Once mujeres han representado a Castilla y León en el encuentro, donde han coincidido en que estos espacios constituyen una ayuda psicológica esencial para ellas, porque la mujer sufre un doble estigma muy diferenciado: por un lado, lo que conlleva ser ludópata y, por otro, el de ser mujer. "Incluso el apoyo emocional que a nosotras nos prestan es inferior al que se da a los hombres. Nadie quiere admitir que su mujer, hermana o madre son adictas al juego", matizan desde la Federación Castellano y Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados (FECYLJAR).
Las participantes han apuntado que las mujeres con ludopatía acceden por primera vez al juego por causas "muy distintas" a las de los hombres. "Jugamos por soledad, porque tenemos sentimientos de abandono o nos queremos evadir de la rutina", explican desde FECYLJAR, pero también hay otros motivos, como "el aburrimiento o la necesidad de creer que tienen control sobre ciertas situaciones".
Según datos aportados por la entidad, a lo largo de 2019, el número total de mujeres con ludopatía en Castilla y León representaba casi el seis por ciento de los enfermos, frente al 94 por ciento de pacientes masculinos.
Mientras, desde FEJAR se apunta que gracias a este encuentro nacional las mujeres han creado "un espacio de fortalecimiento y de empoderamiento cercano y motivador, solo para nosotras, donde nos hemos hecho cargo de nuestra situación y también hemos demostrado que sabemos luchar con todas las armas que tenemos para encontrarnos bien".
El programa del evento ha incluido un monólogo con Pamela Valenciano titulado Si es amor, no duele; el taller Re-conociendo mi sexualidad, con Lilian Ramis, y la exposición de Pilar Simón Cómo fortalecerme.