Los seguros de vida y el estilo de vida

La contratación de un seguro de vida es la garantía a la que los ciudadanos optan para compensar económicamente los posibles daños que se pudieran tener dentro de unos años, especialmente a medida que llega la edad más avanzada. Las compañías de este sector realizan una amplia valoración a la hora de confirmar las condiciones del acuerdo y, en ese sentido, llevar un estilo de vida saludable es un aspecto esencial para conseguir superar con éxito la prueba y obtener un buen precio. 

¿Qué relación guarda la alimentación, el ejercicio físico y la salud con un seguro de vida? La ecuación es evidente. Las aseguradoras realizan una evaluación de los riesgos a los que se enfrenta la persona contratante y estos son menores si lleva unos hábitos sanos y adecuados. 

La práctica continua de la actividad deportiva o la dieta son factores esenciales para cumplir con esta condición. Las personas que siguen esta línea tienen una esperanza de vida mayor, ya que su cuerpo no se resiente. Una vida sedentaria y una alimentación incorrecta, en cambio, son costumbres que afectan directamente al organismo y que aumentan las posibilidades de tener una muerte prematura. 

En la búsqueda de un estilo de vida saludable también se deben contemplar los riesgos asociados al consumo de alcohol y de tabaco, además de otras drogas ilegales. Fumar puede acortar la esperanza de vida hasta diez años, sin olvidar las dificultades respiratorias que las personas fumadoras pueden sufrir. Con este dato, resulta difícil que un profesional de una compañía de seguros no pregunte sobre este hábito. Es un punto habitual en el cuestionario, ya que el precio del seguro para el contratante es menor cuanto mayor es su esperanza de vida. 

El aumento del coste del acuerdo debido a que el interesado no lleva unos hábitos saludables es evidente, ya que la empresa se compromete a hacer frente a los pagos derivados del fallecimiento, así como a posibles indemnizaciones. Si ese momento es más tardío, los beneficios para la empresa son mayores. La ventaja que encuentran las personas que tienen un cuerpo sano es que pueden obtener unas buenas condiciones en las primas contratadas. 

¿Qué incluye un seguro de vida?

Una póliza de estas características se liga a la muerte de la persona que la contrata, pues la mayoría de coberturas se activan una vez se produce ese momento. Estas son muy variadas, ya que se contemplan diferentes riesgos y necesidades. Es habitual que un seguro de vida incluya una compensación económica, acordada previamente en el contrato, que se utiliza, principalmente, para asumir los gastos del entierro.

Entre las coberturas básicas también se incluyen servicios de asistencia psicológica, cuando fuera necesaria, y ayuda para realizar todos los trámites que se requieren en ese momento. No son días fáciles y derivar las gestiones administrativas a terceros supone una liberación. 

El seguro de vida, además, contempla coberturas como el anticipo de capital en caso de enfermedad terminal o de otros riesgos como la invalidez o problemas graves de salud. Los fallecimientos por accidentes también se valoran entre las posibilidades que el usuario puede contratar.