La alerta en Europa por 14 casos graves de botulismo ha creado preocupación sanitaria y, obviamente, ha generado interés y necesidad de información sobre la técnica empleada en estos casos y sobre sus complicaciones.

Entre los propósitos de Año Nuevo más frecuentes se encuentran siempre los deseos y buenas intenciones de cambiar de hábitos de vida, apostando por costumbres más sanas y el ejercicio físico.
La Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) unen de nuevo sus fuerzas en torno al Día de la Obesidad, que en esta ocasión pone el foco en la investigación y su trascendental valor para asegurar un futuro más óptimo en este ámbito.
Reducir el exceso de peso es el objetivo principal de cualquier abordaje de la obesidad, pero la forma de lograrlo determina, en gran medida, el éxito a largo plazo, más aún sabiendo que la recuperación del peso perdido es una realidad demasiado habitual en buena parte de las estrategias.
En el Informe Regional Europeo sobre la Obesidad 2022, que ha publicado recientemente la Oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, se evidencian las proporciones epidémicas que han alcanzado la preobesidad (sobrepeso) y la obesidad en adultos en la Región Europea.
El grupo de trabajo de Ejercicio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), con la colaboración de TechnoGym y UAX Rafa Nadal Sports University, han puesto de manifiesto en las ‘II Jornadas de prescripción del ejercicio en personas con obesidad’ el enorme impacto económico que tiene el sedentarismo en España, así como han resaltado el importante retorno social de la inversión para evitar y combatir el comportamiento inactivo.
La diabesidad aumenta hasta en siete veces el riesgo de mortalidad. Así lo ha advertido la doctora María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) en el marco del 9º Congreso de Diabesidad, celebrado recientemente en Madrid.
Las personas que viven con obesidad experimentan con frecuencia síntomas de ansiedad (70,3%) y depresión (66,2%) derivadas de su exceso de peso y, al mismo tiempo, la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño son factores de riesgo potenciales para desarrollar obesidad.