Cuando el pasado 1 de febrero se conoció en España el primer caso de coronavirus, un ciudadano alemán que hacía turismo en La Gomera, nadie podía imaginar lo que sucedería pasadas unas semanas. Ocho días más tarde, Sanidad confirmó un segundo diagnóstico en un británico que se encontraba en Mallorca y que se había contagiado en una estación de esquí en Francia. Eran dos casos importados y la situación parecía controlada.
Menos de dos meses después, el país está en estado de alarma por una epidemia de dimensiones planetarias, una situación excepcional que se prolongará al menos hasta el 11 de abril, tal y como aprobó esta madrugada el pleno del Congreso de los Diputados. La idea es mantener el máximo aislamiento posible para frenar la escalada imparable de daños de un nuevo virus que ha puesto al mundo en jaque.
De sus peores efectos hablan las estadísticas de víctimas mortales, números que no muestran los dramas personales y familiares que hay detrás, pero que sirven para observar la magnitud de esta crisis sanitaria que, sin duda, pasará a formar parte de la historia. Hoy son 4.089 los fallecidos en España, 655 más en las últimas 24 horas, aunque el aumento es algo inferior al de ayer (738). Nuestro país ya es el segundo del mundo con más decesos, solo por detrás de Italia, que lleva varios días reduciendo por fin sus elevados balances.
Los datos que cada mañana aporta el Ministerio de Sanidad también reflejan un nuevo incremento de casos confirmados, que llegan hasta los 56.188, lo que supone 8.578 más que ayer, con un crecimiento del 18%. Este jueves, desde el Gobierno se puntualizan algunas cuestiones en relación a la interpretación de los datos: “Los casos confirmados no provienen de la suma de pacientes hospitalizados, curados y fallecidos, ya que no son excluyentes. Pacientes fallecidos y curados pueden haber precisado hospitalización y, por tanto, computar en ambos grupos. Los que han precisado UCI también computan en los pacientes que han requerido hospitalización”, explica ahora la Administración sanitaria.
El informe se hace público alrededor de las once y media de la mañana. Es el momento de contener el aliento, a la espera de pistas que confirmen que por fin se ha alcanzado la cúspide de la llamada “curva de contagios”, el punto en el que la pendiente debería empezar a descender, aunque eso no suponga un alivio inmediato de la presión que existe sobre el sistema sanitario, como bien insiste a diario el director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias, Fernando Simón.
Esa tensión, en algunos casos “límite”, como ocurre actualmente en Madrid, tardará en suavizarse, teniendo en cuenta que la evolución hacia cuadros más severos de COVID-19 se produce días después del inicio de los síntomas. En este momento, los pacientes más graves son los 3.679 que han necesitado ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos, 513 más que ayer. Un total de 31.912 afectados han precisado hospitalización en centros asistenciales del país.
Los peores datos los registra Madrid, con 17.166 casos confirmados, 2.090 fallecidos (más de la mitad del total) y 1.221 personas en UCI, aunque Cataluña (11.592 diagnósticos) experimenta elevados aumentos, y contabiliza 672 vítimas mortales y 1.021 pacientes que han precisado Cuidados Intensivos.
En su análisis diario, Fernando Simón ha querido comenzar esta vez por las cifras de pacientes curados, un “buen dato” que se incrementa “día a día”. Ya son 7.015, frente a los 5.367 comunicadas en el informe del miércoles, y suponen el 12,5% del total de los diagnósticos en España.
El epidemiólogo ha explicado durante su intervención que si bien los casos confirmados siguen en ascenso, “parece que los incrementos se van ralentizando”. El 18% más de las últimas 24 horas “sigue la tendencia de los últimos días” y se sitúa, ha dicho, “por debajo del observado en semanas anteriores”. Según su interpretación, también se perciben curvas de aumento más “estables” en relación al número de hospitalizaciones e ingresos en UCI, al menos de nuevos casos, aunque Simón ha recordado que puede existir “un efecto de acumulación de casos”, teniendo en cuenta que las estancias de estos pacientes más graves son más largas.
“Otros valores que nos dan cierta esperanza son que el incremento de fallecidos es inferior al registrado ayer (665 más, frente a los 738 del miércoles, aunque no sabemos si esto será tendencia, y que los pacientes recuperados son cada vez más”, ha apuntado el responsable del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias, quien ha inistido en la cautela con la que hay que analizar unos datos todavía “parciales”.
Una tendencia esperanzadora, a pesar de los datos
Fernando Simón ha reconocido que no es fácil “incorporar al pensamiento” la idea de que la evolución de la epidemia de COVID-19 muestra algunos indicios positivos cuando los nuevos diagnósticos y los fallecimientos se cuentan por miles. Ha vuelto a intentar explicarlo: “Los datos notificados por las CCAA sufren un retraso respecto al momento en el que se produjo la infección, porque el periodo de incubación del virus y el inicio de síntomas oscila entre 2 y 14 días, aunque el promedio observado es de cinco o seis días. A partir de ahí, hasta que el paciente siente que sus síntomas son lo suficientemente graves como para contactar con el sistema de salud también pasan unos días. Solo cuando se produce el diagnóstico ese caso se notifica. Según los datos de los que disponemos con más detalle, que corresponden a cerca del 45% de los pacientes diagnosticados, se está produciendo un retraso de entre siete y diez días entre el inicio de la sintomatología y la notificación de los casos”.
En la práctica, esto significa que se están confirmando ahora infecciones de hace dos semanas (antes de que se activara el estado de alarma), lo que lleva a pensar a los expertos en Epidemiología “que la tendencia es que los incrementos se van suavizando, pero es algo que no podremos confirmar hasta que los datos notificados no acusen ese descenso de contagios que esperamos” tras haber implantado medidas para reducir los contactos y, con ello, las posibilidades de transmisión del SARS-CoV-2.
Sanidad reconoce una partida de test rápidos de escasa fiabilidad
Este jueves también se ha sabido que la primera partida de test rápidos adquirida a proveedores chinos por el Gobierno español ha resultado defectuosa y que los resultados de estas pruebas son de escasa fiabilidad. Lo ha reconocido Fernando Simón durante su comparecencia, en la que ha explicado que, entre las diferentes “vías de abastecimiento” que ha buscado Sanidad, la primera supuso un envío de 9.000 test “que se validaron en el Centro Nacional de Epidemiología y en algunos hospitales de Madrid. En este proceso se descubrió, ha señalado, “que las especificaciones de este lote no se corresponden con los certificados de calidad vigente”, por lo que se ha procedido a su devolución.
El epidemiólogo ha recordado que se han cerrado acuerdos con otros proveedores para la entrega progresiva de más de cinco millones de pruebas rápidas, no solo test antigénicos –que buscan detectar una infección activa por el coronavirus–, sino también serológicos, cuyo objetivo es descubrir signos de que una persona se encuentra “en una fase más adelantada de la infección o incluso que la ha superado”. Esto hará posible el estudio “de la posible inmunidad de la población” frente al SARS-CoV-2. “Se están preparando estudios poblacionales para conocer la inmunidad generada en la población. Para ello, deben realizarse test masivos para detectar qué personas han desarrollado anticuerpos contra el virus”, ha aclarado Simón. Esta información contribuirá también, ha añadido, a estructurar mejor el proceso de “desescalado” de las medidas decretadas para frenar la transmisión.
Además, el especialista ha indicado que actualmente se están realizando en España “entre 15.000 y 20.000 PCR diarias”, aunque ha admitido que la disponibilidad de test rápidos no solo facilitará el diagnóstico de los casos más leves, sino que contribuirá “a descargar la presión sobre los laboratorios, que están haciendo esfuerzos muy intensos”.
Más de medio millón de casos y 23.000 fallecidos en el mundo
Los casos de SARS-CoV-2 también siguen en ascenso a nivel global, y superan ya los 511.000, frente a los 460.000 registrados en la noche del miércoles. Según los datos publicados por la Universidad Johns Hopkins (JHU CSSE) a las 20:30 horas de este jueves, China sigue acumulando el mayor número de positivos, con 81.782, aunque los pocos diagnósticos nuevos que se producen son, en su mayoría, casos importados. Por ello, ha vuelto a prohibir temporalmente la entrada de extranjeros al país para evitar “rebrotes” de COVID-19. Muy cerca de superar estas cifras se encuentra ya Italia, con 80.589 contagios, mientras que el tercer país con el número de diagnósticos más elevado es Estados Unidos, donde se observa un fuerte incremento de las infecciones, con 76.514 (62.873 en la noche del miércoles). Los territorios más afectados por la pandemia en números absolutos son:
81.782 China
80.589 Italia
76.514 Estados Unidos
56.197 España
43.646 Alemania
29.046 Irán
25.624 Francia
11.712 Suiza
9.963 Reino Unido
9.241 Corea del Sur
Los fallecimientos totales asociados al SARS-CoV-2 superan ya los 23.000 (frente a los 20.900 de la noche del miércoles), siendo Italia el país con más muertes de personas con COVID-19 (8.215, 712 más que anoche). Con la mitad de decesos, España es el segundo territorio del mundo con un balance más abultado de víctimas mortales (4.145):
8.215 Italia
4.145 España
3.169 Hubei (China)
2.234 Irán
1.331 Francia
477 Reino Unido
434 Países Bajos
281 Nueva York (EEUU)
239 Alemania
220 Bélgica
191 Suiza
De nuevo el dato positivo lo dejan las personas que han conseguido superar la infección, que cada vez son más. Desde el inicio de la epidemia, se han recuperado casi 121.000 pacientes (113.687 en la noche del miércoles), la mayoría en Hubei (61.201), pero también se registran 10.457 afectados curados en Irán, 10.361 en Italia, 7.015 en España, 5.673 en Alemania o 4.144 en Corea del Sur.
Un nuevo virus identificado a finales de 2019
El nuevo coronavirus fue identificado a finales de 2019 en China, y es una nueva cepa que no se había visto previamente en humanos. El actual brote fue declarado como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII) el 30 de enero de 2020 y como pandemia global el pasado miércoles 11 de marzo. La OMS ha denominado COVID-19 (enfermedad infecciosa por coronavirus-19) a la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
La transmisión del virus se produce por contacto estrecho, a través de las gotas respiratorias que se expulsan al toser o estornudar, y el periodo de incubación estimado inicialmente oscila entre los dos y los 14 días. Si se presenta alguno de los síntomas asociados a la infección (fiebre, tos y sensación de falta de aire) tras haber viajado a una zona de riesgo o haber tenido contacto con algún caso confirmado, el Ministerio de Sanidad recomienda CONTACTAR TELEFÓNICAMENTE con los servicios de salud.
Además, desde la Administración sanitaria se recuerda la importancia de informarse a través de canales oficiales y rigurosos y prestar atención a la proliferación de bulos.
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