Las obras ‘fantasma’ del hospital de Salamanca

Primero fue César Antón quien, en el año 2006, anunciaba a bombo y platillo a todos los medios de comunicación, y rodeado de todas las autoridades salmantinas, que le hacían la ola, las obras del nuevo hospital. Presentó un proyecto estrella llamado Plan Director Ciudad de la Salud, que empezaría a ejecutarse en la primavera del año 2007, para concluir en 2012.

Un nuevo consejero, Francisco Javier Álvarez Guisasola, ante la paralización de las obras y viendo que la Junta no podía cumplir su compromiso y se acercaban de nuevo las elecciones autonómicas, prometió dar un impulso a los trabajos, presupuestando partidas que luego no se ejecutarían en el proyecto del nuevo hospital (nadie sabe dónde fueron a parar esas partidas de dinero).

Los cambios constantes del proyecto inicial suponen más dinero, que pagamos todos los ciudadanos, y que se está tirando por la mala gestión. Anuncia que las obras concluirán en diciembre del 2013, pero -más mentiras- sólo se levantan un nuevo aparcamiento privado y el edificio industrial. Mientras tanto, otros hospitales de la Comunidad se van inaugurando, como los de Valladolid, Burgos y León.

Se alegan miles de dificultades y problemas con el colector de aguas residuales que pasa por la zona del Hospital Clínico, una falta de acuerdo con la Universidad para regular el tráfico de la zona, etc., etc. Ahora, otro nuevo consejero, Antonio Sáez Aguado, nos promete otra fecha para la finalización de las obras: octubre de 2019. El PSOE ya ha demostrado con documentación las mentiras del consejero, pero da lo mismo, no hay pudor para seguir engañando a los salmantinos.

Son obras fantasma, que aparecen y desaparecen con la cercanía de las elecciones. Los salmantinos nos sentimos profundamente discriminados respecto al resto de provincias, y los profesionales sanitarios, decepcionados una vez más. Estamos luchando todos los días con las dificultades de un edificio que arrastra muchos problemas: techos en los que se desprenden las placas, vestuarios sin ventilación y sobrecargados donde apenas puedes moverte para ponerte el uniforme, falta de drenajes en los sumideros cuando llueve, climatización desajustada que está ocasionando problemas de salud en los trabajadores, de rinitis y conjuntivitis…

Son una constante las deficiencias que acumula el sistema informático del hospital, con caída de la red informática, bloqueando y sobrecargando durante horas la actividad de los profesionales y propiciando más demoras en la atención de los usuarios y que nos alejan, cada vez más, de un hospital a la vanguardia.

La cascada de problemas, incidencias y despropósitos se acumulan. El hospital está obsoleto, no reúne las condiciones para albergar los nuevos retos y no tienen cabida las nuevas tecnologías. Que necesitamos un hospital nuevo es evidente y, por ello, debemos exigir a la Junta de Castilla y León más seriedad y rigor con el tema de las obras del nuevo hospital y menos tomaduras de pelo. Alguien debe ser el responsable de la pérdida de prestigio de nuestro hospital, que estaba entre los mejores de este país.