Más de la mitad de los adolescentes de Castilla y León bebe alcohol. De ellos, el 18% reconoce que se ha emborrachado más de cinco veces en el último año, un porcentaje similar en chicos y chicas. Ellas, además, fuman en mayor medida que sus compañeros, según revela el estudio presentado por el doctor Pablo Royuela, que refleja que mientras el porcentaje de fumadores entre los alumnos de ESO es del 18,1%, entre las alumnas supera el 23%. No obstante, la investigación también pone de manifiesto que estos menores creen que su estado de salud es bueno, que comen y duermen bien, que son deportistas y que mantienen una buena relación con sus padres.
En su tesis doctoral, el doctor Pablo Royuela no sólo analiza cómo viven la sexualidad los alumnos de segundo y tercero de ESO de Castilla y León, sino que se aproxima a otras realidades del universo adolescente, como la relación con sus padres, el consumo de drogas, la práctica de deporte o su nivel de asociacionismo, factores que pueden afectar, según destaca el autor, a su “salud actual o futura”.
De este modo, la investigación recoge que más del 88% de los estudiantes encuestados vive con sus padres, mientras que un 10% lo hace con uno de sus progenitores después de su separación. En general, los adolescentes afirman tener una buena relación con ellos -otorgan una puntuación de 8,18 sobre 10-, si bien ésta se va deteriorando a medida que avanza la edad.
La relación con los padres
En este sentido, resulta curioso cómo los chicos y las chicas que han participado en el estudio manifiestan sentimientos como el cariño y la confianza con mucha más frecuencia hacia la madre (89 y 76%, respectivamente) que hacia el padre (58% y 48%). Mientras, el progenitor es el que recibe los mayores porcentajes cuando se les cuestiona sobre emociones como el respeto (71%, frente al 57% que cita a las madres); el sometimiento o el temor (24%, frente al 20%); la indiferencia, que es sentida con mayor frecuencia hacia el padre (18%) que hacia la madre (13%) y la incomprensión (27%, frente al 18% que se siente incomprendido por su madre).
Por otro lado, nueve de cada diez adolescentes creen que su salud es buena, más del 80% asegura dormir bien y el 75% cree que se alimenta de forma adecuada. En este último aspecto, sin embargo, la percepción varía en función de los sexos, y mientras que la nota media de los chicos sobre su alimentación es de 4,19 puntos sobre 5, en las chicas desciende hasta los 3,94 puntos, lo que sugiere que el sexo femenino “es mucho más crítico frente a su propia nutrición”.
Más de siete de cada diez alumnos de ESO practican algún deporte habitualmente, aunque en el caso de los chicos el porcentaje sube hasta el 92%, frente al 59% de las chicas. Lo hacen fundamentalmente porque les divierte y les relaciona con amigos, y en segundo lugar, porque es sano y les mantiene en forma.
Su experiencia con las drogas
Asimismo, la tesis de este especialista en Medicina de Familia arroja información relevante sobre la experiencia de los estudiantes de Secundaria de la región con las drogas legales e ilegales. La mayoría (más del 77%) afirma tener suficiente información sobre el efecto de estas sustancias, según pone de manifiesto un estudio en el que se recoge que el 78,8% de los adolescentes no fuma.
Sobre esto, sin embargo, llama poderosamente la atención el análisis por sexos, porque en este caso son las chicas las que consumen tabaco en mayor medida: lo hace el 23,6%, frente al 18,1% de los chicos. Sí es cierto que el hábito tabáquico va aumentando con la edad, de modo que mientras a los 12 y 13 años el porcentaje de no fumadores es del 94%, éste desciende al 81% en el grupo de 14 años y cae hasta el 61% entre los alumnos de 15, 16 y 17 años. Respecto a las razones por las que fuman, casi el 64% manifiesta que es porque les gusta y les relaja, mientras que el 21,9% de los consumidores de tabaco no sabe el motivo de su adicción. Eso sí, más del 85% cree que debería dejar de fumar porque el hábito es perjudicial para ellos mismos y para los demás.
La tesis doctoral confirma también que estos menores no son ajenos a la ingesta de alcohol. El 55,7% bebe, y lo hace “porque me gusta y me divierte” (72,6%) y “porque me desinhibe y facilita las relaciones sociales”, un motivo que señala el 16,9%. Entre los adolescentes que consumen alcohol, casi el 57% admite haberse emborrachado en el último año, y aunque un 28% comenta que lo ha hecho “una o dos veces”, resulta llamativo el porcentaje de alumnos de ESO que reconoce entre cinco y diez borracheras (8,1%), o incluso más de diez (10%). Además, sin la cifra es similar en chicos y en chicas.
Por último, la gran mayoría de los adolescentes (88%) asegura no haber consumido drogas ilegales, y sólo un 8,3% admite haberlo hecho alguna vez para probar. Sin embargo, el contacto con este tipo de sustancias va aumentando conforme avanza la edad, y entre los 15 y los 17 años el porcentaje de no consumidores desciende hasta el 71%.
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