Todas ellas debemos realizarlas tanto a lo largo de nuestra jornada laboral como en nuestra vida privada.
A la hora de desempeñar la jornada laboral en nuestro puesto de trabajo, intentaremos analizar qué posición adoptamos con nuestro cuerpo y nuestras extremidades y cómo nos movemos. Si estamos en sedestación, necesitaremos de una silla ergonómica que permita adaptarnos a una posición adecuada según nuestra morfología. Colocaremos nuestras extremidades inferiores sin cruzarlas ni estirarlas, con las rodillas en flexión de 90 grados.
Apoyaremos nuestra espalda totalmente a la silla, colocando una pequeña toalla no demasiado abultada en la zona lumbar (sobre todo en personas con patologías lumbares) y, finalmente, intentaremos estirar los antebrazos desde el codo hasta las manos sobre la mesa, si hay espacio para ello. Si estamos ante una pantalla de ordenador, la cabeza adoptará una posición que nos deje horizontalizar la vista y, si es ante un portátil, lo más elevado posible a nuestros ojos.
En cambio, cuando tengamos que estar muchas horas de pie, evitaremos posiciones que conlleven mantener las piernas completamente juntas en contacto. La mejor posición será separar un poco las piernas para no acumular tensión, sobre todo en la zona dorso-lumbar, y ser así más funcionales si estamos realizando movimientos con nuestro tronco superior.
Fuera ya de nuestro contexto laboral, a la hora de practicar deporte es básico llevar un calzado adecuado, especialmente si hay impacto. Y si no lo hay, adoptaremos posiciones biomecánicas óptimas que faciliten una correcta técnica en los movimientos requeridos por el deporte que practicamos.
Como movimientos negativos consideraríamos las flexiones con palanca o inclinaciones con rotaciones. Y al contrario: si debemos permanecer mucho tiempo en posiciones fijas, sea sentado o de pie, nos moveremos cuando sea posible para ir fluidificando y liberando tensiones en nuestro tronco superior.
Otras medidas positivas las encontraremos cuando durmamos entre siete y ocho horas (es vital recuperar nuestro cuerpo del día anterior), priorizando la posición decúbito supino o, en su defecto, decúbito lateral, alternando ambos lados. También una dieta equilibrada (evitando lácteos -que, aunque cueste creerlo, descalcifican- y el cerdo), junto con una buena hidratación, mínimo entre seis y siete vasos de agua al día, prevendrá patologías de columna a la larga y el dolor de espalda.
*Álex Rubiol Vallespí es fisioterapeuta y osteópata y miembro de Saluspot
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios