El pasado julio, el portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, anunciaba un antes y un después en la información sobre las listas de espera de los hospitales de Sacyl. Lo hacía destapando la existencia de miles de pacientes que hasta el momento no habían sido contabilizados en los informes que hacía públicos la Administración regional: 9.000 pendientes de cirugía, 61.000 de consultas externas y 28.900 de técnicas diagnósticas.
Dos meses después de que el consejero de Transparencia confirmara lo que muchas organizaciones sociales, sanitarias, políticas y sindicales han sospechado durante años –que los datos oficiales pasaban por un proceso de maquillaje antes de su publicación–, lo cierto es que el balance del último trimestre de 2019 demuestra ser más exhaustivo, pero también mucho más abultado.
A 30 de septiembre, un total de 34.800 personas aguardaban para ser intervenidas en los hospitales públicos de Castilla y León, aunque esta cifra incluye la llamada lista de espera estructural –la atribuible a la organización y a los recursos disponibles– y la integrada por pacientes que, si bien están pendientes de cirugía, no son operados porque existen motivos clínicos que impiden o desaconsejan temporalmente la intervención o porque han solicitado un aplazamiento por motivos personales o laborales.
Al finalizar el último trimestre, la lista de espera quirúrgica (LEQ) total registraba 3.700 personas más que el 30 de junio, fecha en la que Igea aportó la cifra de 31.074 pacientes. Sin embargo, es la LEQ estructural la que hace referencia a las demoras asociadas a la gestión y disponibilidad de recursos de Sacyl, y no a las que se deben a motivos médicos o a las circunstancias particulares de los usuarios. Al terminar septiembre, en este registro había 27.224 ciudadanos de la Comunidad pendientes de entrar en quirófano, es decir, 5.078 más que los contabilizados a 30 de junio, un considerable incremento que Francisco Igea achacó este jueves a la ralentización de la actividad hospitalaria que se produce durante el periodo estival.
En la comparativa con el mismo trimestre del pasado año, el balance tampoco es halagüeño, puesto que después del pasado verano entraron en la LEQ 1.307 personas más que las que lo hicieron tras el de 2018.
También la demora media ha empeorado con respecto al análisis anterior, cuando Igea puso sobre la mesa una significativa diferencia entre la espera media estructural, que era de 67 días al finalizar junio, pero que se elevaba hasta los 80 días al contabilizar a todos los pacientes pendientes de cirugía.
Tres meses después, esta última cifra sube hasta rozar los tres meses de demora en la LEQ estructural, que es de 89 días para el conjunto de la Comunidad, pero que en algunos centros iguala o supera los 100 días, como en los hospitales Santiago Apóstol y El Bierzo (100), el Complejo Asistencial de Burgos (110) y, sobre todo, el de Salamanca, que sigue a la cabeza de la Comunidad tanto por la espera media (123 días) como por el número de personas que aguardan para entrar en quirófano: 6.409, de las cuales 5.300 están en LEQ estructural, lo que supone más del 19% del total de la región.
“Rechazo de centro alternativo”
Dentro de los pacientes pendientes de cirugía pero que que no forman parte de la lista de espera estructural, el informe refleja que, a 30 de septiembre, en Castilla y León había 4.493 personas en espera “tras rechazo de centro alternativo”, en la mayoría de los casos en las especialidades de Traumatología (1.485), Cirugía General (1.442) y Oftalmología (1.187). En este caso, la demora media se eleva hasta los 136 días.
Traumatología, Oftalmología y Cirugía General, las especialidades con más pacientes
Según la evaluación de la lista de espera estructural por especialidades, las que acumulan una mayor cantidad de pacientes a la espera de ser operados siguen siendo Traumatología (8.498), Oftalmología (4.608) y Cirugía General y del Aparato Digestivo (4.549). Por el contrario, Cirugía Torácica (84 pacientes), Cirugía Cardiaca (105) y Dermatología (237) son las que registran menos personas pendientes de intervención quirúrgica.
Acceso a primeras consultas
Por primera vez, el balance oficial de listas de espera incluye la información relativa a las consultas externas y a las pruebas diagnósticas, si bien desde la Administración autonómica se aclara que los datos obtenidos “presentan diferencias en el registro que afectan a su homogeneidad, validez y representatividad”.
A partir de estas limitaciones, el análisis facilitado desde la Consejería de Sanidad indica que al finalizar el mes de septiembre había más de 184.500 pacientes pendientes de una primera consulta externa, de los cuales el 68% puede considerarse en lista de espera estructural porque su demora es atribuible a la gestión o la disponibilidad de recursos en Sacyl. En el resto de los casos, la Junta asocia la espera “a circunstancias especiales en la solicitud de la cita”, entre ellas, la determinación de una fecha concreta por parte del médico o la propia voluntad del paciente (ya sea por motivos personales o laborales o por la libre elección de especialista).
En este caso, son los hospitales de León (27.699 pacientes), Valladolid (27.531 en el Río Hortega y 20.874 en el Clínico) y Burgos (26.096) los que acumulan un mayor número de usuarios que esperan una primera consulta especializada. El tiempo medio de demora se sitúa en 64 días para el conjunto de la Comunidad.
Técnicas diagnósticas
También refleja el balance que ha hecho público la Junta de Castilla y León la situación relacionada con el acceso a técnicas diagnósticas, un área asistencial con una lista de espera estructural de 19.147 personas pendientes de una prueba a 30 de septiembre de 2019. Llama la atención en este análisis el hecho de que la cifra de pacientes que han solicitado un “aplazamiento voluntario” (12.527 personas) o que esperan un procedimiento diagnóstico que no se ha programado por razones clínicas (13.635) es casi tan elevada como la asociada a la demora estructural.
De hecho, en algunas técnicas concretas, es más alto el número de usuarios que aguardan por voluntad propia o porque la cita se ha retrasado por razones médicas que los que esperan por causas organizativas o de falta de disponibilidad de los recursos. Es el caso de las mamografías, para las que existe una LE estructural de 872 pacientes en la Comunidad, mientras que, según los datos oficiales, 1.073 han aplazado la cita voluntariamente y otros 1.057 no han sido llamados por motivos clínicos. Para estas pruebas, la demora media se sitúa en 74 días, y son los hospitales de El Bierzo, Clínico de Valladolid y Burgos los que contabilizan un mayor número de personas pendientes de ser llamadas.
Respecto a las ecografías, la LE estructural está integrada por 10.100 pacientes -la cifra más elevada del conjunto de técnicas diagnósticas-, a los que se suman otros 17.900 considerados en espera por aplazamiento clínico o voluntario. La demora media es de 88 días en el primer caso y de 111 en los segundos supuestos. Resulta sorprendente la información de algunos centros, como el complejo hospitalario de León, donde tan solo 203 pacientes forman parte de la lista de espera, pero se indica que 3.713 han solicitado el aplazamiento voluntario de su ecografía.
Y es que, como se apunta desde la Administración sanitaria, tampoco en el caso de las pruebas diagnóstica se dispone de registros homogéneos que puedan considerarse válidos y representativos.
El informe de Sacyl se cierra con los datos relacionados con los TAC y las resonancias magnéticas. En cuanto a la primera técnica, existe una LE estructural de 2.905 personas que se multiplica casi por tres si se suman los aplazamientos voluntarios o clínicos. La espera media es de 73 días para el conjunto de la Comunidad. Mientras, para acceder a una resonancia magnética en los hospitales públicos de la región existe una demora media de 129 días (curiosamente, mayor que la que se asocia a los retrasos voluntarias, que es de 101 días), y la lista de espera está formada por 4.398 pacientes, a los que se añaden otros casi 1.900 vinculados a aplazamientos solicitados por el usuario o que se deben a concionantes médicos.
Críticas políticas
Tras conocerse el balance oficial de las listas de espera de la Comunidad comenzaron a sucederse las críticas políticas. Así, el secretario general de Podemos Castilla y León, Pablo Fernández, ha lamentado que los ciudadanos “sufran” el incremento de los pacientes que aguardan una intervención qurúrgica, un aumento que se debe, ha asegurado, a la labor “inepta” del Ejecutivo autonómico.
En la misma línea, desde el PSOE de Salamanca se ha asegurado que la “incompetencia de PP y Ciudadanos es la única culpable del problema”. María García, secretaria provincial de Sanidad, ha declarado: “Mucho nos tememos que los datos hechos públicos son, en realidad, mucho peores, según algunas cifras que no se han dado a conocer, el maquillaje o la confusión de otras o las denuncias que nos llegan desde los pacientes y usuarios”.
La representante socialista de Salamanca considera que si se siguen “cerrando camas, reduciendo personal y decretando recortes materiales y laborales, además de privatizar la Sanidad pública, el problema de las listas de espera va a seguir sin solución”.
Además, la secretaria de Sanidad del PSOE salmantin ha insistido en que, en la provincia, “las listas de espera son un problema estructural, y no algo temporal o coyuntural, como nos quieren hacer ver”. Sobre esto, ha criticado, “el baile de etiquetas y de nombres que el Gobierno regional está utilizando para definir las listas de espera en Sanidad –”estructurales, clínicas, voluntarias, etc.”–, porque el problema “no son números que se contabilizan de una forma o de otra, sino personas que necesitan una prueba diagnóstica, una consulta especializada o una operación quirúrgica y llevan mucho tiempo sin saber, o incluso sabiendo, cuánto tendrán que esperar a que se la realicen”.
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