“La enfermedad más grave a la que nos enfrentamos los médicos es la pobreza”. Así de rotundo se expresó anoche el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodriguez Sendin, en la conferencia Determinantes sociales y políticos de la salud en el contexto sociosanitario actual que pronunció en el Club Siglo XXI.
Durante su intervención, detalló lo que, en su opinión, está ocurriendo como consecuencia de los cambios producidos por las crisis y las decisiones políticas que se han tomado, y advirtió de que las “profundas fracturas sociales” existentes en la actualidad “repercuten gravemente en la salud de la población y en la capacidad de respuesta del Sistema Nacional de Salud (SNS)”.
Ante un auditorio con representantes de la Sanidad española -entre ellos, el ministro en funciones, Alfonso Alonso-, de colegios, sociedades científicas, autoridades y diversas organizaciones, señaló que la “determinación social y política más nefasta” es la mala distribución de la riqueza como consecuencia “de la avaricia y de los mecanismos ineficaces para paliar las desigualdades”. Todo ello origina, dijo, “la enfermedad más grave conocida, que es la pobreza y su amplísima gama de expresiones”.
Para el presidente de la OMC, “las rentas del capital financiero especulativo están absorbiendo las rentas del trabajo”, incluidos aquellos de más alta cualificación, como los médicos, y también las de las empresas de la economía real, originando “profundas fracturas sociales y pobreza que repercuten gravemente en la cohesión social, en la salud de la población y en la capacidad de respuesta del SNS”.
Así, expresó su “profunda preocupación” por lo que calificó de “excesos codiciosos del mundo financiero y otros desórdenes del comportamiento con riesgos para la salud de una parte de la sociedad”, así como por la “disminución de la calidad asistencial o de la cobertura de necesidades básicas, junto al grave problema del desempleo y el empobrecimiento de buena parte de la población”.
Un recorte de 9.000 millones
Para el doctor Rodríguez Sendín, los efectos de la crisis han sido “dramáticos para unos, con efectos irrecuperables para muchos, complicados para una gran mayoría, muy llevaderos para otros y un gran negocio para algunos, incluidos aquellos que en buena parte la generaron e, incluso, se han enriquecido”.
En este sentido, aludió a los empleos perdidos durante estos años en general y, en particular, en el sector sanitario, que han afectado a 30.000 profesionales de Enfermería y a 10.000 médicos, con un recorte de 9.000 millones de euros en los presupuestos sanitarios entre 2009 y 2014.
Aparte de datos, se refirió a los “dramas individuales” que a diario ocurren como consecuencia de los recortes, y puso como ejemplo el efecto del copago en los pacientes crónicos con dificultades económicas graves. Para él, los copagos son consecuencia de decisiones políticas que afectan a los más necesitados, y abogó para que se modulen o desaparezcan en ciertos procesos o para aquellos medicamentos que se consideren básicos.
Según el máximo representante de la OMC, “estamos perdiendo calidad” en la oferta de servicios públicos sanitarios, lo que “disminuye la legitimidad social del SNS”, por lo que consideró necesario que se revisen con rigor los servicios innecesarios y se incentive la buena utilización de las prestaicones y del sistema, tanto por pacientes como por profesionales.
En cuanto a las listas de espera, “que empeoran la calidad de la asistencia”, consideró que son consecuencia de la reducción mencionada de puestos de trabajo, de la no sustitución y de la precariedad laboral que, además, en determinados casos, afecta a la buena relación médico-paciente, clave en la atención médica.
Contra la “medicalización de la vida”
Como ejemplo de esta situación, se refirió a la Atención Primaria. “Cuando no se conoce al paciente ni a su familia; cuando desaparecen los vínculos profesionales y todo son circunstancias; cuando el tiempo disponible en consulta no permite identificar la causa de las quejas, ni ofrecer un modelo explicativo de las mismas para orientar las opciones terapéuticas posibles, la salida es ofrecer un medicamento o una prueba o una derivación a otro colega o, sencillamente, el paciente acude a Urgencias”, advirtió.
Sobre el medicamento, precisamente, cuestionó lo que denominó la “medicalización de la vida” y la “tendencia interesada” a convertir procesos normales, incluso asintomáticos, en procesos que derivan en tratamientos farmacológicos. Para él, esta situación es un “grave problema de salud” que va en aumento y genera sufrimiento en aquellos que, sintiéndose enfermos, no lo están, además de constituir un “despilfarro” de recursos.
Según el doctor Rodríguez Sendin, asistimos “impasibles” a un proceso “facilitador y expansivo” de recomendación de pruebas y medicamentos por todos, con “banalización en la promoción” de aquellos de libre acceso y nuevos métodos de dispensación y prescripción, por ejemplo, on line. Y, mientras esto ocurre, “seguimos sin poder controlar cada envase de medicamento que se vende en España ni el arsenal de que dispone o/y utiliza cada ciudadano”.
Para mejorar la seguridad de los pacientes, abogó por establecer estrategias en contra de esta medicalización; racionalizar la prescripción y consumo de todos los medicamentos mediante políticas de mejora racional de la prescripción, así como evaluar con criterios científicos las innovaciones tecnológicas y farmacológicas y las intervenciones, tanto asistenciales como preventivas, para que los beneficios de las mismas siempre sean coste-efectivos y superen a sus posibles daños.
Del mismo modo, el presidente de la OMC describió la realidad del gasto sanitario, que el Plan de Estabilidad del Gobierno de España ha comprometido para 2017 en un 5,3 % del PIB, pasando de un presupuesto de 67.000 millones en el 2009 a 53.000 millones de euros, es decir, 14.000 millones menos. Y cómo, a pesar de ello, se ofrece un techo de gasto farmacéutico en el SNS, vinculado al crecimiento del PIB, lo cual es incompatible con los objetivos de estabilidad presupuestaria y con las medidas de reducción de los gastos farmacéuticos que se contemplaban en los Presupuestos Generales del Estado del 2015.
Pacto por la Sanidad
Por otro lado, expuso que, con el marco económico actual y con un “escenario político incierto”, afirmó que desde la OMC “consideramos que existe la obligación moral de alcanzar un Pacto Político y Social que seguiremos exigiendo para revitalizar el SNS y garantizar su solvencia y sostenibilidad económica y social”.
A este respecto, el representante de los colegios médicos reconoció que los recortes sanitarios que se vienen produciendo en buena parte de las comunidades autónomas (CCAA) “han centrado y centran la preocupación de la corporación médica”, por su incidencia en la calidad y seguridad asistencial. Y, en este sentido, señaló el aumento de las “notables diferencias” en el gasto sanitario entre distintas CCAA, que han “ampliado los desequilibrios y pérdida de equidad en la oferta de servicios”, especialmente en las condiciones de los mismos, al afectar a recursos humanos, dotación y actualización tecnológica y acceso a medicamentos innovadores.
En cuanto a la realidad de la profesión, afirmó que los resultados de los últimos estudios de la OMC sobre La situación laboral de los médicos en España y La situación de la Atención Primaria y sus profesionales en España dibujan un porvenir “muy desfavorable” para el médico en nuestro país, lo que ha provocado en los últimos años una “fuga” de jóvenes talentos.
En medio de la descripción de esta realidad, puso en valor el nuevo profesionalismo médico, que “precisa, implica y demanda realizar esfuerzos colectivos para mejorar los servicios sanitarios, manteniendo niveles de competencia e integridad”, respetando escrupulosamente “confidencialidad y secreto, ofreciendo calidad y acceso a las mejoras mediante la rectitud y el empleo apropiado del conocimiento científico y la tecnología, sin conflictos de interés, considerando la justa distribución de los recursos finitos y participando en los procesos de autorregulación”.
Tras hacer alusión al fallecido doctor Albert Jovell cuando decía que los médicos deben activar a los pacientes y trabajar enérgicamente para eliminar la discriminación de cualquier tipo en los sistemas de salud, el doctor Rodríguez Sendin afirmó que eso “lo hemos hecho en la crisis sanitaria del ébola; estamos haciéndolo con los enfermos de hepatitis C, con los afectados por la talidomida, y lo haremos con los de enfermedades poco frecuentes”.
Finalizó su intervención, apelando al profesionalismo médico. “Sin profesionalismo ni principios de Buen Gobierno –afirmó-, sin integridad ni ejemplaridad públicas, sin ética social ni gestión pública eficiente, no hay ningún Sistema Sanitario que pueda ser solvente y sostenible para poder servir a todos su gran función social y colectiva, con especial atención a los más necesitados”.
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