El incremento de las resistencias a los antimicrobianos es un gran problema de salud pública que está provocado una crisis en la medicina humana y animal en el mundo desarrollado. El uso masivo de antibióticos como promotores de crecimiento en ganadería y el uso masivo de dispensación a los pacientes humanos de los mismos sin receta es la causa principal.
Sería recomendable su uso racional y responsable, el empleo eficaz de técnicas diagnósticas, la prescripción de dosis terapéuticas correctas, evitando la prescripción convulsiva y su empleo como profilácticos.
A raíz de los brotes epidémicos de enfermedades zoonóticas en los últimos años en diferentes partes del planeta, como el ébola, la rabia, la influencia aviar, el síndrome respiratorio agudo grave y un largo etcétera, se hace necesaria la cooperación y la comunicación interprofesional médica y veterinaria. Este incremento se ve favorecido por factores como el cambio climático, los movimientos migratorios, la escasez de agua y la introducción de animales exóticos, entre otros.
Se debe prestar una especial atención al concepto de vacunación correcta y efectiva, tanto en humanos como en animales, como una de las medidas fundamentales.
Otra amenaza se cierne con el TTIP, el Tratado de Libre Comercio entre USA y la UE, y la gran tajada del agronegocio del que las multinacionales del sector esperan sacar pingües beneficios a costa de la salud de la población. El veto a los productos derivados de animales tratados con hormonas, como la ractopamina, se levantará en Europa, con el consiguiente impacto. De igual forma el uso de la somatotropina bovina empleada en vacas lecheras, que aumenta la producción hasta un 20% y al que algunos estudios científicos atribuyen impactos en la salud, como el incremento del riesgo de padecer cáncer de mama o de próstata. Coincide, curiosamente, que esta hormona es comercializada por la multinacional americana Monsanto, número uno de las semillas transgénicas.
No podemos permitir que prime el interés comercial sobre la salud de las personas y de los animales. Resulta una necesidad imperiosa la de aprender a colaborar entre las profesiones sanitarias y, para ello, deben iniciarse nuevos conceptos y objetivos en la formación de los futuros profesionales, así como potenciar la investigación.
Es de vital importancia una estrecha colaboración entre los profesionales de la medicina humana y la animal para aunar esfuerzos y mejorar los resultados en aras de la salud de este planeta.
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