El presente y futuro de las Unidades de Gestión Clínica centró el debate de la mesa redonda que tuvo lugar en la tarde del lunes en el Colegio Oficial de Médicos de Salamanca, que contó con la presencia del consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, junto al coordinador del centro de salud de San Bernardo, Ángel Martín Ruano, y los jefes de servicio de Cirugía Torácica y Cardiología, Gonzalo Varela y Pedro Luis Sánchez respectivamente.
En algo que coincidieron todos fue en la necesidad de un cambio en la gestión de la sanidad, y que si está en manos de los clínicos siempre se buscará la mejora de la atención al paciente, además de utilizar los recursos de manera eficiente. Tras la aprobación del decreto y su publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León también ha abierto algunas interrogantes en los profesionales que quieren apostar por esas Unidades de Gestión. Uno de los primeros obstáculos con los que se han encontrado ha sido la negativa por parte de integrantes de sus equipos, en especial por la enfermería, que temen una pérdida de derechos. Asimismo, todos tienen claro que la puesta en marcha de estas unidades se hará de forma progresiva y cuando se vean capacitados para ello, aunque reconocen que en algunos servicios y unidades ya se funciona de manera muy similar.
El primero en tomar la palabra fue el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, quien recordó que las decisiones que toman los responsables o directivos son muy importantes, “pero en términos de calidad, gastos o seguridad, son más importantes las decisiones de los profesionales”. Además, cree que la Sanidad debe de estar en manos de los clínicos y menos en los políticos o gestores, “y eso requiere una condición de compromiso con un proyecto que queremos que se haga efectivo en esa idea de la gestión clínica, por eso no podrán acceder todas las unidades o servicios porque no tienen la madurez organizativa suficiente ni instrumentos adecuados”, subraya.
El responsable regional de Sanidad insiste en que antes el sistema de gestión era más global para un hospital o el conjunto de Primaria, “pero no puede ser lo mismo en un servicio quirúrgico que en uno médico, o lo mismo en una especialidad de Psiquiatría que de Traumatología”. La idea, según Sáez Aguado, “es facilitar un grado de autonomía, que se organice cada vez con un poco más de autonomía”. Por otra parte, añade que la finalidad no es el ahorro, “eso se producirá o no, la finalidad es la extensión horizontal de una organización que pretende ser más eficiente, o bien ahorraremos o utilizaremos nuestros recursos para hacer las cosas mejor”. El consejero asegura que es difícil ahorrar en Sanidad, “pero no es tan difícil ser más eficientes”. Con las Unidades de Gestión, precisa, “se adecua al conocimiento y lo fundamental sea el profesionalismo y no tanto la organización burocrática”. Para Sáez Aguado, lo importante es desinvertir en lo que no tiene efecto en la salud de las personas, “si esa desinversión no la definen los profesionales no está bien definida”.
Dar capacidad a los facultativos
Por su parte, el coordinador del centro de salud de San Bernardo Miguel Armijo, Ángel Martín Ruano, precisa tres conceptos fundamentales respecto a las Unidades de Gestión Clínica. “Lo que se busca es la eficiencia en los recursos, dar capacidad a los facultativos para poder decidir y mejorar la calidad de la asistencial, decidir para aumentar la calidad”, concluye. Este profesional considera que no se debe de interpretar como un sistema de ahorro o incentivos. Desde su centro de salud tienen claro que hay necesidad de un cambio, “no se puede seguir como estamos, hay problemas en los equipos de Atención Primaria, volvemos al ambulatorio de antes, como venga y cuando venga, se están perdiendo programas de salud, un clima laboral muy malo, cada vez se hacen menos reuniones”. Martín Ruano asegura que hay que hacer algo, “y puede ser cambiar a Unidades de Gestión Clínica”. Este responsable confía en que mejorará la asistencia de usuarios, la calidad y su propia satisfacción.
Desde su puesto de responsabilidad a Ángel Martín le surge la duda a raíz de contar con un sistema de información en Primaria, como es MedoraCyL, “que a nivel sanitario falla bastante y la explotación de datos lo hacen los servicios de Valladolid, no percibimos esos datos, con errores en la cartera de servicios”. Otra cuestión que echa de menos es que no existen encuestas de satisfacción de usuarios ni de clima laboral, “la última que recuerdo laboral es de 1992”, y en ese sentido apunta a que no saben de qué parten. “El objetivo debe de estar centrado en la calidad, intentar olvidar el objetivo de ahorro, los presupuestos con negociación, no se puede plantear un presupuesto y ya está”, sentencia. Además, tiene otro interrogante: “Si hay una normativa estatal, qué repercusión hay sobre el decreto de Castilla y León”.
Trabajar en el proyecto
En su centro de salud han decidido tomar una segunda velocidad para instaurar la Unidad de Gestión Clínica, “trabajar en el proyecto con una comisión de personal con médicos, enfermeras, administrativos, etc. y después crear grupos de trabajos”.
Por su parte, el jefe del servicio de Cirugía Torácica, Gonzalo Varela, fue directamente a explicar algunas de las decisiones de su equipo que han permitido mejorar la asistencia al paciente y tener un ahorro. En una de ellas han demostrado como contratando más personal se ha producido un ahorro. En concreto, con un programa de Fisioterapia Perioperatoria Intensiva. “Después de detectar fallos en la salud de los pacientes no hubo más remedio que contratar a alguien que lo hiciera mejor que nosotros y ver qué pasaba”, determina. Y después de 24 meses han gastado 51.000 euros y han evitado 96.000 euros de gasto porque han disminuido las complicaciones, la estancia en la UVI, los ingresos, y han ganado 44.000 euros. “Hemos ahorrado dinero, esto es real, no es una cosa que venga en un libro, lo hemos vivido estos últimos años”, determina Varela.
Asimismo, en su servicio también han evitado desplazamientos inútiles de pacientes procedentes de Burgos, Zamora y Ávila. “Discutimos los casos por videoconferencia para ver si tienen que venir o no”, aclara. De esta forma han discutido la historia de 800 pacientes, “y 360 no tuvieron que venir, bien porque no necesitan cirugía o porque no se puede hacer, o el riesgo es mayor”. Ese ahorro fue, determina el jefe de Cirugía Torácica, de 40.000 euros.“Lo que me interesa es que han muerto mucho menos pacientes de los que fallecían antes a consecuencia de mi terapéutica”, sentencia.
El 58% de apoyo en Cardiología
En cuanto al jefe del servicio de Cardiología, Pedro Luis Sánchez, recordó todos los pasos que han seguido para elaborar la memoria que les permitirá convertirse en Unidad de Gestión Clínica, con varias reuniones del equipo y la creación de un grupo de trabajo. Y anima a los que se encuentren en sa situación que no se desanimen y sigan para adelante. Y a la hora de resumir el apoyo recibido de personal, al que se le pidió una firma de apoyo, tuvieron dificultades con el personal no médico, “con los administrativos menos”. Al final, han conseguido el apoyo del 58% del servicio, “pensamos que es muchísimo y es una buena oportunidad para el servicio de Cardiología”. En concreto, han firmado el 100% de los 21 médicos, los 15 residentes, el 63% de los enfermeros, 27 de 43, de TCAE, siete de 30, administrativo, tres de tres y celadores, uno de cuatro.
Y ante las negativas por este proyecto del personal de enfermería, el jefe del servicio de Cirugía Torácica, Gonzalo Varela, rompe una lanza a favor de las enfermeras. “Una actitud que responde a razones históricas que no hemos sabido valorar su trabajo, la atención al paciente son 24 horas al día de enfermería y cinco minutos del médico”, precisa. Este responsable cree que no se ha sabido valorar “y tenemos lo que hemos sembrado”. Para Pedro Luis Martín, en Cardiología lo que más temen desde enfermería es el cambio de horarios, “hay que negociar con ellas, hay cambios que no tienen sentido y hay áreas que se pueden rentabilizar mejor, dar más uso“. El consejero de Sanidad recuerda que la jornada laboral establecida es de 37 horas y media, “y la Unidad de Gestión Clínica debe organizar esa jornada, ¿porque todas las enfermeras tienen que hacer la misma jornada? o los médicos, no se puede lo que tenemos ahora, de café para todos”.
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