Las consejeras de Sanidad y de Educación de Castilla y León, Verónica Casado y Rocío Lucas, respectivamente, han participado esta mañana en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en la que se ha estudiado la propuesta realizada por el Gobierno para desarrollar actuaciones coordinadas de Salud Pública para hacer frente a la COVID-19 en los centros educativos durante el próximo curso escolar.
En ella se basan las medidas sanitarias adoptadas por el Ejecutivo autonómico, desde donde este jueves se ha querido lanzar un mensaje de “tranquilidad y confianza a toda la comunidad educativa, a los alumnos y sus familias, a los centros y al personal docente”, porque “el próximo 9 de septiembre comenzará el curso 2020-2021 con las mayores garantías posibles”.
Aunque el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández-Mañueco ya adelantó ayer algunas de las acciones que deberán guiar los protocolos de los centros educativos de Castilla y León, Verónica Casado y Rocío Lucas han detallado esta tarde cuáles son las principales medidas, entre las que destacan el uso de mascarilla en clase a partir de los 6 años (segundo de Primaria), la ventilación frecuente de los espacios, la reducción de las ratios de alumnos por aula o la cuarentena de los grupos en caso de que se confirme un caso.
Además, han tratado de aclarar las múltiples dudas a las que se enfrentan las familias ante el inicio del curso y la imprecisión de algunas de las actuaciones de prevención que se han hecho públicas, entre ellas, la que se refiere a la declaración responsable que deberán firmar las familias, comprometiéndose a no llevar a sus hijos al colegio en caso de que presenten fiebre u otros síntomas compatibles con la COVID-19.
Dada la frecuencia con la que se producen los resfriados comunes y otras infecciones respiratorias en edad escolar, muchos padres se preguntan ante qué síntomas el alumno debe quedarse en casa y no acudir a clase y si basta con la presencia de mocos o estornudos, aunque no exista fiebre, una cuestión que algunos periodistas han trasladado a la consejera de Sanidad.
A este respecto, Casado ha explicado que, teniendo en cuenta que la mayoría de las infecciones por coronavirus SARS-CoV-2 en los niños cursan de forma asintomática o causan síntomas leves –que pueden ser similares a los de otras infecciones respiratorias habituales–, “si el niño tiene mocos, estornuda o tose y, desde luego, si presenta fiebre, no conviene llevarlo al colegio”, e indica que, aunque los signos sean leves, lo apropiado es “consultar con el pediatra y avisar al colegio”.
No obstante, la responsable sanitaria ha mostrado confiada en que la generalización del uso de mascarillas y la higiene de manos frecuente tendrá impacto sobre otras enfermedades de transmisión respiratoria, por lo que espera que se reduzca el número de niños con cuadros catarrales.
En cuanto a los efectos de incumplir el compromiso de no llevar a los hijos al colegio si muestran síntomas asociados a la COVID-19, la consejera ha recalcado que se trataría de actitudes “muy sancionables”, puesto que pueden conllevar un importante “impacto de salud”.
En el ámbito educativo, y con carácter general, Castilla y León implementará una serie de medidas sanitarias en el marco de la coordinación estatal que supone el acuerdo alcanzado hoy en el seno del Consejo Interterritorial del SNS, entre las que destacan las siguientes:
√ Uso de mascarillas en las aulas (a partir de los 6 años), recogiéndose lo indicado en la normativa autonómica que regula su obligatoriedad en vías públicas y espacios de uso público, ya sean estos abiertos o cerrados. Su utilización es una medida complementaria de prevención que no sustituye a al respeto de la distancia interpersonal ni a otras medidas de carácter general.
√ Medidas de limpieza y ventilación: ante la evidencia del impacto que los espacios cerrados tienen en la transmisión del virus, se insiste en las recomendaciones sobre ventilación, intensificando su duración y frecuencia, y se recomienda la importancia de priorizar, cuando sea posible, las actividades al aire libre.
√ Comedores escolares y mantenimiento de su servicio, no solo en lo referido al cumplimiento de las medidas de distanciamiento interpersonal e higiene en sus instalaciones o espacios habilitados para tal fin, sino también como vía para asegurar el acceso a menús saludables para el alumnado.
√ La probabilidad de trasmisión en el centro educativo, como en otros entornos de la comunidad, puede variar dependiendo de la situación epidemiológica, por lo que, en función de ésta, se podrán necesitar medidas adicionales.
√ El papel de los centros educativos es esencial, por lo que se debe mantener su actividad, priorizando al menos la educación presencial de la infancia y adolescencia en situación de especial vulnerabilidad (social o por necesidades educativas).
√ La experiencia en otros países que ya han abierto durante meses sus centros educativos enseña que se van a producir casos y algunos brotes, como en el resto de ámbitos de la sociedad, por lo que una gestión adecuada de los mismos minimizará su impacto; de ahí la importancia de contar con un procedimiento común para su gestión.
√ Ante la declaración de un caso positivo, se considerará contacto estrecho cualquier alumno que haya compartido espacio con el paciente confirmado en un radio de 1,5 metros sin haber utilizado mascarilla; en el caso del alumnado de entre 6 y 11 años, el uso de la mascarilla no se utilizará como criterio definitorio.
√ Además de lo anteriormente indicado, a efectos de identificación de alumnos como contactos estrechos, la Junta aclara que, si el caso confirmado pertenece a un grupo de convivencia estable (la clase, por ejemplo), todas las personas que lo integran pasan a tener esa consideración de contactos estrechos.
√ Las personas convivientes de casos confirmados y cualquier profesional del centro educativo, profesor u otro trabajador que haya compartido espacio sin mascarilla en un radio inferior a 1,5 metros durante más de 15 minutos, serán considerados contactos estrechos a los que aplicar los protocolos epidemiológicos y acciones asistenciales previstas frente a la COVID-19.
√ El estudio y seguimiento de los contactos estrechos tiene como objetivo realizar un diagnóstico temprano en aquellas personas que inicien sintomatología y evitar así la transmisión de la enfermedad en periodo asintomático o con escasa manifestación clínica.
Inicio del curso en Castilla y León
Según se explica desde la Junta, las medidas consensuadas hoy entre las CCAA y el Gobierno de España “coinciden totalmente con las que Castilla y León ya había plasmado en el Protocolo de prevención y organización del regreso a la actividad lectiva en los centros educativos para el próximo curso escolar, documento supervisado por la Dirección General de Salud Pública y que fue presentado el pasado 6 de julio.
Asimismo, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, anunciaba ayer acciones adicionales a ese protocolo que también se enmarcan en el acuerdo alcanzado esta mañana: el uso de mascarilla será obligatorio para los mayores de 6 años y se garantiza la distancia de seguridad de 1,5 metros entre alumnos. Además, se apuesta por la creación, en Educación Infantil y el primer curso de Primaria, de grupos estables de convivencia, que no necesitarán usar mascarilla ni guardar las distancias de seguridad. Estos grupos no interactuarán con el resto de alumnos y no compartirán espacios en la medida de lo posible.
Equipos COVID-Colegios
Castilla y León implantará en los centros educativos los denominados equipos de Coordinación-COVID, con profesores que contarán con una reducción de la carga lectiva. Estos se encargarán de establecer una coordinación fluida y efectiva entre el centro y los servicios asistenciales y de Salud Pública de la Comunidad para organizar la gestión adecuada de posibles casos y el estudio y seguimiento de los mismos.
Adelanto de la próxima vacunación frente a la gripe
Por último, en el Consejo Interterritorial del SNS también se han abordado cambios en las fechas de la próxima campaña de vacunación frente a la gripe, que, en el caso de Castilla y León, previsiblemente se adelantará a la primera quincena de octubre.
Como se explica desde el Gobierno autonómico, se atiende así a un escenario de posible complicación sanitaria por una segunda oleada de la pandemia de COVID-19, facilitándose la organización asistencial para compaginar la vacunación antigripal y su accesibilidad para las personas de riesgo sanitario y social que tienen recomendado vacunarse.
Entre estos colectivos se encuentran enfermos crónicos de diferentes patologías; personas mayores de 60 años e institucionalizadas en recursos de atención a mayores y personas dependientes; profesionales sanitarios y sociosanitarios y trabajadores esenciales para la comunidad, incluyendo a docentes y otros profesionales del sistema educativo castellano y leonés.
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