La edad avanzada es un factor de riesgo bien conocido de mal pronóstico en esta enfermedad. No obstante, hasta ahora, pocos estudios se habían centrado específicamente en pacientes muy ancianos hospitalizados con COVID-19 en nuestro país.
Los resultados preliminares de este trabajo han sido publicados recientemente en un artículo científico que firman 25 médicos internistas en Journal of Gerontology Series A: Medical Sciences, bajo el título Clinical Characteristics and Risk Factors for Mortality in Very Old Patients Hospitalized with COVID-19 in Spain. El objetivo de este estudio observacional, retrospectivo y multicéntrico, con datos clínicos de 2.772 pacientes de más de 80 años ingresados por COVID-19 (49,4% hombres y con una mediana de edad de 86,3 años) en 150 hospitales entre el 1 de marzo y el 29 de mayo de 2020, era describir las características clínicas de estos enfermos e identificar factores de riesgo de mortalidad hospitalaria al ingreso.
La investigación muestra que ser varón y un estado funcional deficiente antes del ingreso ─no las comorbilidades, dado que no fueron predictivas─ se asocian de forma independiente con la mortalidad hospitalaria, que incrementa a medida que avanza la edad, y también confirma que cuadros graves de infección por SARS-CoV-2 en el momento del ingreso se relacionan con un mal pronóstico.
Según se explica desde la SEMI, el 30,8% de los pacientes del estudio presentaban enfermedad cardiovascular aterosclerótica; el 25,6%, diabetes mellitus; el 30,5%, demencia y un 21% tenían un índice de Barthel, que valora el estado funcional del paciente, inferior a 60 (dependencia severa).
La tasa global de letalidad del virus en estos afectados ancianos se situó en el 46,9%, aunque las cifas aumentaron con la edad, siendo del 41,6% entre los 80 y 84 años; del 47,3% entre los 85 y los 90 años; del 52,7% entre los 91 y 94 años y del 54,2% a partir de esa edad.
Los autores del trabajo realizaron una regresión logística univariante y multivariante para evaluar los predictores de mortalidad en el momento de la hospitalización. Así, al ingreso hospitalario, los factores de riesgo independientes de muerte fueron: saturación de oxígeno inferior al 90%, temperatura superior a 37,8ºC, puntuación ≥2 de qSOFA (escala que evalúa el fallo orgánico) o presencia de infiltrados unilaterales-bilaterales en las radiografías de tórax, así como distintos parámetros y hallazgos analíticos que se especifican y desgranan en el artículo.
Esta investigación forma parte de las más de 70 en marcha ligadas al Registro SEMI-COVID-19, que contiene datos de más de 17.000 pacientes con infección por SARS-CoV-2 confirmada y que fueron atendidos por médicos internistas, especialistas en primera línea que han atendido al 80% de los enfermos no críticos hospitalizados en España durante la pandemia. En este registro participan casi 900 internistas de 214 hospitales de todo el país.