La adicción al juego es una realidad en un importante sector de la sociedad española, particularmente muy joven. La Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, FEJAR, ha revelado en los últimos meses porcentajes elevados del descenso de la media de edad, que acentúan la problemática del juego como una pandemia social.
Un problema que se ha instalado al calor de la rapidez de las nuevas tecnologías e internet. La aparición de nuevos formatos de juego instantáneos han acelerado el proceso de adicción y el número de veces que se usan estos servicios, sin control de acceso a este tipo de juegos, hasta lograr convertir al usuario en un jugador patológico.
FEJAR quiere manifestar con voz rotunda, en el Día Nacional Sin Juego de Azar, hoy 29 de octubre, que el juego no es un vicio, es una adicción. Cuando el juego se convierte en una adicción y se extiende se convierte en una enfermedad sobre la que hay que actuar con tratamientos específicos y eficaces.
La estrategia para revertir la situación que se vive en España con las adicciones sin sustancia, es decir, los juegos de azar, precisa la acción del Gobierno desde todos sus campos. Por eso, FEJAR reclama del Gobierno su compromiso más allá del Ministerio de Consumo. La Federación de Jugadores de Azar Rehabilitados, la federación más importante de España y que aglutina el mayor número de instituciones en lucha contra el juego, pide la implicación del Ministerio de Sanidad, así como las consejerías de los gobiernos autonómicos.
“Es preciso que se habiliten mecanismos necesarios para que los especialistas de salud mental se hagan cargo de la importancia de este problema social. El apoyo no puede ser solo promocional o publicitario. Tiene que reflejarse en el día a día y en el contacto con los enfermos patológicos”, asegura FEJAR, que reclama al Ministerio de Sanidad que que reconozca este problema como una enfermedad, y que con tal reconocimiento intervenga desde sus departamentos de salud, desde sus centros asistenciales de atención primaria y especializada.
Rehabilitarse del juego patológico, recuperar a una persona atrapada en los juegos de azar cuesta dinero y se traduce en tratamientos cognitivos conductuales, además de acarrear otros costes sociales y empresariales como las bajas laborales por depresión, pasando, necesariamente, por un importante desgaste del entorno familiar. Además, están las numerosas e importantes cuantías de las deudas generadas por cada paciente, como consecuencia de jugar descontroladamente, lo que obliga a reeducar y regresar a los modelos de comportamiento saludables, no patológicos.
Tasa del juego para el propio juego
Por eso, el papel de la administración pública no puede limitarse a sancionar o recaudar impuestos. La tasa de juego debe revertir en el propio juego, es decir, en el tratamiento y la prevención. “De las adicciones, como la del juego, se sale. Pero se precisa trabajar y ser constantes. Desde la prevención y desde los tratamientos. Con el juego existe un problema serio cuando la acción de jugar no es responsable”, añade la Federación, que lleva más de 25 años recorriendo un duro camino en solitario.
Recueda que las asociaciones han desarrollado desde la nada absoluta diferentes tipos de estrategias de impacto sobre los adictos a los juegos de azar consiguiendo recuperar a un altísimo porcentaje de personas atrapadas en esta nueva adicción del siglo XXI, tan dañina como el de las drogas o el alcohol.
“La experiencia de las instituciones asociadas a FEJAR, acogiendo a esta nueva clase de jugadores sociópatas, creando terapias asistenciales personalizadas y determinantes, soportando el peso de muchas familias que ya no son capaces de gestionar en los intramuros de sus casas la situación, y realizando un constante seguimiento sobre todos los casos que entran por nuestra puerta son un modelo de éxito que FEJAR pone al servicio de la Sanidad Pública”, explica la Federación en un comunicado.
Además, FEJAR desea aplaudir la esperada aprobación del Real Decreto de Comunicaciones Comerciales, con las respectivas restricciones a la oferta y la eliminación de todo patrocinio y de la utilización de reclamos, es decir, regalar bonos de bienvenida a nuevos jugadores de azar, que además no tenían controles efectivos sobre los perfiles de los jugadores atraídos por jugosas ofertas que incitaban a jugar, incidiendo en el control de acceso a todo tipo de Juego público o privado online o presencial.
FEJAR pide ahora a las Comunidades Autónomas que tomen ejemplo de las acciones impulsadas desde el Gobierno y tomen nuevas medidas regulatorias en el ámbito de sus competencias regionales.
Intervención de Sanidad
En la misma línea, desde la Federación Castellano y Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados, FECYLJAR, se insta a la Administración Pública a adquirir competencias directas respecto a la adicción al juego para tomen medidas regulatorias más estrictas y concretas.
Actualmente en la Administración Pública no se contemplan acciones para este tipo de adicción y son los propios médicos de cabecera de la sanidad pública quiénes derivan a los enfermos a las asociaciones especializadas repartidas por toda la Comunidad Autónoma.
Por un lado FECYLJAR solicita, tal y como lo puso de manifiesto FEJAR, la intervención de la sanidad pública como factor asistencial y regulatorio en el mundo del juego. “La ayuda tiene que llegar necesariamente desde la atención primaria pasando por los sanitarios especializados en el tratamiento de trastornos”, explica el presidente de la entidad, Ángel Aranzana.
Por ello y coincidiendo con este Día Nacional Sin Juego de Azar, FECYLJAR hace un llamamiento a las distintas Administraciones Públicas quiénes tienen la responsabilidad de planificar y desarrollar políticas globales para erradicar la ludopatía. “Estas políticas deben englobar acciones dirigidas a tanto a disminuir la accesibilidad a los salones de juego y casas de apuestas como a incrementar la prevención y limitar el efecto de la publicidad”, añade Aranzana.
Y es que la Administración Pública no sólo debe ser la figura sancionadora y recaudatoria de impuestos. “Debe implicarse en competencias directas como ya lo hace con otras adicciones como el alcohol o las drogas” comenta el presidente de FECYLJAR.
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