Las personas que realizan actividades de bricolaje, pintura, modelismo, carpintería casera o restauración de muebles en su tiempo libre durante 10 años o más tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón respecto a aquellas que no las hacen y este riesgo puede llegar a ser del triple en el caso de los no fumadores, según ha demostrado un estudio multicéntrico en el que han participado numerosos neumólogos españoles e investigadores de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y que se acaba de publicar en la revista Environmental Research.
El cáncer de pulmón es un problema de salud pública de primera magnitud en todo el mundo. Es la principal causa de incidencia y mortalidad por cáncer, con 2,1 millones de nuevos casos diagnosticados y una estimación de 1,8 millones de muertes en 2018. Estas cifras representan cerca del 11,6% de todos los casos de cánceres diagnosticados y el 18,4% de las muertes por cáncer. Entre los hombres, el cáncer de pulmón es la primera causa de mortalidad por cáncer, mientras que, entre las mujeres, es la segunda.
El tabaco aún es el principal factor de riesgo de cáncer pulmonar, aunque también pueden desarrollarlo personas que nunca han fumado. De hecho, el cáncer de pulmón de los no fumadores ya supone entre un 15% y un 25% de todos los casos de este cáncer. El radón residencial es la segunda causa que puede desencadenarlo y la primera en no fumadores.
Además, se han identificado otros factores de riesgo conducen al desarrollo de este tipo de tumores en no fumadores. Entre éstos, figuran el humo ambiental de tabaco, la dieta (incluyendo el alcohol), la exposición al aire contaminado y la exposición ocupacional a determinados agentes carcinógenos.
En este sentido, algunos estudios habían hallado relación entre el cáncer de pulmón y trabajar en determinadas ocupaciones o industrias, como los trabajadores de la construcción, de astilleros, pintores, así como los empleados de la industria de la goma y de la madera, como los ebanistas y los carpinteros. Y se estima que, en el mundo, entre un 4% y un 24% de las muertes por cáncer de pulmón son debidas a la exposición a carcinógenos ocupacionales.
“Las exposiciones a carcinógenos durante las actividades de bricolaje, modelismo, pintura o restauración de muebles son similares a las que ocurren en ciertos lugares de trabajo. Muchas de las sustancias que se utilizan en ellas son análogas a las empleadas en las ocupaciones con mayor riesgo de cáncer pulmonar, ya que las personas que las realizan se exponen a disolventes orgánicos, colas, pegamentos, barnices o polvo de madera, con el agravante de que muchas lo hacen durante años, como un hobbie, sin ninguna protección. Por ello, nos parecía crucial evaluar el riesgo de cáncer de pulmón que entrañan estas aficiones, tanto en fumadores como en no fumadores, mediante un estudio amplio, de casos y controles”, señala el Dr. Alberto Ruano Raviña, investigador principal, socio de SEPAR y coordinador do Grupo de Referencia Competitiva da Xunta de Galicia en Epidemioloxía e Saúde Pública.
Resultados del estudio y recomendaciones
El nuevo estudio publicado en Environmental Research ha contado con la participación de 14 hospitales de Galicia, Asturias, Madrid y Castilla y León, y un hospital portugués. Ha incluido a casi 3.000 participantes de toda España, entre 1.328 casos y 1.427 controles, y es el de más amplia muestra que ha analizado la relación entre el bricolaje y otras actividades de tipo hazlo tú mismo y el desarrollo de cáncer pulmonar. Los autores del trabajo ya habían publicado indicios de esta asociación que ahora han confirmado con los nuevos resultados obtenidos en este estudio.
Todos los participantes fueron entrevistados mediante un cuestionario cara a cara para reunir información sobre sus hábitos, especialmente referentes al consumo de tabaco, sus actividades de bricolaje, pintura artística (o de otro tipo), restauración de muebles, carpintería casera o artesanía, entre otras, así como sobre sus viviendas. Si respondían que sí a una de estas actividades, al menos durante un año, se les consideraba expuestos a carcinógenos de riesgo para desarrollar cáncer pulmonar. También se midió el radón residencial en sus hogares.
Al analizar los resultados, los investigadores tuvieron en cuenta el sexo, la edad de los participantes, el nivel de estudios, el consumo de tabaco y la exposición a radón residencial y pudieron determinar que las actividades de bricolaje entrañan riesgo de desarrollar cáncer de pulmón y que fueron más frecuentes entre los casos frente a los controles.
El riesgo global de cáncer de pulmón ajustado tras realizar actividades de bricolaje fue del doble, en concreto, de 1,77 veces más respecto a los individuos que las realizaban y, aún mayor, de 2,17 entre los individuos que las habían efectuado más tiempo, durante diez años o más.
A partir de 7 horas semanales
Los resultados demuestran que el riesgo aumenta en las personas que se dedicaron con más intensidad a realizar estas actividades, ya que, a partir de 7 horas semanales, el riesgo de padecer cáncer de pulmón era cuatro veces más alto. “El riesgo de cáncer pulmonar también es elevado y estadísticamente significativo en los nunca fumadores, teniendo estos últimos tres veces más riesgo de cáncer de pulmón si hacen estas actividades 10 años o más en comparación con los que no realizan estas actividades”, afirman los autores del estudio.
“Este estudio ha confirmado los indicios que ya teníamos previamente de que el bricolaje y otras actividades como la pintura, el modelismo o la restauración de muebles podían conllevar la exposición a sustancias carcinógenas que, a su vez, podían conducir al desarrollo de un cáncer pulmonar. Los resultados de esta investigación apoyan la hipótesis previa de que la exposición a ciertos carcinógenos durante la realización de estas actividades aumenta el riesgo de cáncer de pulmón y lo preocupante es que lo hacen tanto en fumadores como en no fumadores”, explica el Dr. Ruano.
“La mejor forma de prevenir el cáncer de pulmón sigue siendo no fumar y, en el caso de los nunca fumadores, evitar otros factores de riesgo. En este sentido, es preciso que averigüen si tienen niveles elevados de radón en sus domicilios y eviten la exposición a este gas. Además, si realizan a menudo actividades de bricolaje y otras del estilo, deben hacerlo en lugares con buena ventilación y si es posible empleando medidas de protección”, ha añadido el Dr. Ruano.
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