Sin embargo, pueden surgir riesgos cuando las mujeres que no tienen el thigh gap desean conseguirlo a costa de cualquier sacrificio (dietas extremas, excesivo ejercicio físico e incluso la cirugía) y se deciden a lograrlo aun poniendo en peligro su propia salud.
El thigh gap o espacio entre los muslos, esta imagen distorsionada de la belleza, puede llevarnos a desarrollar problemas psicológicos graves con consecuencias, en muchos casos, desastrosas para la persona. Las adolescentes tienen un riesgo aumentado, al encontrarse en una edad en la que su entorno es muy importante para ellas. Creen que estar dentro de los cánones de belleza que marca la moda las ayudará a ser más aceptadas y populares, a conseguir lo que se propongan. Las imágenes que les llegan desde el mundo del espectáculo y de la moda las incitan a tener esa visión de la vida: “Hay que ser delgada para conseguir lo que se desea”.
También es cierto que una imagen excesivamente delgada no es causa inequívoca de trastornos en el comportamiento alimentario. Si la persona come adecuadamente, con una dieta rica en todos los nutrientes necesarios para que nuestro organismo funcione correctamente, la delgadez es algo que va con nuestra estructura corporal. Pero cuando esa dieta no es acorde a nuestro gasto energético, cuando nos matamos de hambre para conseguir esa imagen flaca, cuando el ejercicio es excesivo para quemar lo que hemos ingerido o cuando se llega a la cirugía para conseguirlo, entonces hemos de estar alerta, porque algo no funciona en nuestro interior.
La rapidez con la que hoy en día viaja la información gracias a las nuevas tecnologías es un arma de doble filo con la que debemos contar. Lo que antes costaba conseguir por la soledad y el sufrimiento que conlleva, ahora es algo que se potencia, de modo que existen miles de grupos para animarse a conseguir el thigh gap sin flaquear en el intento. Incluso los comentarios recibidos en redes sociales, los consejos dados para adelgazar y las dietas extremas propuestas pueden ser determinantes para que las muchachas se decidan a buscar una imagen poco saludable que perjudica su salud y que puede conllevar graves enfermedades que desencadenen, en muchos casos, la muerte.
Ante tendencias como la del thigh gap o hueco entre los muslos, debemos estar alerta y tener en cuenta lo siguiente:
• Si crees que tú o alguien que conoces puede estar obsesionándose con conseguir este espacio entre las piernas o muestra una conducta extrema con su cuerpo, busca ayuda de tu entorno más cercano o la de un profesional experto en este tipo de trastornos.
• Las modas cambian, y lo que ahora se considera sensual o atractivo puede variar en poco tiempo.
• Recuerda que todas las mujeres no tenemos la misma estructura corporal y hemos de contar con ello a la hora de plantearnos expectativas que conseguir. Un cuerpo saludable siempre es mucho más atractivo.
• Antes de iniciar una dieta o comenzar a realizar ejercicio físico, consulta con profesionales que puedan aconsejarte y que te orienten en tus propósitos.
• Si comienzas a tener síntomas como dolor, dejar de menstruar, sentirte irritada o malhumorada sin motivo, con pocas ganas de hacer hasta las cosas que antes te gustaban, etc., es el momento de dejar la dieta y consultar con tu médico para determinar la causa de esos síntomas y evitar que una desnutrición te provoque daños irreparables.
• Y piensa que el físico es solo el recipiente que contiene lo realmente importante: tú misma.
* Mª Carmen Maluenda Navarro es psicóloga y miembro de Saluspot
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