La AECC financia siete proyectos de investigación sobre tumores infantiles

Actualmente, es la única entidad española que mantiene una línea específica de ayudas para avanzar en el estudio de este tipo tumores, ya que, por su baja incidencia, su investigación depende de fondos cuyo destino son la biomedicina en general o el cáncer en particular, sin atender a las especificidades de la Oncología pediátrica.

Esta realidad se ha puesto sobre la mesa hoy, durante la celebración del VIII Simposio de la AECC de Resultados de Investigación en Cáncer Infantil, presidido por la Princesa de Asturias en Sevilla, y en el que se han presentado los siete proyectos que actualmente financia la asociación en este ámbito.

“No sólo hay que lograr una mayor supervivencia; hay que garantizar la calidad de vida de los pacientes que hayan sobrevivido al cáncer infantil, minimizando o erradicando las secuelas crónicas de los tratamientos oncológicos”. Así de contundente se ha manifestado la presidenta de la entidad, Isabel Oriol, durante el acto de presentación del encuentro, en el que hizo hincapié en el compromiso adquirido con la sociedad de continuar impulsando la investigación oncológica.

Además, ha agradecido el esfuerzo de las miles de personas que colaboran con la asociación porque, “gracias a ellas, podemos decir que la AECC es la entidad social y privada que más fondos destina a la investigación en cáncer en España”.

Uno de los proyectos científicos que cuenta con su respaldo económico tiene como objetivo elevar la supervivencia en uno de los tumores de peor pronóstico: el osteosarcoma metastásico, el cáncer óseo más frecuente en los niños, con entre 80 y 100 casos diagnosticados cada año en España. La supervivencia se mantiene entre un 50 y un 70%, pero en el caso de enfermedad metastásica se reduce a apenas un 20% de los afectados. El trabajo, liderado por el doctor Lecanda, del Centro de Investigación Médica Aplicada- CIMA de Pamplona, ha permitido identificar una proteína, la MGP (Matrix-Gla Protein), cuyo bloqueo amortigua la aparición de metástasis en el pulmón. Este avance permitirá en el futuro diseñar terapias que puedan anticipar o disminuir la diseminación del tumor, algo que, en la actualidad, no es posible.

Evitar las secuelas de los tratamientos

Una vez superados algunos tumores infantiles, pueden aparecer secuelas crónicas y graves, como la pérdida de audición como consecuencia de la ototoxicidad de algunos tratamientos, y algunas enfermedades cardiacas relacionadas con las terapias oncológicas, que limitan enormemente la calidad de vida de los pacientes. Para tratar de eliminar estas importantes secuelas, otro de los proyectos que financia de la AECC busca marcadores que indiquen qué pacientes van a tener efectos secundarios más fuertes, con el fin de buscar terapias alternativas.

En este sentido, la doctora Anna González-Neira, de la Unidad de Genotipado del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha logrado identificar nuevos marcadores genéticos asociados tanto a la respuesta terapéutica y supervivencia como a los efectos adversos de los tratamientos en el futuro. Estos resultados van a mejorar en gran medida la calidad de vida de los pacientes, y se podrán aplicar a la práctica clínica a corto plazo. De hecho, gracias a este proyecto se ha creado la Red Española de Farmacogenética en Oncología Pediátrica, lo que permitirá generar grandes avances en este campo, debido a la creación de una colección de muestras para seguir investigando.

La investigación española, en la elite internacional

La baja incidencia de los tumores infantiles en España -apenas unos 1.000 casos anuales- es uno de los motivos por los que los científicos españoles forman parte de consorcios internacionales, que facilitan el acceso a muestras suficientes para desarrollar sus proyectos de investigación con garantías. Gracias a esto, muchos de los trabajos presentados podrán beneficiar a pacientes del resto del mundo, colocando la investigación española en Oncología pediátrica en la elite internacional.

Según subraya la AECC, un dato que confirma esta realidad es que, tras Francia e Italia, España “es el tercer país europeo en investigar neuroblastomas, el tumor más frecuente en el primer año de vida”. La identificación del papel de la proteína BMP4 en la progresión de la leucemia linfoblástica aguda infantil, permitirá un mayor conocimiento de la enfermedad y saber a priori el riesgo de recaída de esta enfermedad, que actualmente se sitúa entre un 10 y un 15% de total de incidencia.

El doctor Agustín Zapata, catedrático de Biología Celular de la Universidad Complutense de Madrid e investigador principal del proyecto, busca que esta proteína sea un marcador en un simple análisis de sangre para poder identificar aquellos pacientes con más riesgo de recaída. La colaboración entre investigadores clínicos y básicos ha sido fundamental para el resultado final del trabajo.

Por otro lado, y pese a que no es uno de los proyectos que ha presentado resultados dentro del simposio, también se ha hecho público el objetivo del estudio del doctor Enrique de Álava, director de la Unidad de Gestión Clínica de Anatomía Patológica en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. El científico, que fue investigador principal en el Centro del Cáncer de Salamanca (CIC), es beneficiario de una de las ayudas de los Grupos Coordinados estables, dotadas con 1,2 millones de euros. Los fondos se dedicarán a buscar el talón de Aquiles de los sarcomas de Ewing metastásicos, que registran actualmente una supervivencia del 20%, de manera que se puedan detectar de manera temprana, incrementando el índice de superación hasta el 75%.