
Náuseas, vómitos, malestar general… Todo apunta a un simple cuadro de gastroenteritis, que, sin embargo, mi médico ha elevado a la categoría de APR (Ataque Profundo de Repugnancia). En fin, que todo viene al caso de la lista de la mujer de un consejero de Castilla La Mancha que, como padecía de fuertes dolores a causa de una hernia discal, hizo uso de sus influencias para saltarse una espera de un año y aliviar todos sus males en un plazo de quince días y al módico precio de la Sanidad pública española…
Ya sabemos que esto pasa a diario. Que si no es la mujer del politicucho de turno, es la madre del adjunto de…, la hermana del gerente de…. , el marido de… (y así hasta que terminen con todos los parentescos que nos permite el diccionario). Pero ojo, que no se me entienda mal, que yo también estaría dispuesta a hacerlo. No dudaría un momento en perder la integridad y la honestidad a cambio de solucionar un problema serio de salud a cualquiera de mis seres queridos. Y como pienso que se trata de una tentación en la que todos caeríamos, lo que propongo es un sistema de gestión de las listas de espera que lo impida. Basta con hacer pública la relación de los pacientes y la fecha desde la que llevan esperando la dichosa llamada del hospital.
Y que no me vengan con los rollos de la confidencialidad y la intimidad, esas que se pierden por completo cuando por ejemplo te ingresan y te abandonan en un pasillo por el que pasa todo pichichi esperando por una radiografía. En cualquier caso, si surgen dudas al respecto, que pongan el número de historia o el DNI, o que nos den una clave. El caso es que el paciente tiene derecho a saber qué puesto ocupa en la lista y no vendría mal que pudiera hacerse una idea de cuánto más o menos le queda por esperar. Y así ni políticos, ni sanitarios, ni gerentes podrían meter mano en las listas ni colar a sus afines.
Señores gestores de la Sanidad pública, tomen nota por favor. No se quejen, que ahí les dejo una excelente excusa para que se gasten, como acostumbran, unos miles de euros en contratar a un comité de expertos que diseñe un sistema transparente de listas de espera que, a su vez, sea respetuoso con la gravedad de los casos.
Y ya les dejo… Voy a seguir vomitando un ratito más (al parecer tengo para una larga temporadita, sin contar con que me aparezca una úlcera u otra complicación). El médico me ha dicho que para esto mío del APR ni hay ni se espera tratamiento, así que me ha recomendado una venda para los ojos y una mascarilla. Mucho me temo que no será suficiente…
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