Hace un año la borrasca Filomena puso a prueba la capacidad de respuesta de organizaciones fundamentales en la protección de los más vulnerables como Cruz Roja, que movilizó entonces a más de 1.450 personas para llevar a cabo más de 13.000 intervenciones en 10 días.
Las olas de frío y de calor son especialmente sufridas por las personas más vulnerables, sin embargo, las de frío causan mayor mortalidad al disminuir defensas y favorecer las enfermedades respiratorias. Con la bajada de temperaturas, Cruz Roja potencia especialmente dos acciones encaminadas a atender a las personas más vulnerables ante las olas de frío: las personas sin hogar, que sufren acusadamente las consecuencias, y las personas mayores de nuestros proyectos de intervención.
Para paliar todos los efectos que provoca en ellos y ellas esta situación, Cruz Roja cuenta, por un lado, con las Unidades de Emergencia Social (UES) y el Centro de Atención a Personas sin Hogar, que atienen a las personas sin hogar, y con un Centro de Contacto, que hace llamadas de sensibilización, información y atención a las personas mayores.
Además, ante situaciones sociales más graves cuenta con los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) y Equipos de Respuesta Básica en Emergencia (ERBE) preparados para atender a las personas que se vean afectadas por cualquier incidencia meteorológica, como sucedió con la borrasca Filomena. Distribución de kits de invierno, habilitación o apoyo en
albergues, apoyar a los servicios de rescate (Bomberos, Guardia Civil…) con recursos o suministros, son algunas de las acciones que Cruz Roja lleva a cabo, a cualquier nivel territorial, con la bajada de temperaturas y el comienzo de las nevadas.
“Estamos preparados para actuar ante cualquier aviso o llamada en la que se requiera nuestra intervención”, destaca Raúl Hernández, director provincial de Salud y Socorros en Salamanca.
Reactiva así la campaña de información ante la ola de frío un año más, con el objetivo de mejorar los hábitos saludables y evitar las conductas de riesgo relacionadas con el impacto negativo de las bajas temperaturas en la salud, sobre todo entre la población más vulnerable.
Enmarcada en el proyecto Promoción de hábitos saludables antes las olas de frío, los consejos de la campaña Yo me protejo vuelven a recordar sencillos hábitos que ayudarán a prevenir o reducir el impacto negativo de las bajas temperaturas en nuestra salud. Un año más, y debido a la situación de riesgo sanitario derivado de la covid-19, vuelve a ser “más importante que nunca protegerse del frío y de la gripe estacional”, recuerda Carmen Martín, directora nacional del área de Salud.
Entre las actividades previstas en la campaña de este año se encuentran acciones de:
– Información y sensibilización e información: charlas, puntos de información y sensibilización, y sobre todo a través de redes sociales y plataformas web institucionales, etc.
– Información y promoción de hábitos saludables entre personas usuarias de Cruz Roja susceptibles de ser consideradas población diana de la campaña, a través de llamadas telefónicas, talleres, etc.
Consejos de Cruz Roja
– Bebe líquidos calientes y azucarados, siempre que no exista contraindicación médica.
– Evita el consumo de alcohol, ya que disminuye la sensación de frío.
– Mantén una alimentación equilibrada, elige frutas, verduras y hortalizas de temporada.
– Protege tu cabeza, manos y pies, así como otras zonas del cuerpo más sensibles al frío (mejillas, nariz, orejas…).
– Usa ropa ligera y que transpire. Es preferible llevar varias prendas ligeras superpuestas que una sola de tejido grueso.
En el exterior (en la calle, en el campo, etc.…):
– Si puedes, evita las actividades en el exterior sobre todo una vez que se haya ido el sol.
– Si tienes que permanecer en el exterior, procura resguardarte del frío y la humedad en un lugar cerrado.
– Si tienes que hacer actividades en el exterior durante las horas de más frío (una vez oscurecido) no olvides abrigarte, sobre todo las extremidades, usando gorro, guantes, etc. y evitar la entrada de aire frío en los pulmones. No uses prendas apretadas o mojadas, bebe líquidos calientes y azucarados, no tomes bebidas alcohólicas y permanece en movimiento.
– Camina tomando precauciones ante el hielo en las calles.
– Si tienes que ir a la montaña, elije vestimenta que proteja del viento y resista el agua, evita prendas que puedan afectar a la circulación, no camines sobre hielo, procura no mojarse y elije alimentos ricos en hidratos de carbono.
– Procura no transitar por las zonas de umbría para evitar pisar sobre zonas heladas.
– Igualmente, no practiques deportes de montaña cuando la meteorología sea adversa.
– Y para las personas mayores de 65 años, no dejes de salir a caminar: aprovecha las horas centrales del día, asegúrate que tu calzado es antideslizante y no te olvides de las prendas de abrigo (gorro, bufanda, guantes…).
En el hogar:
– Procura permanecer en las estancias donde haya algún foco de calor (radiador, estufa…) o donde puedas abrigarte.
– Cierra las ventanas, baja las persianas, corre las cortinas, evitando que las corrientes de aire o el agua entren.
– Utiliza las medidas tradicionales a su alcance: mantas, estufas, radiadores… Recuerda que el papel entre el cuerpo y la ropa hace que el calor corporal se mantenga.
– Si utilizas braseros de carbón o enciendes algún fuego, recuerda que tienes que dejar entrar el aire de cuando en cuando, para no correr riesgo de asfixia.
– ventila la casa dos veces al día. 15 minutos cada una de las veces, para asegurarte de la renovación del aire.
– Apaga las estufas eléctricas y de gas durante la noche.
– Se desaconseja, si es posible, la utilización de braseros de carbón.
– Revisa los tejados y bajadas de agua, los cierres de las ventanas y las puertas en contacto con el exterior.
– Procura que las estufas de carbón, eléctricas y de gas estén alejadas de visillos y cortinas, o de otros elementos inflamables. Si sospechas del correcto funcionamiento de estos dispositivos, no los utilices; una mala combustión puede ocasionar intoxicaciones por los gases emanados.
– En condiciones extremas, en viviendas unifamiliares mantendremos un grifo ligeramente abierto a fin de evitar la rotura por congelación de las tuberías.
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