Lo de “qué poca tolerancia tienes al dolor menstrual” es una de las muchas sentencias que a menudo se ven obligadas a digerir las mujeres que sufren endometriosis. A veces les llegan desde su entorno, pero lo peor viene cuando ideas de ese estilo surgen en las propias consultas médicas. Y eso que la enfermedad está lejos de ser una patología rara. Según las estimaciones actuales, afecta a una de cada diez mujeres en edad fértil.
La Guía de Atención a las Mujeres con Endometriosis del Sistema Nacional de Salud (SNS) define esta dolencia como “la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial fuera del útero”, un trastorno que afecta con mayor frecuencia a zonas como “el peritoneo pélvico y los ovarios”, aunque en ocasiones pueden encontrarse lesiones en otros muchos órganos, “como el intestino, la vejiga, el estómago o el pulmón”. Este tejido localizado en zonas atípicas tiene dependencia hormonal del ciclo menstrual, por lo que prolifera y produce desprendimiento y sangrado con la menstruación.
Dolor pélvico, abdominal y de espalda; náuseas, vómitos, debilidad, y mareo; dolor durante y después de las relaciones sexuales; problemas intestinales y de vejiga; hemorragias fuertes e irregulares y problemas de fertilidad son algunas de las numerosas y diversas manifestaciones clínicas de la endometriosis. Sus repercusiones van desde los casos en los que la mujer permanece asintomática, hasta extensas lesiones que pueden convertir la endometriosis en un proceso crónico debido a sus complicaciones, en ocasiones graves.
Dolores intensos
A pesar de que los dolores que sufren las afectadas pueden llegar a ser muy intensos e incapacitantes, no es infrecuente que desde el propio sistema sanitario se minimice un problema que hace que quienes lo padecen se sientan, sobre todo “incomprendidas”. Así lo reconocía hace un 
tiempo Noelia Gutiérrez en un reportaje en el que narraba su particular infierno de síntomas y tratamientos. Meses después, su personal periplo en busca de información y respuestas la han llevado a sumarse a un nuevo movimiento de afectadas, EsEndo, que empezó a dar sus primeros pasos el pasado noviembre, y que actualmente está en proceso de constitución como asociación.
La agrupación cuenta ya con delegaciones en varias comunidades autónomas, entre ellas Castilla y León, que tiene a Noelia como su representante. Como explica esta joven de Salamanca que fue diagnosticada a los 17 años, los objetivos principales de EsEndo son “ofrecer apoyo a las afectadas, defender nuestros derechos como pacientes y mujeres y trabajar en colaboración con los médicos para que esta enfermedad sea reconocida”.
Abordaje multidisciplinar
La organización de mesas informativas y la programación de encuentros de afectadas por esta patología son algunas de las primeras acciones previstas por una agrupación que también defiende la creación de “equipos multidisciplinares” dentro de los servicios de salud, porque la endometriosis, recuerda la representante de EsEndo Castilla y León, no solo tiene consecuencias ginecológicas, sino también digestivas o urológicas, entre otras.
Pese a todo, todavía es escasa la atención que se presta a esta dolencia desconocida y de diagnóstico difícil, entre otras razones, porque sus síntomas y la extendida creencia de que es normal que la menstruación sea dolorosa contribuyen a que se tienda a restar importancia a un cuadro que puede tardar en identificarse entre cinco y diez años, periodo en el que las mujeres sufren física y psicológicamente.
Precisamente para llamar la atención sobre la realidad de quienes padecen esta enfermedad se celebra cada 14 de marzo el Día Mundial de la Endometriosis, una jornada en torno a la cual se han organizado distintas acciones, como la EndoMarch 2016, una marcha de carácter internacional que tuvo lugar el pasado sábado bajo el lema Ayúdanos a poner fin al silencio.
Además, EsEndo se unirá el viernes, 18 de marzo, a una campaña también de carácter global que busca visibilizar la endometriosis a través de su color identificativo, el amarillo. Para ello, la agrupación anima a los ciudadanos a hacerse una fotografía con una prenda amarilla y a compartirla a través de las redes sociales con los hashtag #UnMundoEnAmarillo y #DíaEnAmarillo.
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