El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a comparecer esta noche para defender ante los españoles las medidas aprobadas frente al coronavirus, “las más drásticas y estrictas de Europa”, ha dicho, y para pedir unidad frente al “enemigo común” ante una situación que se va a agravar durante los próximos días. “Estamos en un momento crítico, nos espera lo peor, hay que llegar fuertes a la próxima semana”.
Además, ha querido responder a las principales críticas que se han venido sucediendo a lo largo de toda la semana por parte de las Comunidades Autónomas y los profesionales sanitarios, quienes no han hecho nada más que reflejar la cruda realidad de falta de material sanitario de protección, pero también de la ausencia de pruebas diagnósticas para las personas que presentan síntomas compatibles con el COVID-19, pese a que España se sitúa ya como el tecer país con más casos, sólo por detrás de China e Italia, y el cuarto en número de fallecidos.
Ante estas carencias, y en consonancia con lo anunciado esta tarde por parte de los técnicos del Ministerio de Sanidad en relación a las nuevas compras de pruebas diagnósticas, el presidente ha dicho que se va a “extender el test del coronavirus al mayor número posible de españoles para detener el virus”, una práctica que, según viene reiterando la Organización Mundial de la Salud, es la más indicada para detener la escalada de contagios. “Si sabemos quien lo tiene y se aísla del todo, podremos romper la cadena”, ha dicho.
Una evidencia que, sin embargo, no se ha tenido en cuenta hasta ahora. Porque, a pesar de haberse realizado 355.000 PCR desde el inicio de la epidemia y de que cada día se ejecutan entre 15.000 y 20.000 pruebas, como ha recordado Pedro Sánchez, todavía estamos muy lejos de saber si todos los españoles que tienen síntomas están infectados.
Ahora sí, parece que irán llegando estos test de forma masiva. No sólo se han adquirido ya 649.000, “que serán muy pronto un millón”, sino que se está cerrando una compra para importar otros seis millones de test, como ha anunciado el presidente. Pero ademas, se han validado ya a cuatro empresas españolas para promover la fabricación nacional. “Vamos a seguir necesitándolas”, ha explicado Pedro Sánchez. Como también vamos a seguir requiriendo material de protección sanitaria, y en este ámbito se va a favorecer igualmente la producción española.
“Compitiendo en un mercado muy competitivo”
Sobre las críticas antes esta falta de suministro sanitario, Pedro Sánchez ha insistido una y otra vez en que estamos “compitiendo en un mercado muy competitivo”, haciendo operaciones de importación sin descanso, y al tiempo, tomando “las medidas más drásticas de toda Europa en confinamiento”, sin olvidar, como ha recalcado, el apoyo a la investigación más puntera frente al coronavirus con un desembolso inicial de 30 millones de euros.
“Todo esto acabará cuando tengamos la vacuna”, pero mientras tanto ha insistido en “mantener la unidad”, no responder a “ningún reproche” y alabar “el comportamiento cívico” de los españoles ante “la situación más grave que ha sufrido España desde la Guerra Civil”.
“El virus es nuestro enemigo común, ya haremos después los cambios y las valoraciones que sean oportunas”, ha remarcado.
Ahora, a su juicio, lo que necesitamos es “ganar tiempo” para evitar el colapso sanitario frente una epidemia con una incidencia más alta que la gripe, con una letalidad mayor y que, además, es especialmente virulenta con las personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas, por lo que es preciso “proteger sobre todo a los más vulnerables”.
“Un golpe laboral, social y financiero sin precedentes”
Pero, como ha recordado, el impacto no se limita sólo al ámbito sanitario, sino que supone “un golpe laboral, social y financiero sin precedentes en nuestra historia democrática”, frente al que “debemos sentirnos orgullosos” de la respuesta de los servicios públicos y también “del comportamiento social”. Y como datos para avalarlo ha hablado del descenso del 80% en el consumo de queroseno en el tráfico aéreo, del funcionamiento de una séptima parte del transporte público, de un tráfico once veces menor de lo normal en las carreteras o 50 veces más bajo en el sistema ferroviario.
“Una respuesta modélica” que se ha notado también en un aumento del 80% en el tráfico de datos de internet, situando a España en el quinto lugar a nivel mundial, sólo por detrás de grandes países como EEUU, La India, Reino Unido y Alemania.
Sólo ha puesto una pega contra aquellas personas, que “por temor e incertidumbre”, “acaparan productos, son dañinos o contribuyen a difundir bulos”.
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