Sanidad advierte de los riesgos de comprar medicamentos falsificados para el tratamiento del COVID-19 por internet

Estos fármacos, “probablemente falsificados”, pueden ofrecerse para el tratamiento o la prevención del COVID-19 o como una manera fácil de acceder a medicamentos autorizados (originales) que, de otra manera, requerirían prescripción.

Como se recuerda desde este organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, los medicamentos falsificados son aquellos que se ofertan bajo la apariencia de originales o autorizados, y pueden incluir “principios activos distintos a los declarados, no contener ningún principio activo o contenerlo a dosis diferentes a las autorizadas”. Además, existe la posibilidad de que incorporen “sustancias muy nocivas que pueden producir daño a la salud o el empeoramiento de una enfermedad”.

Con el fin de evitar el riesgo que supone la compra de medicamentos en páginas web ilegales, desde la AEMPS se subraya que los fármacos que no requieren prescripción médica únicamente deben adquirirse en oficinas de farmacia autorizadas que estén registradas para la venta online por las autoridades sanitarias competentes (en España, las comunidades autónomas), un listado que puede consultarse AQUÍ. 

Todas las farmacias online registradas para la venta a distancia de medicamentos sin prescripción utilizan el logotipo común a través del cual se puede verificar su legalidad: un rectángulo con franjas horizontales y una cruz blanca situada en la mitad izquierda, a la altura de la franja central. En la parte inferior se sitúa la bandera del país donde está registrada la farmacia online.

Así, antes de adquirir fármacos en una página web, se debe verificar la existencia del logo y hacer clic en él, ya que redirigirá al sitio web de la autoridad sanitaria en la que aparecerá el listado de farmacias de venta a distancia autorizadas. Si la farmacia no se encuentra en el registro, no se debe comprar ningún medicamento a través de esa web.

Asimismo, las autoridades sanitarias recuerdan que actualmente no hay ningún tratamiento específico autorizado para el COVID-19, y que los medicamentos para el control de los síntomas producidos por esta enfermedad, como la fiebre, están disponibles, aunque su uso debe consultarse con un médico o farmacéutico.

En el caso de que haya problemas de suministro de alguno de estos fármacos, “se deben seguir los consejos de un médico, farmacéutico o las indicaciones de las autoridades sanitarias”. Puede encontrar más información sobre los problemas de desabastecimiento de medicamentos en la página web de la EMA y de la AEMPS, además de en el Centro de Información de Medicamentos (CIMA).

Demanda creciente de cloroquina y la hidroxicloroquina, la esperanza frente a la infección por SARS-Cov-2

Por otro lado, el inicio de ensayos clínicos en los que se tratará de probar la eficacia frente al COVID-19 de la cloroquina y la hidroxicloroquina ha desatado un desmedido interés por estos medicamentos, tradicionalmente utilizados para el tratamiento de la malaria y algunas enfermedades autoinmunes, como el lupus o la artritis reumatoide. Hasta el punto de que las autoridades sanitarias han decidido controlar su distribución con el fin de garantizar su abastecimiento y, sobre todo, de asegurar el acceso a estos fármacos de los pacientes crónicos que los toman habitualmente.

Como explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el pasado 16 de marzo comenzó la distribución controlada de hidroxicloroquina y cloroquina para COVID-19 en los centros hospitalarios a través de la aplicación de Gestión de Medicamentos en Situaciones Especiales (MSE). Mientras, se mantuvo el acceso a través del canal habitual para los pacientes que ya estaban en tratamiento con estos principios activos por enfermedades crónicas como el lupus o la artritis reumatoide, con el objetivo de evitar que tuvieran que acudir al hospital a recoger su medicación.

Sin embargo, “dado el stock limitado y la demanda creciente de estos medicamentos en muy diversas situaciones relacionadas con el COVID-19″, Sanidad ha considerado necesario controlar todas las existencias a través de la aplicación de MSE e implementar las siguientes acciones:

– Los titulares no pondrán más hidroxicloroquina/cloroquina en el canal hasta nuevo aviso.

– Todo el producto que está en el canal de distribución se pondrá a disposición de las autoridades competentes de las CCAA para dedicarlo a dispensaciones de continuación en pacientes crónicos bajo las indicaciones autorizadas.

– En base al número real de pacientes en esta situación, la AEMPS asegurará el stock de tratamiento mensual una vez que se acabe el que ahora está disponible en el canal. Las CCAA arbitrarán sistemas de control para garantizar que las existencias lleguen a estos pacientes crónicos fuera de los hospitales.

– El resto de hidroxicloroquina/cloroquina disponible se distribuirá a través de la aplicación de MSE mediante stock semanal, indicando el número de envases dedicados a ensayos clínicos autorizados y los destinados a tratamientos.

Hasta nueva orden, se han establecido las siguientes prioridades en el uso de estos principios activos:

– Tratamiento de los pacientes crónicos.

– Ensayos clínicos de todo tipo que incluyan hidroxicloroquina o cloroquina entre sus tratamientos.

– Tratamiento de pacientes ingresados con neumonía, aunque no se aconseja iniciar tratamientos en otro tipo de situaciones clínicas fuera del contexto de ensayos clínicos autorizados.

La evidencia sobre su eficacia frente al COVID-19 “todavía es baja”

A este respecto, desde la AEMPS se recuerda que la eficacia de la cloroquina y la hidroxicloroquina en pacientes con SARS-CoV-2 se está evaluando en un buen número de ensayos clínicos cuyos resultados no se han publicado por el momento. Por ello, se considera que el nivel de evidencia “todavía es bajo”, y está basado “en los datos preclínicos y de seguridad en otras indicaciones”. A pesar de ello, su uso ha generado expectativas, de modo que distintas autoridades (Italia, Francia, China o España) han incluido la cloroquina o la hidroxicloroquina como una de las alternativas de tratamiento en pacientes con infección por COVID -19.

Recientemente se han publicado los resultados de una cohorte francesa que incluyó 42 pacientes ingresados con infección por coronavirus SARS-CoV-2. Sin embargo, “se debe tener en cuenta que se trata de resultados observados en un número muy limitado de pacientes y que el estudio presenta muchas limitaciones”, por lo que es necesario “generar más evidencia al respecto”, así como “extremar la precaución y esperar a que se validen en el marco de ensayos clínicos controlados”.

En este contexto, la AEMPS “hace un llamamiento a la responsabilidad de todas las partes implicadas para conseguir que estos medicamentos estén a disposición de los profesionales sanitarios de manera equilibrada y ajustada a las situaciones clínicas a las que tienen que hacer frente”.