Desde su creación, en abril de 2010, la Asociación Marillac ha atendido en su piso tutelado a 37 mujeres en especial necesidad por el desamparo familiar. Las Hijas de la Caridad ofrecen una atención integral, de reinserción en la sociedad, la integración laboral, el apoyo en el estudio o la intervención psicológica y sanitaria, entre otros aspectos, como así lo subraya la presidenta de Marillac, María Eugenia González.
Las mujeres que viven en el piso tutelado de la Asociación Marillac, de las Hijas de la Caridad, tienen de media entre 18 y 40 años, sin cargas familiares y en común el desamparo o la destructuración familiar. Bajo el cobijo de esta asociación tienen en la actualidad a diez mujeres (la totalidad de las plazas), donde pasan un tiempo indeterminado hasta que se normaliza la situación, bien sea cuando se insertan en el mundo laboral u obtienen algún tipo de prestación. La presidenta de Marillac, María Eugenia González, recuerda que el objetivo de la asociación es estar cerca de los que sufren, “acercarnos a mujeres en especial necesidad por el desamparo familiar”. Además, confirma que las personas que acogen están como en casa, con una atención integral, “con integración laboral, apoyo al estudio, intervención psicológica y sanitaria o la realización de talleres”. De las 37 mujeres que han atendido desde su creación -en abril de 2010-, en el 80% de los casos han alcanzado los objetivos.
La directora del piso tutelado, denominado ‘Rosalía Rendú’, Sonia García, detalla el perfil de las mujeres que pasan por allí. “Mujeres afectadas por la crisis que estamos pasando, la violencia intimidatoria, la gente sin trabajo y la desestructuración familiar”, aclara. Las necesidades son sobre todo económicas y sociales, “algunas por situación familiar, abandono de los estudios y la falta de redes de apoyo familiar”. Son mujeres sin hijos, porque como indica García, en Salamanca ya existen otros centros adaptados para la acogida de madres con personas a su cargo.
Las mujeres son derivadas a través de los CEAS o los programas de intervención familiar, “no trabajamos aisladas, sino en red”, matiza la directora del piso. Con el inicio de la crisis han notando un incremento de la demanda de mujeres, así como las estancias. A partir de ahora, la Asociación Marillac contará con el apoyo del Ayuntamiento de Salamanca, con un importe anual de 15.000 euros. El alcalde de la capital, Alfonso Fernández Mañueco, recuerda que desde el Consistorio se ayuda a las mujeres que lo están pasando mal, “para que tengan nuevas oportunidades”. Y además de la colaboración económica, el Ayuntamiento facilita a estas mujeres formación y herramientas para impulsar su inserción sociolaboral.
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