Un día después de que la Gerencia Regional de Salud presentara en la Mesa Sectorial sanitaria el proyecto de decreto por el que se rgularán las Unidades de Gestión Clínica (UGC) en Sacyl, la Federación de Servicios Públicos de UGT ha expresado su postura a través de un comunicado, en el que considera que este nuevo modelo organizativo significará “mucha más burocracia y un mayor control político de la asistencia sanitaria”.
“Aunque la Consejería de Sanidad pretende mejorar la calidad asistencial simplificando administrativamente la gestión sanitaria y promoviendo que los profesionales sanitarios participen en ella con cierta autonomía, lo que hace realmente es recurrir a la creación de una estructura más compleja, cuyos responsables serán nombrados directamente por el gerente, es decir, por un político; además, deberán realizarse evaluaciones anuales sobre el cumplimiento de objetivos, evaluaciones que se efectuarán por la Dirección General competente”, recuerda la organización sindical.
Para UGT, las UGC “no simplifican la gestión ni dan mayor autonomía real a los profesionales, porque estarán dirigidas por comisarios políticos –aunque sean médicos o enfermeros- que procurarán cumplir las recomendaciones y objetivos que les indiquen los gerentes y, al igual que ocurre en la actualidad, las opiniones, sugerencias e iniciativas de los profesionales que diariamente realizan labores asistenciales, serán ignoradas, despreciadas o perseguidas”.
Objetivos “económicos”
Del mismo modo, la organización indica que en el decreto presentado por la Junta “no se alude a cómo se financiarán estas Unidades de Gestión Clínica”, sino que sólo se menciona “que no se aumentará la contratación de personal sanitario”.
En el documento, continúa el sindicato, “se olvidan de la motivación de los trabajadores sanitarios, que es un factor fundamental para mejorar la calidad asistencial”, y tampoco se contemplan “controles de calidad asistencial, solamente de objetivos”, que, “muy probablemente, serán de tipo económico, es decir, reducir gastos aunque se deteriore la calidad asistencial”.
En opinión de la Federación de Servicios Públicos de UGT, la implantación de este modelo de gestión “va a originar a corto o medio plazo un caos asistencial y un malestar en la ciudadanía que servirá nuevamente a los políticos para culpar a los profesionales sanitarios de no saber gestionar la asistencia sanitaria”, momento en que tendrán, dice, “la excusa perfecta para entregar el pastel presupuestario a empresas amigas o afines que no resolverán el problema, pero podrán comenzar a lucrarse con el dinero público que sus amigos políticos les entregarán” para gestionar la asistencia. “La privatización de la Sanidad Pública es, probablemente, el fin último que persiguen con la creación de las Unidades de Gestión Clínica”, concluye la organización sindical.
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