¿Has oído alguna vez hablar de negligencias médicas? ¿Y de lo difícil que es llevarlas a la vía judicial con éxito? Seguramente, sí. Y es que, a pesar de la ausencia de cifras oficiales al respecto, el número de errores sanitarios que tienen lugar en España al año es realmente alto.
La Asociación Defensor del Paciente elabora anualmente una memoria en la que recoge esta estadística. No están todos los casos, sino solo los que les llegan a ellos. Y sus datos indican que en el año 2018 se produjeron 810 muertes a causa de negligencias médicas (781 en 2017, 841 en 2016, 806 en 2015, 835 en 2014, 798 en 2013). No solo eso, sino que en 2018 recibieron 14.335 denuncias por este motivo. Y es solo una mínima parte de las que tienen lugar, ya que muchas no pasan por esta asociación, y otras ni siquiera se denuncian por desconocimiento o impotencia.
Según el autor Domingo Bello, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de A Coruña, cada año hay 100.000 “nuevas contiendas sobre negligencias médicas que se tienen que dirimir en los juzgados”, tal y como recogía la revista Quo en 2015.
El sufrir o no una negligencia médica no está en manos del paciente, que en muchas ocasiones se debe a un error en el diagnóstico o un retraso en el mismo. Lo que sí puede hacer la víctima y sus familiares es acudir a la vía judicial para hacer valer sus derechos. Aunque no es un fácil denunciar a un médico o a un hospital, el paciente debe saber que no está desamparado.
“Lo primero diremos es que la actuación médica no está sujeta a resultado, por lo que este no le es exigible al facultativo que nos trata, si bien, sí le es exigible utilizar los medios adecuados, de la forma adecuada y respetar una serie de pautas” explica Santiago Escalas, del bufete Sierra Abogados de Mallorca. Por lo tanto, hay que tener claro que el hecho de que un tratamiento no funcione no significa que el profesional sanitario haya cometido algún error, pero sí hay varios indicios que pueden conducir a una negligencia.
¿Qué es una negligencia médica?
Santiago Escalas apunta cuáles son los motivos que pueden desembocar en una negligencia médica reclamable ante la Ley: “Desde la impericia del propio médico por una mala actuación en la intervención o un mal diagnostico por no utilizar los médicos adecuados, a una imprudencia por exceso de confianza, una prescripción errónea de medicamentos, tardanza en realizar un diagnóstico o una asistencia urgente, o inclusive, y siendo el aspecto más desconocido, por la omisión de informar debidamente al paciente de los riesgos, procedimientos y alternativas del tratamiento”.
De hecho, el gran escollo es precisamente demostrar eso, que se trata de una negligencia médica. Si has sido víctima de uno de esto errores, los expertos recomiendan en primer lugar, siempre tutelado por un abogado especialista, reclamar la historia clínica del paciente a la que, con carácter general, es relativamente fácil acceder.
El segundo punto es el complejo. ¿Cómo demostrar que las consecuencias de un error se deben precisamente a ese fallo? Trazar esa causalidad es el mayor reto al que se enfrentan las víctimas de negligencias médicas ya que el corporativismo entre el personal sanitario en España provoca que estos percances no se reconozcan, incluso en los casos más evidentes como operar una articulación u órgano equivocado.
Para ello los bufetes de abogados trabajan con profesionales médicos y peritos con el objetivo de poder demostrar esa causa-efecto. “El primer paso es detectar a tiempo esa negligencia e iniciar la reclamación, pues existen plazos que cumplir” recuerdan desde Sierra Abogados.
¿Cómo reclamar ante la justicia?
Una vez analizada la relación entre error médico y daño para el paciente llega el momento de acudir a la justicia para tratar de resarcir el menoscabo. Existen tres vías principales para abordar las negligencias médicas, con diferentes matices y opciones que deben ser abordadas por un especialista.
La vía de la responsabilidad civil suele reservarse para clínicas privadas o casos donde haya habido lesiones no demasiado graves. Aquí se busca una compensación económica y se han registrado numerosas sentencias favorables.
La vía penal puede ir encaminada contra el centro de salud, o contra el facultativo que llevó al paciente y que cometió el error. Además de una compensación económica esta opción podría implicar penas de prisión para el profesional sanitario, y su inhabilitación. Se suele reservar para los casos más graves, incluidos los fallecimientos.
Por último, existe la posibilidad de presentar una demanda administrativa cuando se trate de un centro de salud público, o semipúblico. Es la opción menos frecuente pero no por ello la peor, sino que dependerá de cada circunstancia trazar la estrategia por una u otra vía.
Aunque en un primer momento librar una batalla judicial ante una negligencia médica puede parecer toda una odisea, lo cierto es que el número de demandas en España está en crecimiento y hay precedentes de sobra que dan la razón a los pacientes. La perseverancia y las ansias por hacer justicia, junto al asesoramiento de un abogado de confianza, son las claves que pueden desembocar en una sentencia que repare, al menos parcialmente, el dolor sufrido.
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