La gala arrancó con una inyección de emotiva nostalgia. En una gran pantalla, imágenes y recortes de periódicos de lógico regusto antiguo repasaban destacados acontecimientos locales y nacionales ocurridos en 1996, el año en el que Cruz Roja Salamanca convocó la primera edición de los Premios Solidaridad con la idea de reconocer y “sacar a la luz” esas historias de quienes, “desde el anonimato, dedicaban su tiempo y su esfuerzo a los demás”.
Desde aquella convocatoria realizada el 19 de junio de 1996 hasta esta tarde, cuando ha tenido lugar el acto de entrega de los galardones de la vigésima edición, la organización ha recibido 405 candidaturas de generosidad y compromiso, de las que han salido 118 galardonados.
Todos merecían serlo, como aseguraba el presidente provincial de la institución, Jesús Juanes, minutos antes del inicio de la gala. Por eso, quizá, en esta ocasión Cruz Roja ha decidido conceder un premio muy especial, en la categoría 20 Años, que ha recaído en TODO el pueblo de Salamanca.
Pero antes de eso, han sucedido muchas cosas en la hora y cuarto larga que ha durado la gala programada en el auditorio Fonseca de la capital salmantina. Poco antes de su comienzo, Jesús Juanes reconocía lo “importante” de esta fecha. Al fin y al cabo, no todos los días se celebran “20 años de historias solidarias en Salamanca”, que es precisamente de lo que hablan unos galardones pensados “para poner en valor” cientos de “ejemplos vivos” de que la solidaridad es un hecho, de que hay “muchas personas que se preocupan por los demás y son capaces de sacrificarse por ellos”.
Emotivos recuerdos
“Si alguien tiene mérito porque estos premios hayan llegado a su vigésima edición no es Cruz Roja, sino la sociedad salmantina”, recalcaba el presidente provincial de la organización, que auguraba una larga vida a esta convocatoria. “Hemos firmado por 20 años más, como mínimo”, bromeaba.
La de hoy ha sido una gala de recuerdos. Como cerrando el círculo en torno a tan especial aniversario, al escenario subía la presentadora que se encargó de conducir el acto de entrega en ese 1996 de arranque, Ana Hernández, que nombraba a algunos de los galardonados en aquella edición, ya del siglo pasado, como la asesoría Pereña, el programa de radio Onda Solidaria o Javier Rubio, un interno de la prisión de Topas que recibió el Premio Especial por su constante dedicación a un compañero que había sufrido un derrame cerebral.
Ellos y el resto de candidatos, premiados o no, “empezaron a escribir esta larga lista” de ejemplos de solidaridad, destacaba la periodista Ana Hernández justo antes de dar la bienvenida al conocido presentador Hilario Pino, encargado de guiar la gala en esta ocasión. Juntos volvieron a apelar a la memoria en forma de homenaje cuando recordaron a Ignacio Salas, recientemente fallecido, que en 1997 asumió la presentación de la segunda edición de los premios.
En la de esta tarde, la entrega de galardones comenzó con tres menciones especiales que el Comité Autonómico de Cruz Roja Castilla y León ha decidido otorgar, a través de sendas Medallas de Plata, al hotel Tryp Montalvo, a Caja Rural y a María Isabel Esteban, ex presidenta comarcal de la organización humanitaria en Béjar.
Y fue entonces cuando los asistentes, entre los que se encontraban representantes de las distintas instituciones salmantinas, empezaron a conocer el nombre de los seleccionados de entre las 27 candidaturas presentadas en las distintas categorías.
Así, María Concepción Rodríguez Rodríguez se ha alzado con el Premio Solidaridad 2015 a la Acción Individual por su gran implicación como voluntaria en la Asociación de Padres, Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Castilla y León (PYFANO), con la que colabora desde 2010 “enseñando a otros voluntarios y desarrollando talleres de manualidades y actividades lúdicas con los niños afectados, a fin de hacer más llevadera la estancia en el hospital”.
El reconocimiento a la Acción Colectiva ha recaído en la Asociación Juvenil Remolino de Arte, formada por un grupo de amigos unidos “para paliar las carencias en la oferta de ocio saludable de niños y jóvenes”. Han sido premiados por las actividades que desarrollan en la Casa de la Juventud de Garrido, donde hacen cuentacuentos, talleres de manualidades variadas y actividades deportivas, y también han desarrollado la campaña de recogida de juguetes La sonrisa de un niño.
Ayuda a Nepal
En cuanto al Premio Solidaridad 2015 a la Acción Empresarial, el jurado ha decidido otorgárselo a la franquicia Goccia Verde Salamanca, dedicada a la gestión de reciclaje y a la comercialización de detergentes respetuosos con el medio ambiente, que ha sido valorada por colaborar con INSOLAMIS enseñando a personas con discapacidad intelectual los pormenores del funcionamiento de su tienda, brindándoles la oportunidad de aprender un oficio.
El niño de 8 años Marco Sayagués Rodríguez, de origen nepalí, ha recibido el galardón en la categoría de Solidaridad Infantil por promover en su entorno una campaña de sensibilización y captación de fondos para Nepal tras el devastador terremoto de mayo de 2015. Consiguió recaudar 4.000 euros destinados a la reconstrucción de orfanatos de Katmandú. En su bonita historia de compromiso también destacan la grabación de un vídeo difundido a través de la web de su colegio, San Agustín, y sus visitas clase por clase para explicar a sus compañeros la importancia de colaborar con la causa, remitiéndose incluso a sus recuerdos de la vida en el orfanato.
Instantes después, del sobre que guardaba el secreto del ganador del Premio Solidaridad con las Personas Refugiadas salieron dos nombres, los de José Luis Carrera y Álvaro Vallejo, dos bomberos que se desplazaron hasta la isla griega de Lesbos, junto a otros compañeros voluntarios integrantes de la ONG G-Fire, para auxiliar a los refugiados llegados por mar. Estuvieron ayudando durante dos semanas de forma totalmente voluntaria antes de ceder el testigo a otros bomberos, costeándose sus propios viajes de ida y vuelta.
Y un año más, Cruz Roja Salamanca ha otorgado un Premio Especial Solidaridad, que esta vez ha reconocido la labor de ACCEM Salamanca, una asociación de larga trayectoria en la mejora de las condiciones de vida de personas en situación vulnerable, especialmente el colectivo de refugiados, migrantes y personas en situación o riesgo de exclusión social.
Por último, la institución humanitaria ha querido entregar una Mención Especial a la empresa de azafatas Maribel Hernández, que cada año colabora de forma desinteresada en la celebración de unos premios que desde esta misma noche van camino de su edición número 21.
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