El Servicio de Cardiología del Hospital Clínic de Barcelona ha realizado más de un centenar de procedimientos de reparación transcatéter en pacientes con insuficiencia tricúspide.
Como se explica desde el centro hospitalario, la reparación con catéteres representa actualmente la mejor alternativa no quirúrgica para corregir la insuficiencia de la válvula tricúspide y mejorar los síntomas y el pronóstico de estos pacientes.
Con estos datos, el Clínic consolida este programa asistencial, que engloba desde el implante de un anillo valvular o un clip tricúspide al implante de una válvula a este nivel. Estas técnicas se aplican gracias a un equipo multidisciplinar formado por cardiólogos intervencionistas, cardiólogos especialistas en imagen, anestesistas y enfermería especializada en hemodinámica, así como cirujanos cardiacos.
La Dra. Marta Sitges, directora del Instituto Clínic Cardiovascular, sostiene que estas técnicas “mejoran de forma casi inmediata la capacidad física de una persona que se fatigaba a causa de una insuficiencia cardiaca derecha”. Gracias a ellas, “se evita la cirugía a corazón abierto y el paciente puede recibir el alta a las 24-48 horas del procedimiento”.
Técnica reservada a pacientes con alto riesgo quirúrgico
Según se explica desde el hospital catalán, estos procedimientos están reservados a pacientes que presentan un alto riesgo quirúrgico, puesto que la cirugía cardiaca todavía representa la técnica de elección, sobre todo en pacientes jóvenes con defectos estructurales en la válvula.
Durante la intervención, se coloca un catéter a través de la ingle derecha del paciente que llega hasta el corazón y permite colocar el dispositivo escogido (anillo, clip o válvula) para reducir de manera significativa la insuficiencia tricúspide. Una vez liberado el dispositivo, se retira el catéter y se coloca un pequeño punto en la piel que se retira a las 12 horas de la intervención.
La insuficiencia de la válvula tricúspide es una afección en la que la válvula que se encuentra entre las dos cavidades cardiacas derechas (ventrículo y aurícula derechos) no cierra correctamente. El mal funcionamiento de esta válvula permite que la sangre fluya de vuelta a la cavidad superior derecha de corazón (aurícula derecha) provocando fatiga progresiva y acumulación de líquido en abdomen y extremidades inferiores (edemas). La insuficiencia de la válvula tricúspide puede ser el resultado de una afección de nacimiento (enfermedad cardiaca congénita) aunque lo habitual es que sea secundaria a una dilatación de la aurícula o ventrículo derechos por enfermedades cardíacas concomitantes.
Tratamiento precoz de la insuficiencia tricúspide
El Dr. Xavier Freixa, cardiólogo intervencionista del Servicio de Cardiología del Clínic y responsable del Programa de Reparación Tricúspide Transcatéter, remarca que la válvula tricúspide ha sido “una válvula olvidada” durante muchos años. “La gran capacidad del tratamiento diurético para eliminar el exceso de líquido acumulado en el organismo debido a la insuficiencia tricúspide ha hecho que estos pacientes sólo consultaran en estadios muy avanzados de su enfermedad. Actualmente, sabemos que si tratamos a estos pacientes de forma más precoz con alguna de estas técnicas revertimos el deterioro de la válvula y evitamos que el paciente tenga que tomar dosis crecientes de diuréticos”, señala.
Por su parte, la Dra. Laura Sanchis, cardióloga especialista en imagen, afirma que la insuficiencia de la válvula tricúspide, por lo general, no presenta signos ni síntomas en las fases iniciales de la enfermedad. “Solo en los casos en los que la disfunción de la válvula tricúspide tiene un grado severo se empieza a presentar sintomatología típica progresiva”, apunta.
Algunos de los signos y síntomas evidentes de la insuficiencia de la válvula tricúspide son los siguientes: fatiga intensa, pérdida de la capacidad para realizar actividad física, hinchazón o edema en las piernas y abdomen por retención de líquidos. En fases muy avanzadas pueden aparecer alteraciones de la función del hígado o riñones. Detectar esta patología de forma precoz es clave para poder determinar el mejor momento de intervención sobre la válvula antes de que exista una afectación orgánica irreversible.
Fuente: Clínic Barcelona
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