Una nueva vida para los ‘meninos da rua’ de Angola

Desde la zona, el periodista salmantino Alberto López lanza pinceladas de esta dura realidad en la que siempre, y pese a todo, hay motivos y espacio para la esperanza gracias a la labor que se realiza desde Misiones Salesianas.

MIÉRCOLES, 3 DE JULIO

Saludos desde Angola. 24 horas después de lo previsto por el retraso del vuelo de Madrid y la pérdida de la conexión (aunque no es mucho castigo pasar 24 horas en la maravillosa Lisboa), estoy en una de las capitales más caras de mundo, a pesar de la pobreza: Luanda.

Hoy he conocido a Janet, una chica de 15 años y casi 1,80 metros de estatura que vivía en la calle y a la que acogen los Salesianos. Sufre elefantiasis, y he traído en el equipaje una especie de rodillera posoperatoria para ella. A pesar del sufrimiento, en África se ven siempre sonrisas….

JUEVES, 4 DE JULIO

Todo el día con los meninos y meninas da rua (niños y niñas de la calle). Por el día, aunque sin ir al colegio, sonríen, se buscan la vida trabajando en lo que pueden… Por la noche se transforman, y los mayores (adolescentes) huelen gasolina y se vuelven irreconocibles. Lixeira (que significa “basurero”) es un barrio en el que las montañas de basura campan a sus anchas. Miles de chicos van al colegio en el único dentro educativo que existe para una población de 300.000 personas.

VIERNES, 5 DE JULIO

Cailani tiene 15 años y hasta hace una semana vivía en la calle. Por su dibujo infantil denota la inmadurez que tiene. Es analfabeta, pero está aprendiendo las letras y ya escribe su nombre… Ahora está en un refugio de los Salesianos junto a otras chicas y, como miles de menores en los últimos años, gracias a un premiado método de alfabetización de Don Bosco en Angola, en dos meses será otro caso de éxito que aprenderá a leer y a escribir.

SÁBADO, 6 DE JULIO

Día de mercado y de juegos con las chicas que hasta hace poco tiempo vivían en la calle en Luanda. Divertida compra semanal de verduras (el pescado es desaconsejable) y juegos infantiles con lo que se tiene a mano, como el tradicional matao con chapas y una camiseta enrollada.

DOMINGO, 7 DE JULIO

Feliz domingo. En África, los domingos son días de fiesta, pero de verdad: todos limpios, con sus mejores vestidos y peinados.

Lo que no cambia en Angola tampoco, porque lo tienen a diario, es la sonrisa natural y envidiable. Aquí hasta las misas son un espectáculo. Nadie se queja de que sean largas ni del cura, porque son una celebración para encontrarse y disfrutar. ¡Cuánto tenemos que aprender!

LUNES, 8 DE JULIO

El primer problema que habría que solucionar en el mundo es que los menores sean felices. En África, el sufrimiento de muchos de ellos es extremo: abandono, abusos, explotación…

Ir de madrugada a conocer quiénes son, cómo y dónde viven los niños y niñas de la calle en Luanda (Angola) significa que se rompe el alma (edificios en ruina o abandonados, mercados, puentes…).

Afortunadamente, muchos y muchas se encuentran con los Salesianos y deciden cambiar sus vidas, así que, con el tiempo, su gesto se transforma en sonrisa de esperanza y agradecimiento.

MARTES, 9 DE JULIO

Las meninas da rua de Angola que están en el Centro Annuarite de los Salesianos están aprendiendo a leer y a escribir.

Nunca habían salido prácticamente del barrio de Luanda en el que sobreviven, pero ahora han visto muy de cerca a macacos, jirafas, elefantes, venados, antílopes, ñúes… y no lo olvidarán en la vida.

Yo tampoco, aunque la excursión al Parque Nacional de Kissama haya supuesto dormir poco y casi al raso con lo puesto (ellas están muy acostumbradas, los demás no)…

África siempre es una lección de vida para todos.

MIÉRCOLES, 10 DE JULIO

Ya es noche cerrada en Angola, un país que regala las mejores puestas de sol que he visto en África. También paisajes casi idílicos, contrastes de vegetación increíbles, especies originales y, sobre todo y siempre, vida desbordante… En la naturaleza, pero también en cualquier rincón.

Qué buena gente y que excepcionales lugares –otro más– para un trabajo tan callado como brillante con los más desfavorecidos de los Misioneros Salesianos.

JUEVES, 11 DE JULIO

Feliz Jueves. No cuesta dejar los sitios, sino decir “hasta siempre” a las personas que te encuentras en el camino. Angola también me ha cautivado en ese aspecto, y la despedida no ha podido ser más maravillosa.

Querer seguir conociendo lo mucho que se hace por los que menos tienen sin que por desgracia se sepa es el mejor argumento que se me ocurre para dar a conocer este tipo de realidades cercanas, pero que vemos muy lejos.

¡Hasta siempre, Angola! ¡Hasta la próxima, África!

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