Los avances en la prevención, diagnóstico y tratamiento en el marco de la atención oncológica están promoviendo un aumento de la supervivencia de los pacientes con cáncer y este hecho ha provocado la necesidad de reorganizar la planificación asistencial y la gestión de la atención al paciente oncológico.
Por ello, más de 200 de expertos, entre oncólogos, asociaciones de pacientes, gestores sanitarios y otros, han sumado sus voces y se han unido al proyecto ASISTO (El futuro ASISTencial Oncológico en Largos Supervivientes) junto a AstraZeneca y el Institute for Healthcare Management de Esade, para recoger información que permita promover una adaptación y optimización del actual modelo asistencial para afrontar las demandas asistenciales de los Largos Supervivientes Oncológicos (LSO) en los 10 próximos años. Y es que los LSO, es decir, aquellos pacientes que han incrementado su supervivencia esperada, bien sea libre de enfermedad o libre de progresión, comparten necesidades asistenciales comunes; necesidades que hoy en día, podrían semejarse a las que presentan los pacientes crónicos.
El resultado del proyecto, para cuya elaboración se ha seguido la técnica cualitativa y prospectiva Delphi, es un documento de propuestas que aspira a transformar la atención de estos pacientes.
En opinión de los especialistas, el incremento en el número de LSO supone un reto importante para los profesionales de la salud y para la sociedad en general, y obliga a considerar nuevos escenarios en la provisión de servicios y recursos para cubrir la demanda asistencial de estos pacientes. Es importante que los objetivos establecidos para mejorar la atención a los LSO se asuman de una manera coordinada y organizada, e incidiendo en el gasto sanitario de una manera coherente.
“Nuestro compromiso con los enfermos oncológicos se remonta a más de 40 años y es hora de apostar por la transformación del modelo sanitario. Creemos que es el momento de evolucionar hacia un nuevo enfoque del cáncer no como enfermedad única y aislada sino con un abordaje multidisciplinar que incluya a otros especialistas y a los propios pacientes, además de al oncólogo, con objetivos a medio y largo plazo”, ha destacado Guillem Bruch, Head of Oncology de AstraZeneca.
Los expertos son unánimes al señalar la importancia de una mayor colaboración entre la oncología médica, la atención primaria y otras especialidades, y muestran un amplio consenso sobre la conveniencia de dar mayor relevancia a la atención primaria en la gestión clínica de los LSO.
Transversalidad de los dos niveles asistenciales: Atención Primaria y Atención Hospitalaria
A su juicio, el enfoque asistencial de estos pacientes debe basarse en la transversalidad de los dos niveles asistenciales, Atención Primaria y Atención Hospitalaria, puesto que la evidencia científica muestra mejoras en los resultados clínicos. Por eso, entre otras iniciativas, sugieren un enfoque multidisciplinar de la enfermedad, de manera que el diseño de protocolos y procesos integrados (PAI) otorgue un papel relevante a la enfermería, la psicosociología, los cuidados paliativos, el trabajo social y la farmacia, entre otros.
“Es necesario reorientar la cartera de servicios para obtener una atención óptima del LSO, y sumar a la oncología otras disciplinas sanitarias. Además de potenciar el rol de la Atención Primaria en la gestión clínica, todos los procesos asistenciales integrados (PAI) deberán contar con esta mirada multidisciplinar, y también con la colaboración de los pacientes, fomentando una vez más la cooperación, en este caso entre organizaciones profesionales y las asociaciones de pacientes”, señala Carlos Mur, representante de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA).
Los profesionales participantes en el Informe ASISTO también defienden la necesidad de estratificar los protocolos según las necesidades y riesgos de los LSO, e incluir la detección precoz de las recidivas o aparición de nuevos tumores, así como criterios de detección de efectos adversos y secuelas ligadas a los tratamientos. Es necesario que las decisiones terapéuticas tengan en cuenta el riesgo de toxicidad de los tratamientos y las expectativas del paciente, además de algoritmos de soporte. Además, los pacientes deberían participar en el diseño de los procesos y protocolos asistenciales y en la toma de decisiones clínicas y las TICs deberían generalizarse para facilitar la labor asistencial.
“A la hora de tomar decisiones terapéuticas no podemos olvidarnos de las características de cada uno de los pacientes, dada la amplia variabilidad de tipologías de LSO. Existen distintos tipos de cáncer y de pacientes, y es importante tener esto en cuenta, además de sus comorbilidades. Por ello, además, la investigación en el ámbito de los LSO es muy necesaria, y debería dirigirse a estudiar aspectos como la coste-efectividad de las intervenciones, seguridad de los tratamientos, calidad de vida o adherencia”, indica la doctora Enriqueta Felip, Jefa de Sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Valld’Hebron, y vicepresidenta de la Junta Directiva de SEOM.
El Informe ASISTO también recuerda la conveniencia de corregir las desigualdades territoriales en la atención a los LSO y de adaptar el actual modelo de financiación al nuevo escenario epidemiológico. El modelo de financiación por programas asistenciales es ampliamente preferido como fórmula de financiación.
Este documento de consenso concluye que la falta de recursos económicos es quizás la barrera más difícil de franquear, además de la resistencia de los profesionales sanitarios al cambio, la descentralización del Sistema Nacional de Salud, la falta de trabajo coordinado entre especialidades, la falta de apoyo de las gerencias hospitalarias y de atención primaria y, en última instancia, la falta de respaldo político e institucional.
Más de 100.000 nuevos LSO cada año
En 2018 se detectaron en el mundo aproximadamente 18,1 millones de nuevos casos de cáncer en todo el mundo, 272.300 de ellos en Españai. Según los datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), la supervivencia neta a cinco años de los pacientes diagnosticados de cáncer en España entre 2008 y 2013 fue del 55,3% en hombres y del 61,7% en mujeresii. En la actualidad, y considerando en un sentido amplio la definición de LSO, hay aproximadamente un millón y medio de estos pacientes en España, y se estima que cada año habrá
100.000 nuevos casosiii.
Como indica la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud, el aumento de la supervivencia de los pacientes con cáncer acontecido durante los últimos años ha supuesto el crecimiento de un grupo de enfermos que comparten necesidades asistenciales comunes y con un cierto riego de sufrir problemas médicos y psicosociales a lo largo de vidaiv. Este aumento responde a los avances de la atención oncológica a partir de la evolución de los programas de screening, innovaciones en los métodos de diagnóstico, eficacia de los recursos terapéuticos disponibles y optimización de las estrategias terapéuticasv.
Actualmente, se carece de datos sobre el gasto sanitario derivado de la asistencia a los LSO, y tampoco hay estimaciones económicas del impacto que supondrá el incremento de la prevalencia de estos pacientes. Pero resulta previsible que el aumento de esta prevalencia conlleve incrementos asistenciales y farmacéuticos en el sistema sanitario.
“En una reflexión conjunta, AstraZeneca y Esade concluimos que era necesario evaluar la posibilidad de optimización del actual modelo de gestión sanitaria y favorecer su eficiencia en la atención del paciente oncológico de larga supervivencia. Pero, para eso, resultaba imprescindible obtener la información que aporta el Informe ASISTO. Entre otras cosas, este documento de consenso identifica los principales desafíos que deberá afrontar el SNS en un futuro próximo derivado del impacto asistencial que supone el incremento de la prevalencia del LSO: los problemas, las barreras, los retos y los objetivos asistenciales”, manifiesta Manel Peiró, director del Institute for Healthcare Management de Esade.
Aunque el debate fue promovido antes de la pandemia, en junio de 2018, y concluyó cuando ésta daba sus primeros pasos, en marzo de 2020, nada de lo consensuado en el Informe ASISTO ha perdido vigencia en un contexto de crisis sanitaria y cuando estamos viviendo en España la segunda oleada del coronavirus. De ahí la relevancia del Informe ASISTO, y de ahí la exigencia de publicar este documento y promover su difusión.
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