El Servicio de Anestesia del Complejo Asistencial inició hace tres años un proyecto de investigación cuyo objetivo era evaluar la repercusión de la respuesta del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), que influye en el pronóstico y la supervivencia de los pacientes. Pilar Sánchez Conde es la investigadora principal, y realiza esta labor junto a otros dos compañeros de su especialidad, personal del Centro de Investigación del Cáncer (CIC), y del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
El síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) es el conjunto de fenómenos clínicos y fisiológicos que resultan de la activación general del sistema inmune con independencia de la causa. “Se activa con la cirugía, y a mayor agresión quirúrgica, mayor activación”, subraya la anestesista Pilar Sánchez Conde, que desde hace tres años investiga la repercusión del SRIS con el objetivo de mejorar el pronóstico y supervivencia de los pacientes.
Su estudio se ha centrado, por un lado, en pacientes que son intervenidos de cáncer de colon y recto, y por otro, de cirugía cardiaca, con circulación extracorpórea, donde la agresión es tan grande que la activación del SRIS es “enorme”. Como detalla esta investigadora, “cuanta mayor activación del Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica, más inmunosupresión, es decir, una bajada defensas, y por lo tanto más complicaciones y menos supervivencia”. Ella y su equipo han detectado que en estos pacientes se alteran la arginasa (una en enzima), y el CD3zeta, un marcador de las células C. “Y estamos intentando identificarlo como nuevos marcadores de la respuesta inflamatoria para poder actuar sobre ellos”, apunta la investigadora.
De momento, Pilar Sánchez Conde no puede adelantar cifras, pero lo que tratan de hacer es ver si hay correlación entre esos presuntos marcadores y las complicaciones, “tales como insuficiencia renal, fallo cardiaco, insuficiencia respiratoria, síndrome de fallo multiorgánico, las metástasis y en supervivencia”.
Esta anestesista confirma que se supone que quizás utilizando diferentes técnicas y fármacos anestésicos, “podemos actuar sobre esos presuntos marcadores y disminuir el SRIS, y con ello la morbilidad, las complicaciones y la mortalidad”. Estos supuestos ya los investigaron en modelos animales previamente, y los resultados fueron más favorables para los fármacos intravenosos que para los inhalatorios, “a diferencia de otros autores”, precisa Sánchez. Es una cuestión que tienen que confirmar en clínica y en estudios más amplios, como determina.
Los primeros pasos de esta investigación comenzaron en 2002, cuando Pilar Sánchez Conde formaba parte del grupo del doctor Lozano. “Hicimos todos estos trabajos en modelos animales, concretamente, en cirugía constructiva de aorta, comparando diferentes técnicas anestésicas y fármacos para ver si con alguno era menor la respuesta inflamatoria sistémica”, advierte. Y si que vieron que con alguno se producía una menor respuesta, con la analgesia intravenosa, y los marcadores de la inflamación eran más bajos. Sánchez Conde precisa que otros autores dicen que son mejor los halogenados.
Y la investigación en personas respecto al SRIS comenzó hace tres años, cuando Pilar Sánchez Conde consiguió una beca como investigadora principal. Fue en ese momento cuando vieron que en cirugía cardiaca la respuesta inflamatoria era muy grande, porque es muy agresiva. Por ese motivo, la línea se ha dividido entre pacientes intervenidos de cáncer de colon y recto, y de cirugía cardiaca. “Son distintas pero en ambos casos estamos mirando la respuesta inflamatoria sistémica”, sentencia.
En estos momentos están recogiendo los datos obtenidos, y el siguiente paso será prepararlo para poder publicarlo, aunque según avanzaban han editado ya algunos artículos en revistas de impacto. “Estamos muy contentos y con ganas de seguir, ha sido una experiencia buena”, admite la anestesista. El equipo de esta investigación está formado, además de por Pilar Sánchez Conde, por otras dos personas de su departamento del hospital, José María Rodríguez López y José Luis Iglesias, del Centro de Investigación del Cáncer (CIC), Faustino Mollinedo y Rósula García Navas, y Miguel Ángel Palomero, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
“Sin el Centro del Cáncer sería imposible, porque los análisis más precisos los hacen allí, es el soporte”, subraya. Lo que hacen es llevarles las muestras de sangre procesadas, “y en el CIC nos sacan todos los resultados”. Para realizar esta investigación, el personal de este centro es “imprescindible”. Al frente del Servicio de Anestesia del Complejo Asistencial está el doctor Clemente Muriel, que también forma parte de este proyecto.
Obtención de datos
La labor del equipo de esta investigación en el hospital ha sido sacar muestras de sangre de los pacientes en diferentes periodos. Antes de nada, obtienen la autorización, que tiene que pasar por el Comité Ético del Complejo Asistencial, y hablar con los pacientes. En el postoperatorio han contacto con la colaboración de las enfermeras de Cirugía, que les sacaban las muestras a los pacientes. En concreto, sacaban sangre en el preoperatorio, y después, a las 24, 48 y 72 horas. “Y ahora estamos revisando la supervivencia de todos, y en la aparición de la metástasis para ver si existe relación con estos presuntos marcadores que estamos investigando”, describe. El objetivo es ver si al estar más elevados hay más respuesta inflamatoria y si pueden actuar sobre ellos, modulando la respuesta.
En tres años, han contado con las muestras de 110 pacientes entre la cirugía cardiaca y de cáncer de colon y recto. “En cardiaca los resultados son muy claros, cuando llevábamos unos doce pacientes ya se veía, pero en el colon es más difícil”, subraya de nuevo Pilar Sánchez Conde. Ahora van a parar pero pueden continuar si hace falta, y en el futuro seguirán con esta línea de investigación. “Trabajar en equipo es bueno, te sientes apoyado”, determina esta investigadora. Ella valora el papel de la investigación, “y deberíamos de tener más tiempo dedicado a ello, pero a veces con la presión asistencial, y por ejemplo, las listas de espera, es más complicado”.
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