados, podrían llegar a la intervención en unas condiciones no tan buenas, se están interviniendo en 24 o 48 horas y, además, con la atención de la geriatra, que les evalúa desde una perspectiva integral.
Hace unos meses se llevó a cabo una jubilación masiva y forzosa de facultativos que generó cierta polémica. ¿Cómo se ha afrontado esa situación?
Esto hay que verlo desde dos puntos de vista, y voy a ser sincera. Un hospital docente que todos los años tiene 300 especialistas en formación, no puede decir –yo por lo menos lo pienso así- que no tiene personas para sustituir una jubilación, porque entonces es que lo estaríamos haciendo fatal. Sólo hubo un caso para el que no teníamos sustituto, un cardiólogo infantil. Por otro lado, en los servicios afectados no hubo problemas asistenciales, porque lo que se hizo estuvo bien pensado. ¿Que hubo malestar porque algunas personas querían continuar? Es algo humano y también lo puedo entender, porque hay personas que se encontraban en condiciones de seguir trabajando. Pero tenemos que ser un poco coherentes. Si estamos empleando recursos públicos para formar médicos, no podemos decir que no tenemos personal para trabajar. El otro aspecto que se valoró en un momento de crisis, es que si teníamos que reducir un poco la plantilla, parecía más adecuado que se hiciera a través de jubilaciones, que no tener que suprimir interinidades de personas que acababan de acceder al sistema y que, además, estaban formadas. Fue un poco de sinsabor para algunos profesionales, pero creo que el hospital, en su globalidad, ha quedado bien. Pongo un ejemplo. En el área de Pediatría había 50 personas trabajando, pero teníamos que tener contratos eventuales y de guardia, porque no había personas suficientes para hacer guardias, porque muchos estaban exentos. Y muchas unidades estaban funcionando porque teníamos contratos por acumulación de tareas. Se trataba de ordenarlo un poco todo. Y la gran ventaja de cuando se llevó a cabo este decreto es que teníamos personas con experiencia suficiente como para poder hacer ese cambio.
¿En qué medida se han cubierto esas jubilaciones?
Varía en función de los servicios. En algunos pequeños tienes que cubrir el 100%. ¿Dónde hemos cubierto menos? En el área de Pediatría y en la de Medicina Interna, porque había una estructura suficiente.
Es sorprendente que un centro del tamaño y las características del Hospital Universitario de Salamanca funcione todavía con historia clínica en papel y sin conexión con Primaria…
El compromiso es que la historia clínica electrónica se implantará a lo largo del próximo año, aunque yo no puedo dar fechas. Se ha dicho, incluso, que en el primer semestre, pero yo creo que tener la historia clínica digital va a ser algo tan importante, que a mí ya me da igual que sea un mes arriba o abajo, mientras se haga bien. De todos modos, la informatización también tiene que servir para cambiar la forma que tenemos que trabajar. Por ejemplo, en el tema de citaciones. Ahora a lo mejor a los ciudadanos no les extraña tener que venir al hospital a pedir una cita, pero hay que tener en cuenta que tendrán que hacerlo personas que han nacido con el móvil, y a quienes les va a parecer que están en la Edad Media si tienen que acudir al hospital para una cita. Es decir, es la historia clínica, pero también ir poco a poco implantando nueva tecnología que nos permita estar más cerca del paciente.
¿Cuándo podrá disponer el hospital del esperado equipo de PET-TAC? ¿Será en verano, como han adelantado algunos profesionales?
El contrato ya está adjudicado, y hace unos días nos hemos reunido para elaborar un cronograma de actuaciones previas. Es necesario hacer pruebas, formar a las personas… Yo me doy por satisfecha si empezamos a funcionar en el último trimestre del próximo año. Digo para empezar a ver pacientes. El PET-TAC es un equipo que precisa mucha preparación, en cuanto a calibración y a formación de los profesionales.
Existe un proyecto en el aire, que es la unificación de las gerencias sanitarias. ¿De qué manera puede afectar al hospital y cómo ve personalmente esta idea?
En una ciudad de este tamaño tiene que haber otra estructura sanitaria. No quiero yo ofender a nadie, pero tiene que haber alguien que dirija esto de otra manera. Dónde acabe yo no lo sé, y tampoco sé cómo quedará el organigrama, pero está claro que si estamos hablando de coordinación entre Primaria y Especializada, de continuidad asistencial, de Unidades de Gestión Clínica y de una asistencia centrada en el paciente, tendrá que cambiar también la organización directiva. Pero esa nueva organización tiene que ser real. Yo creo que la unificación de gerencias es lo lógico. Cómo nos afecte, no lo sé, pero te afecte o no, no puedes dejar de pensar que eso es lo que tiene que ser. Somos equipo directivo, y tenemos que saber que estamos sometidos a cambios. No es porque no me preocupe mi trabajo, pero no puedes pretender que cambie una organización entera y que no cambie la estructura de esa organización.
¿Qué le está resultando más difícil a la hora de dirigir el hospital?
Lo que me resulta más difícil es algo que no se ve, que es buscar el equilibrio entre las patas que sustentan este hospital: la docencia, la investigación, la asistencia y todo lo reslacionado con la seguridad y la calidad hacia los pacientes. Que este hospital no sea solamente investigador, ni sólo docente, ni que sólo tenga una asistencia exagerada, sino que todo eso vaya equilibrado y acompasado. Nuestro objetivo primordial es la asistencia de los pacientes de Salamanca y de la Comunidad, y para eso trabajamos, pero hay que buscar el equilibrio con las otras facetas.
¿Y qué le reporta mayores satisfacciones?
Que el hospital se sigue moviendo, que no estamos quietos y que los proyectos salen. Que la unificación de los servicios se está desarrollando bien; que hace años se cambió la organización de la investigación y ahora eso ha tenido sus frutos con la acreditación del IBSAL, aunque en esto han tenido muchísimo que ver la Universidad y la Consejería de Sanidad, con el impulso que han dado al proyecto. Que en el área de trasplantes estamos cinco o diez veces mejor que hace unos años… Son proyectos que se van desarrollando y van saliendo, y aunque unos cuestan más que otros, ninguno se nos ha quedado estancado. También es verdad que éste es un trabajo en el que sabes que, por mucho que hagas, siempre se espera más. La Sanidad es así y no podría ser de otra manera, porque la salud es lo que más aprecia todo el mundo.
¿Qué le gustaría haber logrado durante su paso por la Gerencia del Hospital Universitario de Salamanca?
Todos los profesionales están trabajando mucho, y bien, y lo que hacen todos los servicios es muy importante para tener otros frutos. Yo me siento muy conforme por cómo hemos desarrollado el tema de trasplantes, porque es que cuando el paciente recibe el alta se le ha cambiado la vida. Recuerdo el primer trasplante reno-pancreático; fue a una persona de León que estaba enganchada a una máquina de diálisis y que casi no podía salir de casa porque se pinchaba insulina varias veces al día. Al cabo de un mes estaba paseando por la calle. Y luego todo el área de investigación, porque creo que es muy importante para la proyección de Salamanca. Y ahora, con las Unidades de Continuidad Asistencial, si sabemos hacerlo bien -y tenemos la obligación de hacerlo bien- van a dar una calidad y una confortabilidad importantes a la asistencia de estos pacientes.
¿Recuerda alguna situación que le haya quitado el sueño?
Habrá gente que sea capaz de hacerlo, pero eso de que llegas a casa y te olvidas de los problemas es muy complicado. A ver… Hace años hubo un momento complicado cuando se inició la unificación de los servicios. Fue una época de una tensión excesiva para lo que estábamos haciendo. Y luego hay situaciones más difíciles. Llevamos tres o cuatro años en un momento complicado, pero el trabajo del gestor es eso, y no es que yo quiera complicaciones ni crisis, pero no puedes evadirte de los problemas. Si estás en gestión sanitaria sabes que no hay un día en que no surja algún problema, más serio o menos grave. Es algo inherente al trabajo que estás haciendo.
La estructura del hospital ha quedado claramente obsoleta. ¿Qué me diría del contenido?
Yo creo que el contenido no desmerece a ninguno de los grandes hospitales a nivel nacional. No estoy presumiendo. La inmensa mayoría de los profesionales están implicados en su trabajo, y hemos conseguido consolidar una cartera de servicios que tienen muy pocos hospitales. Que hayamos mantenido eso en esta época, al mismo tiempo que seguimos manteniendo la docencia, la formación y la investigación es algo que se nota.
Personalmente, ¿qué le ha supuesto tomar las riendas del hospital de Salamanca, el de mayor nivel de la Comunidad y de una complejidad importante?
Como comencé trabajando de subdirectora y directora médica, tenía la ventaja de conocer la organización, algo que creo que es muy importante. Pero al principio, respeto, porque sabes que en Sanidad las equivocaciones tienen repercusiones importantes. Es respeto por la organización en la que estás trabajando y para quién estás trabajando, que es algo que tienes siempre en la cabeza. Pero si tengo que decir algo, es agradecimiento porque me hayan dejado trabajar aquí. Han sido retos que hemos afrontado con más normalidad de la que a veces aparece en los medios de comunicación. Creo que hemos sido muy perseverantes y que hemos conseguido cosas. Y que confíen en ti en momentos de crisis es de agradecer. Y además, en Salamanca me encuentro muy bien. Yo soy de Galicia, pero reconozco que en esta Comunidad estoy muy cómoda; y además me ha sorprendido, porque me parece que es mucho más abierta que la imagen que se tiene de ella cuando no se conoce.
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