Una investigación liderada por Mª Inmaculada González Martín, catedrática del Departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Salamanca (USAL), ha permitido constatar la existencia de altos índices de contaminación por plomo en los propóleos del noroeste de España.
El própolis o propóleo es una sustancia elaborada por las abejas a partir de productos de origen vegetal con demostradas propiedades antisépticas, antivirales y antiinflamatorias, y su uso se ha vuelto muy común entre la población debido a sus múltiples efectos beneficiosos para la salud.
La investigadora, acompañada por su grupo y por el vicerrector de Investigación y Transferencia de la USAL, Juan Manuel Corchado, ha explicado hoy los resultados del trabajo en una rueda de prensa en la que se ha recordado que la legislación de la Comunidad Europea considera que el contenido máximo de plomo en alimentos debe ser de 0,1 partes por millón, si bien no existe una normativa específica para los propóleos.
De acuerdo con esta situación, y según los resultados obtenidos por los científicos de la Universidad de Salamanca, el 80% de los propóleos de Castilla y León, el 58% de los propóleos de Galicia y el 87% de los de Chile estarían contaminadas con plomo, situación que es “similar” tanto en los procedentes de explotaciones ecológicas como de las convencionales.
La razón del estudio radicó “en la preocupación por la caracterización de la composición mineral y el interés por poder garantizar la seguridad y la calidad de este producto para su comercialización en los mercados nacionales e internacionales”, ha subrayado la catedrática.
Como recoge la institución académica salmantina en una nota de prensa, los oligoelementos justifican muchas virtudes del propóleo, ya que participan en procesos metabólicos, fermentativos y vitamínicos, contribuyendo a la curación de estados anémicos, previniendo la arteriosclerosis e incrementando la capacidad inmunológica del organismo. Sin embargo, explica González Martín, “existe poca información sobre el contenido de oligoelementos en el propóleo, especialmente de la posible presencia de minerales tóxicos en este producto de la abeja que puede afectar significativamente a sus propiedades nutricionales”.
Chile y España
Para la investigación, orientada al control de calidad de los propóleos y en la que se cuenta con la colaboración de la Universidad de Vigo, se utilizaron propóleos de diferentes áreas de Chile y España (Galicia y Castilla y León), y en ellos se analizó la composición en aluminio, calcio, hierro, potasio, magnesio, fósforo, zinc, cromo, niquel, cobre y plomo.
Los contenidos medios encontrados de los elementos mayoritarios en partes por millón (mg/Kg) fueron: aluminio (354), calcio (910), hierro (536), potasio (1500), magnesio (260), fósforo (307), elementos minerales beneficiosos y saludables. Los contenidos medios de los elementos minerales minoritarios encontrados en partes por millón (mg/kg) son: zinc (56), cobre (3), níquel (2), cromo (3) y plomo (6.2). Al grupo de investigación le llamaron la atención especialmente los altos contenidos de plomo y cromo.
La científica de la Universidad de Salamanca explica que la presencia de elementos tóxicos en los propóleos está asociada “a la contaminación medioambiental de origen antropogénico, es decir, originada por la actividad humana alrededor de los apiarios a través de diferentes fuentes, como el aire, el agua, las plantas y el suelo”. Por otra parte, hay fuentes probables para elementos como el plomo y el cromo derivados del uso de fertilizantes agrícolas, aguas residuales, efluentes de vertidos industriales, los combustibles fósiles y la deposición atmosférica de la quema de combustibles.
Asimismo, el motivo más probable por el que los propóleos acumulan elementos tóxicos, como el plomo, se debe a la presencia en este producto de compuestos como flavonoides (con propiedades biológicas interesantes como antioxidantes), que tienden a formar compuestos muy estables con metales. De estos resultados se desprende “que se debe incidir en el control de la calidad de los propóleos y en el establecimiento de normas estrictas que regulen sus características de aptitud, dado el amplio uso en cosméticos, infusiones, caramelos e industria alimentaria, entre otros productos”, ha concluido Mª Inmaculada González.
¿Qué son?
Los propóleos son un conjunto de sustancias de apariencia resinosa utilizadas por las abejas para cubrir y proteger la colmena, obtenidos a partir de las yemas y cortezas de algunos árboles. La mayoría de los propóleos comparten una considerable similitud en su naturaleza química general: 50% de resina, 30% de cera, 10% de aceites volátiles, 5% de polen y 5% de otros compuestos orgánicos.
El propóleo es una fuente natural de antioxidantes, destacando sus efectos en la producción de anticuerpos y fortalecimiento del sistema inmunológico. La composición del propóleos es muy compleja y variada en función de la diversidad fitogeográfica de las zonas de recolección y época del año.
Grupo Investigador: Universidad de Salamanca: Mª Inmaculada González Martín, Isabel Revilla Martín, Ana Mª Vivar Quintana, Carlos Palacios Riocerezo y Mª Ángeles Blanco López. Universidad de Vigo: Mª Carmen Seijo y Olga Escuredo
La legislación europea, en su reglamento CE Nº 629/2008 del 2 de julio de 2008, por el que modifica el Reglamento nº 1881/2006, por el que se fija el contenido máximo de determinados contaminantes en los productos aloimenticios fija el contenido en Plomo en los “complementos alimenticios” en 3,0 mg/Kg.
Se debe que recordar que el propolis se comercializa habitualmente como producto transformado en la industria alimentaria en forma de gotas, jarabes, extractos, pastillas, caramelos, tal y como menciona en el artículo, y por lo tanto forma parte de un complemento alimenticio (C.A.)y no de un alimento, por lo que la legislación que le afecta es la de C.A., y su límite son 30 veces superior a lo indicado en el artículo.
Por otro lado indicarle que, a fecha de hoy, en base a los datos científicos actuales de que se dispone sobre la presencia de plomo en los alimentos y su posible efecto perjudicial para la salud a las dosis estimadas como seguras, y en comparación con la presencia del mismo en otros alimentos, no representa riesgo alguno su consumo, ni tomándolo a cucharadas…