Loa a la generosidad

Éstos han sido los protagonistas de la emotiva gala de los XIX Premios Solidaridad de Cruz Roja Salamanca, celebrada esta noche en el Auditorio Fonseca, donde los asistentes se toparon con un recibimiento sorprendente. “Pasen por la zona de desinfección y no se toquen”, ordenaban dos profesionales ataviados con un buzo de protección cuya imagen nos recordará por siempre la devastadora epidemia de ébola que sufren varios países del África Occidental.

Al avanzar por el pasillo acordonado, uno desembocaba de pronto ante la entrada de un hospital de campaña. Al franquearla, un bofetón de olor a desinfectante despertaba conciencias en un inesperado e imaginario viaje a la zona de la devastación, en Kenema (Sierra Leona), donde Cruz Roja Española tiene uno de sus Centros de Tratamiento de Ébola. Y es que la lucha contra la enfermedad ha estado muy presente en una gala que arrancó recordando los más de 12.700 casos detectados y los más de 5.000 muertos causados por el virus, pero también el impresionante despliegue que organizaciones como Cruz Roja han realizado en los lugares más castigados por el brote para garantizar que la población afectada no quede abandonada a su suerte.

Una cita consolidada

Desde que en 1996 la institución decidiera promover los Premios Solidaridad para reconocer la generosidad de personas, colectivos y empresas que destacan por su altruismo y espíritu solidario, esta ceremonia se ha convertido en un clásico a la hora de hablar de historias de generosidad y humanidad. De sentirlas.

En esta ocasión, 34 candidaturas optaban a unos premios ya consolidados, como ha quedado demostrado con el importante incremento de propuestas presentadas, 13 más que en la convocatoria anterior, durante la que se celebraron los 140 años de vida de Cruz Roja en Salamanca.

En la cita de esta noche, la conocida periodista Rosa María Calaf, que ha mostrado en numerosas ocasiones su vínculo con Cruz Roja y la solidaridad, ha conducido un evento al que han asistido decenas de ciudadanos y representantes de numerosas asociaciones salmantinas, así como miembros de las distintas instuciones, entre ellos, el subdelegado del Gobierno, Javier Galán; la gerente territorial de Servicios Sociales, Isabel Fernández Cambón -miembro del jurado-; los diputados provinciales de Bienestar Social y Centros Asistenciales, Eva Picado y José María Sánchez; la concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades, Cristina Klimowitz, y los ediles socialistas Enrique Cabero, Arturo Ferreras y Maribel Campo. Tampoco ha faltado entre el público el conocido y querido actor José Antonio Sayagués, otro clásico entre los ciudadanos solidarios.

Los premiados

Al podio de ganadores se subieron en primer lugar Manuel Benito Sendín y María Victoria Elena, que se alzaron con el Premio a la Solidaridad Individual por su programa de asistencia odontológica bajo anestesia general para personas con discapacidad intelectual. Durante una década, estos doctores han atendido a 1.186 pacientes,  haciendo de Salamanca la única provincia en la región que plantea una atención no invasiva a este colectivo, apostando por el mantenimiento de las piezas frente a la extracción.

Más reconocimientos

Minutos después, dos de las representantes del grupo Tejemaneje, de Villamayor, celebraban con júbilo el Premio a la Solidaridad Colectiva, con el que el jurado ha querido reconocer la originalidad de este colectivo que, tejiendo, trata de encontrar solución a problemas sociales de su entorno, implicando a amigos y a familias enteras en torno a las agujas, las lanas y la solidaridad. “Tejemos ilusiones y tejemos mucho cariño”, han dicho, emocionadas.

Y las constantes iniciativas altruistas impulsadas por los alumnos del IES Fray Diego Tadeo González, como el grupo Fraysolidario o el proyecto Fraygualdad, dirigido a sensibilizar en cuestión de igualdad de género, le han valido a estos chicos y chicas el Premio a la Solidaridad Infantil. Mientras, el restaurante Lili Cook Gastrobar ha recibido el Premio a la Solidaridad Empresarial por implicarse en acciones dirigidas a fomentar las oportunidades de empleo, ofreciendo a varias personas la posibilidad de hacer prácticas en sus cocinas y sala y contratando a dos de ellas.

Más altruismo 

En cuanto al Premio a la Solidaridad en Familia, incluido por primera vez entre los concedidos en esta especial cita de Cruz Roja Salamanca, ha recaído en Beatriz Castilla Madrazo y familia. En 2005, esta joven se fue dos meses y medio a México para ayudar en una casa de acogida para niños huérfanos. Seis años después, regresó para trabajar durante ocho semanas en la Asociación de Niños Robados. Sus desplazamientos solidarios continuaron meses más tarde, cuando viajó a África acompañada de su madre, y, posteriormente, de su su padre, que se implica en cada tarea por hacer.

Por último, el jurado de estos premios -integrado por Elena Borrego, Carlos Santos, José Gómez, Isabel Fernández, Javier Rodríguez y Agustín Pérez- ha decidido conceder el Premio Especial Solidaridad 2014 a los alumnos del colegio Maristas Champagnat por el Proyecto CEIBA, desde el que una veintena estudiantes de 4º de ESO y de Bachillerato presta apoyo escolar de forma desinteresada a otros alumnos con dificultades en diversas materias. 

Seis galardones y otros 28 nominados que caldearon con su humanidad una desapacible noche, demostrando, una vez más, que hacer cosas por el prójimo es más común de lo que esa especie de desencanto generalizado pueda hacer pensar.