La pareja. Cómo aderezarla

Las parejas saben que mantener indefinidamente el noviazgo les hace perder el interés. Luego las mejores relaciones tienen altibajos sexuales y altos periodos en los que la intimidad se acentúa. Para mejorar la intimidad sexual, pueden fomentarla haciéndola más profunda. Las buenas relaciones se suelen dar cuando las emociones están comprometidas, más que en las que no lo están.

En la convivencia duradera no es difícil que el sexo se vaya convirtiendo en una actividad monótona, que se hace previsible, automática y hasta aburrida, pero puede no ser así. Sabemos que las parejas que llevan años juntas se quejan de falta de ilusión sexual o de la pérdida de emoción. Lo que necesitan es anticiparse, crear la intriga, ilusionarse con los momentos que van a vivir e intentar sorprender y complacer al otro.

Una pareja estable durante años sabe más o menos cuándo va a tener una relación, cómo va a ser y el resultado que va a obtener cada uno de los dos. La pareja desea la exclusividad, lo que lleva a la estabilidad y a sentirse más seguros, mientras que la motivación erótica se adormece. Puedes recuperar la motivación sin perder la seguridad, ni la estabilidad y empezar a aportar algo diferente, aunque antes tienes que liberarte de la monotonía.

Porque el sexo en el matrimonio no tiene por qué parecerse a una comida sosa, pero nutritiva. Si el tuyo lo es, aprende a sazonarlo. Y si puedes, tendrías que intentar cambiar el chip. ¿Por qué no os olvidáis de esos objetivos concretos relacionados con el acto sexual? Como hacer el amor un número de veces por semana, o que en cada sesión amorosa haya que tener varios orgasmos. Los objetivos predeterminados no son buenos compañeros en las relaciones sexuales, sobre todo si intentas ser creativo y espontáneo.

Y si piensas en situaciones voluptuosas… quizá censuras tus fantasías y tus deseos porque crees que ofendes a tu pareja si sobrepasas los límites de lo que consideras correcto, pero puedes llevarte una sorpresa. También puedes sorprenderla fuera del lugar habitual de la relación sexual haciendo algo que ella no espere de ti, incluso algo extravagante, y observa cómo reacciona. Y jugar a meteros una pequeña fruta o delicias en la boca con los dedos, mutuamente. Dejaros notas picantes y juveniles, no importa la edad que tengáis, y seguir este jugueteo en la cama.

Haced experimentos sexuales, añadiendo nuevas posturas, y no dudéis en reíros si alguna posición os resulta cómica. Proponeros no hacer el amor de la forma acostumbrada durante una semana. Jugad dentro de un baño de burbujas… vestiros con lencería picante… Utilizad un juego erótico de cartas… Probad cómo es hacer el amor con los ojos vendados… Apagad el televisor… Bailad desnudos con la luz tenue de las velas… Escribiros poemas eróticos entre vosotros… Organizad una cita arriesgada en cualquier lugar desconocido…

Y no olvidéis entrar en conversaciones sexuales y hablar de vuestras fantasías sin preguntar al otro “si eso lo ha hecho alguna vez con alguien” o “si tiene la fantasía de hacerlo con otra persona”. Disfrazaros… y apareced por sorpresa para seducir a vuestra pareja. Mandaros emails sexuales entre vosotros, aunque viváis juntos y no viajéis por separado.

Escribid sobre las apetencias y las fantasías sexuales y sed muy gráficos en las descripciones. Los correos sexuales son muy excitantes, tanto para el que los lee como para el que los escribe. Si no te resulta fácil, déjate guiar por un sexólogo que te enseñará tener más recursos, como utilizar novelas o poemas eróticos para expresar tus pensamientos y tus sentimientos. La imaginación es el mayor de los afrodisiacos sexuales. ¡Utilízala!

Autora del libro El sexo, magia para tu cuerpo

www.elsexoesvida.com

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