Ante la falta de tratamientos efectivos para contrarrestar el deterioro cognitivo, tradicionalmente se ha propuesto la música ambiental como una posible alternativa terapéutica para mejorar las tareas relacionadas con la memoria.
Su efecto ha sido durante mucho tiempo el centro del debate, pero ahora se ha descubierto que esta relación entre música y memoria posiblemente esté determinada por nuevos parámetros interindividuales, lo que significa que puede ser más compleja de lo que se pensaba anteriormente. Así lo demuestra una investigación liderada por Marco Calabria , investigador del grupo Cognitive Neurolab de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) , que ahora se plantea nuevos experimentos.
Los resultados iniciales del estudio Efecto Mozart y memoria en pacientes con deterioro cognitivo (MEM-COG) , financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, sugieren que escuchar música clásica de fondo mientras se realizan tareas de memoria no mejora ni empeora los niveles de aprendizaje de las personas con deterioro cognitivo leve (DCL). Sin embargo, se descubrió que escuchar más música de “alta excitación” tiene un posible efecto positivo en las personas que están acostumbradas a usar la música como un regulador emocional en su vida cotidiana, lo que sugiere que existe potencial para nuevas hipótesis e investigaciones .
El estudio, que se ha publicado en acceso abierto en el Journal of Alzheimer’s Disease , se ha llevado a cabo con pacientes de la unidad de neuropsicología del Hospital de Sant Pau de Barcelona, y en él han participado investigadores del hospital, la Universidad Concordia de Montreal y el Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón de Madrid.
No hay un efecto universal
“No encontramos un impacto general sobre el efecto de la música en términos de efectos positivos o negativos sobre el aprendizaje en casos de MCI, pero sí encontramos que sería modulado para cada individuo. Si las personas usan la música regularmente como un regulador emocional en su día a día, como para ayudarlos a mantener la calma o como compañía, les resultará más fácil obtener mayores beneficios de la música cuando tengan que aprender algo nuevo”, explica Calabria , doctora en Psicobiología.
Los sujetos del estudio eran personas con deterioro cognitivo amnésico leve , es decir, que tienen problemas de memoria como resultado de una aparición de neurodegeneración que es más específica en las partes del cerebro que se ocupan de los aspectos del aprendizaje y la memoria. Los experimentos consistieron en observar 24 fotografías de rostros humanos. Se instruyó a los participantes para que las memorizaran y, 10 minutos después, se les pidió que miraran una nueva serie que contenía las 24 imágenes anteriores y 24 nuevas, para intentar identificar las que ya habían visto.
Una elección clásica
El primer test se realizó con los sujetos escuchando música clásica en la fase de consolidación de la información pero no en la fase de recuperación, mientras que en el segundo ejercicio se repitió con el estímulo auditivo durante ambas fases. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en cuanto a los resultados.
En estos ejercicios se utilizó música clásica porque “es un tipo de música que se encuentra entre la relajación y la excitación , y ha demostrado ser la más efectiva para mejorar la memoria”. Además, el hecho de que sea instrumental reduce la interferencia (que puede provenir de la letra) con el contenido que los participantes tienen que aprender en la tarea de memoria.
Un rayo de luz
Sin embargo, el equipo de Calabria quiso hacer un tercer experimento con música popular que consideraban más estimulante que relajante, y tras un estudio preliminar, utilizaron una versión instrumental de Un rayo de sol , del grupo Los Diablos. En ese experimento, según Calabria, los resultados sugirieron que ” el uso de la música como estrategia para la regulación del estado de ánimo se asocia con un mejor desempeño en tareas de memoria “.
La investigación en curso
Este hallazgo abre la posibilidad de futuras investigaciones para continuar explorando el papel de las preferencias y actitudes interindividuales hacia la música entre los pacientes con deterioro cognitivo leve . El grupo tiene previsto continuar con el proyecto hasta finales de 2024 .
Durante este tiempo, investigará si la música de fondo podría ser más útil en otros dominios cognitivos, como en la atención y concentración en pacientes con enfermedad de Parkinson . Los experimentos también supondrán el uso de un nuevo dispositivo de espectroscopia infrarroja en el Neuro Lab , uno de los nuevos laboratorios recientemente inaugurados en la UOC, que mostrará la activación a nivel cerebral mientras tienen lugar los procesos cognitivos. Esto ayudará a determinar si hay o no alteraciones en la modulación del cerebro, en qué áreas se produce y si depende del tipo de persona estudiada, independientemente del nivel de respuesta a la música.
En términos generales, esto ayudará a encontrar un tipo de marcador que determine a las personas más propensas a beneficiarse de la música en tareas cognitivas . “Cuanto más sepamos sobre cómo la música ambiental configura los procesos cognitivos, mejor uso podremos hacer de la música como herramienta terapéutica en la estimulación cognitiva”, concluye Calabria, experto en el estudio de los procesos cognitivos y miembro del profesorado del Máster Universitario en Neuropsicología de la UOC .
Este proyecto de investigación recibe financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, y contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible ( ODS ) número 3, Salud y bienestar .
Artículo de referencia:
Calabria, Marco et al. Música de fondo y memoria en el deterioro cognitivo leve: el papel de las diferencias interindividuales’. 1 de enero de 2023: 815 – 829. DOI: 10.3233/JAD-221051
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