¿Cómo sé si soy adicto al teléfono móvil?

La pregunta que mucha gente se hace es: ¿existe realmente la adicción a los móviles?

Existe poca información, pocos estudios relevantes al respecto y bastantes mitos. Aunque tradicionalmente se ha asociado adicción con sustancias, lo cierto es que existen hábitos cotidianos aparentemente inofensivos que pueden convertirse en adicciones, como, por ejemplo, la ludopatía o la adicción a las compras. Se llaman adicciones psicológicas o adicciones sin sustancias y sus síntomas son básicamente los mismos que los generados por las drogodependencias. Por ejemplo, a algunas personas la privación de internet puede causarles síntomas de abstinencia, como ansiedad, humor depresivo, irritabilidad, trastornos del sueño o dificultades para concentrarse.

Una adicción psicológica es cualquier conducta repetitiva que resulta placentera y que genera una pérdida de control y una relación de dependencia, con una grave interferencia en la vida cotidiana. Estas características son fundamentales ya que nos permiten diferenciar una persona con adicción de otra que utiliza el móvil con mucha frecuencia y nos impiden caer en un error frecuente, patologizar la vida cotidiana.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada cuatro personas sufre un trastorno de conducta relacionado con adicciones sin sustancias. Mucha gente se preguntará entonces: ¿cómo puedo saber si soy adicto a mi teléfono?

Algunas consecuencias del uso abusivo de las nuevas tecnologías que pueden ayudarnos a identificar si nosotros o alguien cercano puede tener un problema de adicción son:

• Facturas elevadas.
• Intenso deseo de repetir la conducta.
• Reacciones emocionales negativas cuando la actividad es interrumpida (ansiedad, irritabilidad, cambios de humor…)
• Placer o alivio mientras se lleva a cabo.
• Mantener la conducta a pesar de las consecuencias negativas derivadas de ella.
• Necesidad de incrementar el tiempo dedicado a esa actividad.
• Deterioro en el rendimiento escolar o laboral.
• Deterioro de las relaciones sociales. Aislamiento.
• Pérdida de control.
• Negación, minimización u ocultación.

Un sector de la población que abusa especialmente de los teléfonos son los adolescentes. En mi actividad profesional encuentro frecuentemente padres preocupados por la tendencia de sus hijos a abusar de estos dispositivos. Es importante estar atentos a los primeros indicios de comportamientos abusivos del teléfono móvil y proporcionar información a niños y jóvenes sobre las ventajas y los riesgos de su utilización.

La mejor forma de prevenir estas conductas es potenciar en nuestros hijos actividades de ocio activo (deporte, lectura, manualidades…) y ayudarles a desarrollar una buena autoestima y habilidades sociales que les permitan desarrollar relaciones satisfactorias. Además, es buena idea retrasar en lo posible la posesión de un teléfono móvil propio y delimitar los momentos y los espacios de uso. No debemos olvidar que somos modelos para nuestros hijos, que ellos imitan nuestras conductas. Si ven que somos capaces de utilizar nuestro dispositivo móvil con moderación, ellos actuarán de la misma manera.

Si el problema ya existe, debemos limitar el tiempo de utilización y hacer una lista de las consecuencias negativas y todas las actividades gratificantes que han sido eliminadas como consecuencia de la adicción. Si, a pesar de todo, no somos capaces de separarnos de nuestro teléfono móvil podemos acudir a un profesional que nos ayude a encontrar una solución al problema. 

*Cristina del Río Antón es psicóloga y miembro de Saluspot