Ángel Mateos padece trastorno depresivo recurrente; Emiliano Juan, esquizofrenia crónica. Son compañeros de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales Crónicos de Salamanca (FEAFES-AFEMC), y aunque sus historias son tan particulares como las de cualquier otro ciudadano, ambos coinciden en dos cosas: en que la sociedad les pone demasiadas trabas por ser como son y en la generosidad con la que nos abren la ventana de su vida para que nos asomemos a ella sin prejuicios.

ÁNGEL MATEOS ULLÁN
Nada más entrar, suelta un chiste: “Dame tu nombre. Sí, hombre, ¿y luego cómo me llamo?”. Es curioso, porque se define como “muy retraído”. De hecho, suele mantener baja la mirada. Una mirada afable. A pesar de lo que decía el chiste, a Ángel Mateos Ullán no le importa dar su nombre, aunque prefiere no salir en la foto. Tiene 48 años, trastorno depresivo recurrente y una discapacidad del 74%, reconocida en 2011. Antes había trabajando en la construcción, en jardinería, en la limpieza… Cuenta que vivió con su madre, hasta que falleció, hace ocho años. Que no se lleva bien con sus hermanos, porque “no entienden lo que me pasa, y lo achacan a vagancia”. Y que ahora vive solo, en un piso compartido con otros dos chicos. Aunque no tienen mucho contacto, se lleva bien con ellos, y la convivencia es buena. “Cuando estoy bien, soy bastante sociable”, asegura.
Cuando está mal, sin embargo, es capaz de no salir de su cuarto en semanas. “Tuve una temporada de no salir en tres meses. Me molesta todo, así que me quedo a oscuras y sin hacer nada. Pero me vienen pensamientos negativos”, admite. Después de tantos años, Ángel intuye cuándo le ronda una de esas épocas. Y en esas estaba en el momento de la charla, así que había pedido cita con su psiquiatra, para adelantarse. “Mi organismo segrega poca serotonina -un neurotrnsmisor cuya deficiencia puede generar negatividad, ansiedad, obsesión, tristeza y baja autoestima, entre otros síntomas-, y el mes pasado me bajaron la dosis del tratamiento, así que yo creo que puede ser eso”, opina.
Su padre murió cuando él tenía 13 años. A eso atribuye su enfermedad. “Fue una pérdida muy grande. Me quedó la depresión”, apunta. De hecho, más de tres décadas después el mero comentario le tiñe los ojos de pesadumbre. A veces el trastorno depresivo le llena de un fuerte “sentimiento de ineptitud”, y entonces ya no piensa en nada. “Me frustro, tiro cosas… La última vez tiré el ordenador a la basura, porque fui a un curso de mecanografía y no me salían las cosas”, recuerda. Tan sólo era la primera clase, pero le bastó para sentirse incapaz y “ofuscarse”.
No se le dan muy bien las relaciones sociales. “Soy muy tímido y me cuesta relacionarme. Me afecta mucho lo que me dicen, y me cierro”, señala, aunque reconoce que le ha venido “muy bien” incorporarse a FEAFES Salamanca-AFEMC. “Me ayuda mucho a tener contacto con los profesionales y con los compañeros, y me siento bien. Ahora acudo a los talleres de Encuadernación. Antes también iba a Decoración, pero ha venido mucha gente”, explica. Fue en el Hospital de Día de Salud Mental donde le hablaron de la asociación, después de un ingreso en La Séptima, que es como toda Salamanca conoce la planta de Psiquiatría del Clínico. Allí ha estado dos veces para que le ajustaran la medicación. La última, después de un periodo de tres meses sin salir de su cuarto.
“Aquí me siento comprendido, y se lo agradezco mucho, porque muestran interés”, afirma Ángel, un hombre al que le gustan los toros -iba a algunas corridas con su padre- y la radio. “Escucho música. Sobre todo Radio Tormes. Y Radio 5, para tener de qué hablar”, comenta con una media sonrisa que hace sospechar un sentido del humor al que parece querer resistirse. Quizás sea porque está en días de bajón. Y puede que eso también justifique su respuesta a la última pregunta, la de si tiene algún sueño: “¿Para qué? En la vida uno se va desengañando”.

EMILIANO JUAN PRIETO
“Caí enfermo con 19 años. Ahí empezó todo. Estaba estudiando contabilidad por mi cuenta y me encontré mal. De momento vivo en un piso tutelado con cuatro compañeros. Antes, con mis padres, hasta que se hicieron mayores y no me pudieron tener allí”. Con Emiliano Juan Prieto son sencillas las presentaciones. En general, parece sencilla la vida. Aunque para él no lo haya sido. “Me siento mejor ahora. Tengo casa, comida, ropa… En la asociación paso el día, me ayudan y me escuchan. Voy a Encuadernación, a Decoración, a Habilidades Sociales… No tenía dónde ir y aquí me ayudaron”, asegura.
Padece esquizofrenia crónica, y es uno de los veteranos de FEAFES Salamanca-AFEMC, a la que está vinculado casi desde el principio. También pasó por el antiguo Hospital Psiquiátrico, cerrado hace un par de años. Quizás por eso valora tanto vivir en el piso tutelado. Por eso, y porque pasó 48 horas en la calle “por un problemita” y no le gustó nada la experiencia. “Se pasa muy mal”, dice. Reconoce que a veces tiene que lidiar con “ideas raras en la cabeza”, y por momentos es difícil distinguir la fantasía de la realidad en la vida de Emiliano. Como cuando explica que lo pasó “muy mal” en la Guerra Civil… y también “en Corea y en Vietnam”.
Lo que sí tiene claro es que la sociedad no comprende la enfermedad mental. “No la entiende o no la quiere entender”, sentencia. También lo que le gusta hacer: “Las matemáticas, las sumas, las restas, los quebrados…”. No en vano, estaba estudiando contabilidad cuando le sorprendió la enfermedad, que quizás estropeó su sueño. Al menos, eso es lo que cuenta.
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios