Según la OMS, hasta este lunes se habían notificado en el mundo al menos 276 millones de casos de covid-19 y más de 5,3 millones de fallecidos. En España, los últimos datos del Ministerio de Sanidad indican que se han superado ya los 5,9 millones de contagios y se han producido más de 89.000 muertes asociadas al coronavirus.
Los expertos reconocen que “la historia historia natural, el curso clínico y las consecuencias a largo plazo” de esta nueva patología “aún no se comprenden completamente”. Aunque la mayoría de las personas que contraen la enfermedad se recuperan tras una infección por SARS-CoV-2, algunos afectados sufren problemas de salud posteriores al episodio agudo.
Esta serie de trastornos y secuelas que se producen tras superar la covid-19 son conocidos por una variedad de nombres, como long covid, covid persistente o síndrome post-covid. En septiembre del pasado año, la Unidad de Clasificación y Terminologías de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a petición de los Estados miembros, activó el código ICD-11 para clasificar y documentar los efectos tardíos o el curso prolongado de la covid-19.
Sin embargo, la ausencia de una definición estandarizada y consensuada de la covid persistente a nivel mundial planteaba importantes inconvenientes para avanzar en la caracterización de su epidemiología, “la investigación, la formulación de políticas y el manejo clínico de los pacietnes afectados”, así como en el desarrollo de tratamientos candidatos.
Ahora, una publicación de la OMS disponible en Lancet Infectious Disease y coordinada por Joan B. Soriano, médico epidemiólogo del Hospital de La Princesa (Madrid) e investigador del CIBERES, presenta la primera definición de consenso para la covid persistente:
“La afección post-covid19 ocurre en personas con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo. Los síntomas comunes incluyen, entre otros, fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva, y generalmente tienen un impacto en el funcionamiento diario. Los síntomas pueden ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de un episodio agudo de covid-19 o persistir desde la enfermedad inicial. Los síntomas también pueden fluctuar o recaer con el tiempo”.
Como se explica desde el CIBER ISCIII, la definición es fruto de un proceso Delphi dirigido desde Ginebra por la OMS en el que se coordinó a un panel formado por 265 pacientes, médicos, investigadores y expertos internacionales para evaluar 14 dominios y 45 ítems.
“Un primer paso en la buena dirección”
Según aclara en el artículo el Grupo de Trabajo de Definición de Casos Clínicos de la OMS sobre la Condición Post-Covid-19, aunque es probable que cambie “a medida que aumenta el conocimiento, este marco común proporciona una base para los estudios actuales y futuros sobre epidemiología, factores de riesgo, características clínicas y terapias”.
“Esta definición de consenso es demasiado larga como descripción, y quizás se requiera otra para los niños. Pero es un primer paso en la buena dirección. Fue un privilegio poder participar desde Ginebra en el desarrollo de esta iniciativa que incluía a pacientes, sus representante y colegas de Atención Primaria y de otras especialidades de España y muchos otros países”, ha señalado el Dr. Soriano.
Los autores reconocen en la publicación que quedan “muchas respuestas pendientes en torno a la covid-19 y sus secuelas”, entre ellas, el número de personas que presentan manifestaciones después de la infección aguda o cuáles son todos los síntomas vinculados directamente a la covid persistente –ya se han identificado más de 200 diferentes–, que al parecer son más frecuentes en las mujeres y podrían estar “relacionados linealmente con la edad”.
“Estos efectos parecen ocurrir independientemente de la gravedad inicial de la infección y, a menudo, están relacionados con múltiples sistemas de órganos. Un estudio encontró que hasta el 70% de las personas con bajo riesgo de mortalidad por covid-19 tienen deterioro en uno o más órganos –corazón, pulmones, riñones, hígado, páncreas o bazo– cuatro meses después de los síntomas iniciales de la enfermedad”, recogen.
En este sentido, el grupo de trabajo indica que esta primera descripción estandarizada, que incluye alguas de las manifestaciones más comunes de la covid persistente, “está destinada a ser aplicada en la comunidad y en el entorno de atención médica para optimizar el reconocimiento y la atención de las personas con afección post-covid-19”, pero es probable “que cambie a medida que surja nueva evidencia y nuestra comprensión de las consecuencias de la covid-19 continúe evolucionando”.
Fuentes: Lancet Infectious Disease, CIBER ISCIII, OMS
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