La posición del sol durante el invierno es más baja en el cielo, de forma que los rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos e igualmente nocivos para nuestros ojos, por lo que es fundamental usar gafas durante todo el año. Además, el frío y el aire propios del invierno provocan un aumento del lagrimeo y sequedad en nuestros ojos que se puede reducir protegiéndolos con unas gafas adecuadas y utilizando lagrimas artificiales.
Cada año se dan muchos casos de quemaduras corneales y hemorragias retinianas en esquiadores y alpinistas. Estas últimas han sido descritas como hemorragias retinianas provocadas por la altitud y por la utilización de gafas de protección solar inadecuadas en estos entornos. Algunos investigadores han destacado incluso una incidencia de esta dolencia ocular hasta del 29% en escaladores en altitudes que van desde 3.500 hasta 8.000 metros, siempre por la utilización de unas gafas no suficientemente adecuadas a estos entornos. Los esquiadores, tanto habituales como esporádicos, deben tener especial cuidado en la protección de sus ojos.
La radiación ultravioleta (UV) pueden ser hasta ocho veces más intensa en las pistas de esquí que en otros lugares debido a las propiedades de reflexión de nieve. “Como la nieve puede reflejar hasta el 80 por ciento de la luz en comparación con las superficies terrestres normales es vital que, si deseamos evitar problemas oculares y visuales posteriores, nos dejemos aconsejar por nuestro óptico-optometrista y elijamos unas gafas de sol protectoras que estén diseñadas específicamente para los deportes de invierno y que absorban al menos el 95 por ciento de la radiación UV”, indica Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
Con ojos claros, más riesgo
Según sus palabras, la luz del sol puede dañar seriamente las estructuras del ojo, “lo que aumenta el riesgo a largo plazo de desarrollar condiciones patológicas como queratitis, cataratas o incluso degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Las personas con ojos de color claro están en mayor riesgo del daño solar, así que si se tienen los ojos azules o verdes, se debe tener aún más cuidado al escoger unas gafas protectoras para la nieve”, explicó.
El Consejo General de Ópticos-Optometristas ofrece los siguientes consejos sobre la mejor manera de proteger los ojos en la practica del esquí:
• Pregúntele siempre a su óptico-optometrista sobre el mejor tipo de protección ocular según la actividad a desarrollar, la fotosensibilidad y el color de los ojos.
• Siempre que sea posible, elige las gafas que ofrezcan una visión óptima tanto en días soleados, como nublados o incluso con niebla, condición meteorológica muy común en las estaciones de esquí y que hace que la visibilidad sea baja.
• Si se opta por comprar gafas de sol de alta protección o gafas de sol de diseño especial para deportes de invierno, tener en cuenta que cumplan con las normas ISO relevantes para protección y el marcado CE, lo que demuestra que cumplen con las normas de seguridad europeas.
• Hay cuatro categorías de intensidad del color de las lentes en este estándar de protección solar. En las estaciones de esquí se debería escoger la categoría 4 (el más oscuro) ya que es el que más protege en condiciones soleadas.
• Elija gafas de sol que bloqueen el 99 al 100 por ciento de la radiación UV-A y UV-B.
• Seleccione las gafas que se adapten cómodamente a la forma de su cara. Asegúrese de que es el tamaño adecuado para usted, y que no se caigan en el caso de movimientos bruscos esquiando o vientos fuertes.
• Asegúrese que las lentes también cubran las zonas laterales de su cara (las sienes), con el fin de proteger también esta zona de las nocivas radiaciones solares.
• Las lentes de las gafas de protección solar para el esquí también pueden graduarse, según el defecto refractivo que tenga el usuario, para que la visión sea perfecta a cualquier distancia. La utilización de lentes de contacto también pueden ser una buena solución en el caso de utilizar gafas sin graduación.
• No se olvide de sus hijos; ellos son más vulnerables a los rayos UV. Además la exposición UV es acumulativa y puede no mostrar su efecto durante muchos años.
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios