La ministra de Sanidad afirma que la falta de presupuestos “impide contribuir con mayor fortaleza” a eliminar el ‘limbo de la dependencia’

Esta es la explicación que ha ofrecido este miércoles en Salamanca la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, a la pregunta sobre la existencia de miles de personas en situación de dependencia que todavía no perciben la prestación que les corresponde, a pesar de tenerla ya reconocida. Lo ha hecho minutos antes de visitar el Centro de Referencia estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias de Salamanca (CRE de Alzheimer), donde ha expresado su confianza en que pronto “pueda haber un Gobierno” que permita “arrancar la legislatura” y “la vida institucional entre en fase de normalidad”.

“Es importantísimo avanzar en la financiación de la dependencia”, ha señalado Carcedo, y para ello, “evidentemente, se necesitan unos Presupuestos Generales del Estado”. En este punto, la ministra en funciones ha querido reconocer “el impulso de las comunidades autónomas (CCAA), que han hecho un esfuerzo sobre sus presupuestos para avanzar en el calendario previsto en la ley para la atención en los distintos niveles y grados de dependencia”. 

Sin embargo, ha añadido, “la situación es la que es, y desde la Administración General del Estado no podemos hacer otra cosa que gestionar esos presupuestos prorrogados, que alcanzan lo que alcanzan, y seguir avanzando en la medida que esos presupuestos lo permiten”, aunque “confío en que finalmente se pueda normalizar la legislatura para abordar estos desafíos y otros muchos que tiene la sociedad española, entre otros, un presupuesto mayor para la investigación, para la que estaban previstos 300 millones más”.

42.500 cuidadores cotizan a la Seguridad Social

En relación a la aplicación de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia, María Luisa Carcedo se ha referido “a una medida que adoptamos en el Consejo de Ministro antes de la convocatoria de elecciones: aprobar de nuevo el presupuesto por el que el IMSERSO se hace cargo de la cotización a la Seguridad Social de los familiares cuidadores”, cuya labor ha considerado “imprescindible, al margen de los apoyos profesionales, tanto sociales como sanitarios”, que requieren las personas dependientes.

Según ha explicado, cerca de 42.500 cuidadores familiares ya han sido incluidos en este convenio especial mediante el cual el IMSERSO abona sus aportaciones a la Seguridad Social, lo que evita que estas personas –mujeres en el 83% de los casos– “vean interrumpidas sus cotizaciones” y se encuentren “abocadas a resignarse a una pensión no contributiva” cuando se ven obligadas a abandonar su trabajo y a interrumpir su historia laboral para hacerse cargo de un ser querido en situación de dependencia.

Además, ha añadido, esta medida contribuye a lograr uno de los objetivos de la llamada ley de dependencia, el de “mantener a los afectados en su entorno en la medida de lo posible, proporcionándole los apoyos profesionales necesarios”. 

Innovaciones en el tratamiento sociosanitario de los afectados

Precisamente esta es una de las líneas de trabajo que se desarrollan desde el CRE Alzheimer de Salamanca, un centro de referencia del IMSERSO desde el que se avanza en la búsqueda “de innovaciones que se pueden incorporar al tratamiento sociosanitario de los enfermos” e incorporarlas a otros centros que atienden a pacientes con este tipo de patologías “de gran prevalencia en nuestra sociedad actual”. 

Como ha indicado María Luisa Carcedo, actualmente viven en España más de 700.000 personas con alzhéimer y otras demencias, “y las previsiones indican que la cifra va a seguir incrementándose por el éxito social que supone el aumento de la esperanza de vida en nuestro país”.

Sin embargo, ha destacado, “no debemos resignarnos a esperar pasivamente que se produzcan más casos, por lo que la función de este centro y de otros centros de investigación está orientada a investigar y conocer las causas que desencadenan la enfermedad para prevenirla”, tal y como se recoge también “en el futuro Plan Nacional de Alzheimer”, en cuya elaboración el CRE de Salamanca “ha tenido mucha importancia y la seguirá teniendo”. 

Minutos antes de iniciar su visita a las instalaciones acompañada del gerente regional de Salud de Castilla y León, Manuel Mitadiel, y de otras autoridades, la ministra de Sanidad en funciones ha recordado que el CRE de Alzheimer es un centro nacional “líder en investigación, análisis, conocimiento, evaluación y formación sobre esta y otras demencias”.

En sus doce años de funcionamiento, ha atendido a más de 14.000 familias y cuidadores, y 800 usuarios han ocupado plaza en los distintos programas de intervención directa que ofrece este centro, que registra una estancia media de diez meses. Asimismo, más de 100.000 personas se han formado a través de los seminarios, cursos, prácticas o pasantías profesionales convocadas por el CRE.

Además, este centro dependiente del IMSERSO participa de forma destacada y activa en la elaboración del Plan Nacional de Alzheimer, que hace unos meses se llevó a información del Consejo de Ministros y que, según ha recordado María Luisa Carcedo, contempla cuatro ejes de actuación: “La primera es fomentar la investigación y el conocimiento de la enfermedad, porque, como decía, no podemos resignarnos a que sea una demencia tan frecuente en nuestra población, y debemos conocer cuáles son los mecanismos que la desencadenan. En segundo lugar, tenemos que fomentar el diagnóstico precoz con una puesta a punto del Sistema Nacional de Salud (SNS), tanto de la Atención Primaria como de las especialidades hospitalarias correspondientes, para estar alerta y poder actuar de manera temprana, estimulando la actividad cerebral de las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer”, ha subrayado la ministra en funciones. 

En tercer lugar, se establece un eje de mejora de los servicios, apoyos y prestaciones para avanzar en la atención a las personas afectadas en distintos ámbitos, “y aquí interviene no solamente el sector sanitario, sino también el social, con el fin de mantenerles vinculados lo máximo posible a su entorno”. Por último, el cuatro objetivo pone el foco en la sensibilización de la sociedad para cambiar su visión sobre el alzhéimer. “Debemos evitar cualquier estigmatizacion sobre la enfermedad y lograr que socialmente existan complicidades en la consideración de las personas que la padecen y de los familiares a los que ls toca convivir con la evolución de esta enfermedad, dolorosa y triste cuando ves cómo tu familiar se va desconectando de su vida y se va aislando en su mundo”, ha señalado Carcedo.