La Federación Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Castilla y León ha elaborado un estudio que muestra la realidad de la Sanidad pública en la Comunidad, análisis que parte de los datos reflejados en un informe realizado por Pablo Caballero, miembro del sindicato, bajo el título El Sistema Nacional de Salud ante el COVID-19.
La radiografía de la Comunidad se realiza en torno a ocho variables: presupuesto sanitario contra gasto público, empleo, formación sanitaria especializada (FSE), gasto sanitario según PIB y gasto por habitante, conciertos, inversiones, camas y listas de espera.
Según informa la organización sindical en una nota de prensa, en la evaluación se pone de manifiesto que el sistema sanitario de Castilla y León contaba en 2019 con 520 profesionales menos que los contabilizados en 2011, “cuando ha aumentado la demanda y la especialización”, una “carencia que hemos sufrido a la hora de abordar la pandemia”.
En base al Boletín Estadístico de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas (BEPSAP), CCOO señala que, en la serie histórica 2010-2019, es el año 2011 el que registra una mayor cifra de profesionales trabajando en la región (34.531). “Se desciende durante los años posteriores hasta 2015, con un ligero repunte en 2016, para estabilizarse con ligeras variaciones y situarse en 2019 con 34.011 personas, un incremento del 0,11% con respecto al ejercicio anterior, pero sin alcanzar el número de efectivos de 1011”.
En el análisis provincial, Ávila perdió efectivos desde 2011 hasta 2015, con un ligero repunte hasta 2019, pero sin llegar a la cifra de 2011. El 1 de enero de 2019, trabajaban en el sistema público de salud 12 profesionales menos. Desde 2010, Burgos tampoco ha dejado de perder efectivos, con ligera mejoría en 2016; en 2019 enía 236 trabajadores y trabajadoras menos que en 2010. León ha registrado ligeras oscilaciones desde 2010, hasta alcanzar el pasado año su mejor dato, incrementando 38 efectivos con respecto a 2018. Palencia ha tenido un comportamiento muy estable con ligeras variaciones, siendo su mejor año 2013, contando, a 1 de enero de 2019, con 15 efectivos menos, a pesar de haber crecido en 24 con respecto al año anterior.
Salamanca pierde profesionales constantemente desde 2010, con un ligero incremento en 2017. Al iniciarse 2019, había perdido 300 profesionales con respecto a 2010, y 55 en comparación con el año anterior. Segovia tiene pérdidas de plantilla desde 2013 hasta 2019, empezando el pasado año con 87 menos y perdiendo 9 con respecto al ejercicio anterior. Desd 2011, Soria ha experimentado variaciones no muy importantes, alcanzando en 2018 su cifra más baja, 77 menos que en 2011, aunque con una mejoría en 2019, cuando creció en 68 con respecto al año anterior. Valladolid aumentó personal en el periodo 2010-2012, para perder efectivos en 2013-2015 e iniciar en 2016 un crecimiento hasta 2019, cuando creció en 13 en relación al año anterior. En el periodo 2010-2019 incrementó sus plantillas en 465 personas. Por último, Zamora pierde profesionales desde 2011, excepto en 2013. Cinco años después se produce un ligero crecimiento, para volver a caer en 2019, un año que inició con 225 trabajadores menos.
Según la evaluación del sindicato, los mayores descensos porcentuales corresponden a Zamora (-8,51% respecto a 2011), Salamanca (-5,75% en relación a 2010), Burgos (-4,61% sobre 2010) y Segovia (-4,51% respecto
a 2013).
El estudio desarrollado desde la organización sindical recuerda en sus conclusiones y propuestas las características de Castilla y León: dispersión geográfica, envejecimiento y la despoblación progresiva, que determinan “que los recursos sanitarios en la Comunidad, en comparación con otras, deben ser superiores”.
En cuanto a la formación sanitaria especializada (FSE), el sindicato reconoce que todas las CCAA han experimentado “un importante crecimiento en cuanto a la oferta de plazas”, aunque considera que sigue siendo insuficiente “para cubrir las numerosas jubilaciones que en un futuro cercano se van a producir”. En este punto, aseguran que, con un 25,7%, “Castilla y León tiene el porcentaje más alto de médicos mayores de 60 años de todo el Estado”.
Para CCOO, “las enormes diferencias entre lo presupuestado y lo gastado son una demostración de la falta de profesionalización de nuestros gestores, y evidencian el desconocimiento de la organización, incluso en 2011 y 2014 el gasto fue menor que el presupuesto como consecuencia de los importantes recortes sufridos”.
El gasto sanitario público en relación al PIB y en proporción por habitante, la región “no se encuentra en una mala posición con respecto al resto de comunidades, pero en 2018 es inferior al que se destinaba en 2010”. No obstante, la organización sindical apunta que la ratio por habitante “incluso nos está penalizando a efectos de financiación, pues el gasto lo elevan la dispersión geográfica y el envejecimiento de la población”, por lo que “sigue siendo insuficiente el gasto realizado en Sanidad”.
En cuanto al capítulo de conciertos, CCOO admite que en la Comunidad “no es elevado, en comparación con otras comunidades autónomas, como Madrid, Valencia o Cataluña, donde las políticas de privatización han provocado una importante desviación de dinero público hacia lo privado”. Sin embargo, destaca que, en el ámbito de las Urgencias y Emergencias, “se produce un importante proceso de externalización”, a lo que se suma “el modelo de gestión del hospital de Burgos”.
En lo relacionado con las inversiones, los representantes del sindicato califican la situación de “deprimente”, subrayando que es uno de los apartados presupuestarios “en que la crisis más se ha cebado: en 2010 teníamos el mayor presupuesto, con una caída estrepitosa en 2012 y 2013, para situarse en 2019 en un 38% menos que en 2010”. Esto les lleva a concluir que esta falta de inversión “en tecnología y producción” se está sufriendo “de forma acusada” durante la crisis sanitaria originada por la epidemia de COVID-19.
“Las camas hospitalarias se han reducido también, y lo hemos vuelto a sufrir recientemente. En 2018, el número de puestos de ingreso por cada 1.000 habitantes en Castilla y León era de 2,67, y en el periodo 2010-2018 se han perdido 486 camas”, señala el sindicato, que también analiza en su radiografía la situación de las demoras quirúrgicas. “El número de pacientes en lista de espera quirúrgica por cada 1.000 habitantes era de 24 en 2012, mientras que en 2018 se situó en 51, lo que supone un incremento del 50%. En cuanto a la lista de espera para primera consulta de especialista, teníamos 39 días en 2012, y 62 días en 2018”, denuncia.
> Radiografía del sistema sanitario público en Castilla y León
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