A eso de las diez y media de la mañana, la sorprendente tranquilidad que podía observarse en el paseo del Doctor Gregorio Marañón, por el que se canaliza desde hoy todo el tráfico de entrada y salida al Hospital Clínico de Salamanca, hacía pensar que la primera jornada de cambios en la circulación por la zona sería menos complicada de lo esperado. Apenas unos cuantos coches y alguna ambulancia recorrían los cuatro carriles habilitados en esta vía, uno de ellos -de bajada- reservado precisamente a los vehículos de emergencias.
Al parecer, tan solo alguna que otra madre desconocedora de las modificaciones había tomado esta calle -ahora de estacionamiento prohibido- para acercar a sus hijos al colegio, pero unos metros después llegaba la confirmación de que los despistes durante la mañana no eran, ni mucho menos, esporádicos. Muchos conductores intentaban aproximarse al recinto hospitalario desde el campus universitario sin saber que, al llegar a la rotonda situada frente a la Facultad de Medicina, el paso había quedado interrumpido. Caras de sorpresa -o de fastidio- y giros para regresar por donde se había venido se repetían minuto a minuto.
Y es que desde hoy, y durante al menos los próximos dos o tres años, el único camino para acceder al complejo hospitalario salmantino en coche empieza en la avenida de los Maristas -o en la avenida de Filiberto Villalobos, a través de las calles Villarino y Volta-, para continuar por el paseo del Doctor Gregorio Marañón y Alfonso X El Sabio, hasta la calle Donantes de Sangre. En este punto, dos posibilidades para el conductor: hacia la derecha, por una nueva rampa descendente, para llegar a la entrada del Clínico y dejar -que no acompañar- al enfermo, visitante o trabajador que traslade o hacia la izquierda, para tomar, unos metros más adelante, la rampa que permite entrar en el parking privado de la zona, a partir de ahora la única posibilidad de estacionar al lado del centro sanitario.
Prácticamente sin atascos
Lo cierto es que a esas horas no existía ningún colapso en la circulación hospitalaria y que el ensanchamiento de la calzada y la prohibición de aparcar en el recinto le conferían una sensación de mayor desahogo. Aparente, sin embargo, porque otros eran los elementos que alimentaban el cierto caos que esta mañana podía detectarse en la zona. Entre ellos, y en buena medida, el desconocimiento de numerosos ciudadanos de los drásticos cambios, que tuvieron a muchos conductores “dando vueltas” sin saber por dónde entrar, después de encontrarse con que el acceso habitual al hospital -a través del paseo de San Vicente-, se había clausurado.
La escasa señalización de las modificaciones circulatorias no ayudaba precisamente a minimizar esta generalizada confusión, aunque, afortunadamente, la amplia presencia policial en la zona y el personal de seguridad del complejo hospitalario -reforzado estos días- permitía paliar el desconcierto y encontrar una respuesta a la incesante pregunta de la mañana: ¿por dónde tengo que ir?
Despiste, mucho despiste, para una mañana complicada aún más por la intensa presencia de obreros, escavadoras y vehículos de obra, que trabajaban a destajo para continuar acondicionando el recinto. Porque, a pesar de la entrada en vigor del desvío, a las actuaciones iniciadas por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Salamanca para adaptar el itinerario a las nuevas exigencias del tráfico le quedan mucho más que remates.
Le faltan, por ejemplo, las aceras para llegar a pie al Clínico desde el campus o desde el paseo del Doctor Gregorio Marañón. Su ausencia, junto con la proliferación de vallas -algunas de quita y pon, según el desarrollo de los trabajos que se realizan en la zona-, contribuía a que el desconcierto también se apoderara de muchos peatones. “Aquí no hay quien se aclare. Menos mal que hay personas que informan…”, comentaba una mujer, mientras que un operario que llevaba de un lado a otro un cartel de Paso para peatones explicaba a una pareja que, si quería “ir a lo seguro”, para llegar caminando a la parte trasera del hospital lo mejor no era compartir calzada con coches y escavadoras, sino atravesar el centro sanitario por la puerta situada bajo la entrada principal buscar la salida.
Pero sin duda lo que generaba un mayor malestar entre los usuarios -además de haberse encontrado con semejante lío de tráfico sin saberlo- era la imposibilidad de aparcar en las inmediaciones del Clínico, un condicionante que se venía venir desde hace años -el Ayuntamiento y la Junta avisaron hace tiempo de que este momento llegaría con las obras de la futura Ciudad de la Salud-, pero que pilló a muchos por sorpresa.
Y es que a partir de ahora se complica eso de ir al hospital en coche y acompañado, una ecuación que sólo podrá resolverse -sobre todo si el enfermo tiene problemas de movilidad- si en el vehículo se trasladan, al menos, tres personas: el paciente, el acompañante y un conductor que les deje en la puerta y se marche para aparcar en otro lado. Lo más próximo, el párking privado del Clínico o el del Virgen de la Vega y, como alternativa gratuita, el aparcamiento municipal existente en Salas Bajas, con acceso por la glorieta de la Charrería. Por eso también la entrada principal del Clínico aparecía repleta de personas que esperaban, móvil en mano, que el conductor volviera para recogerlas.
“Me viene a buscar mi tío y no sabe por dónde pasar”, explicaba un joven que anoche llegó “perfectamente” al hospital y al abandonar el centro por la mañana se lo encontraba todo cambiado. “Esto es un desastre. No sabíamos por donde entrar, no sabíamos que no se podía aparcar, la bajada peatonal desde el párking del Virgen de la Vega está vallada… Nos ha tenido que dejar mi hijo en la puerta. ¿Acaso un enfermo que no ve, como es nuestro caso, puede venir así? Menos mal que veníamos media hora antes de la cita”, protestaba una ciudadana. A su lado, un hombre exclamaba: “¡Esto es una vergüenza! No podía entrar, he dado 50 vueltas, porque no indican cuál es ahora la entrada al hospital”.
Problemas de estacionamiento para el personal
Algunos taxistas también reconocían la confusión existente “por la novedad” y el “desconocimiento”, y entre los trabajadores el tema de conversación se repetía, al igual que el malestar. “Esto es un desastre total. La gente no sabe por dónde tiene que ir y nosotros no tenemos dónde aparcar, porque sólo hay dos plantas del aparcamiento reservadas para el personal, y son insuficientes. Al final, si no vives cerca, tienes que venir a las siete de la mañana para intentar buscar un sitio”, se quejaban dos profesionales del complejo, mientras se preguntaban por qué no se había elegido “otra opción” para tener un hospital nuevo en otro sitio. “Esto es como cuando estás de obras en tu casa y no puedes vivir en ella”, comentaban.
Lo más probable es que en unas semanas las aguas vuelvan a su cauce. Cuando la información sobre los cambios circulatorios se extienda, cuando se culminen los trabajos de adaptación y señalización de los nuevos itinerarios y, sobre todo, cuando los usuarios rompan con las viejas costumbres e interioricen las nuevas exigencias. Mientras tanto, la serenidad y la necesidad de armarse de paciencia serán indispensables.
Los detalles del desvío, en imágenes
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios