Este nuevo procedimiento se incorpora al Programa de Calidad Asistencial de Sant Pau y se aplica a los partos vaginales y por cesárea de bebés que requieren una reanimación al nacer.
Llevar a cabo la reanimación del recién nacido con el cordón umbilical intacto o íntegro y esperar hasta que deja de latir para cortarlo: este es un nuevo protocolo que Sant Pau aplica a los neonatos a término y, a partir de ahora, también a todos los prematuros, de menos de 34 semanas, ya que pueden requerir una reanimación inmediata.
Esta técnica aún no se realiza de manera rutinaria en los hospitales, pero la evidencia científica disponible concluye que aporta beneficios muy importantes para los bebés: facilita su transición y adaptación a la vida fuera del útero de la madre y reduce el riesgo de complicaciones posteriores. Por ello, el Sant Pau y su equipo multidisciplinar son pioneros en España.
Una técnica que facilita la transición a la vida fuera del útero
Uno de los primeros neonatos prematuros a quien se ha aplicado este nuevo protocolo de reanimación con el cordón umbilical intacto es Sauk, que presentaba problemas severos de crecimiento dentro del útero y que nació por cesárea con 35 semanas y con un peso ligeramente superior a 1 kg. Actualmente, Sauk sigue ingresado en la Unidad de Neonatos de Sant Pau y se está recuperando muy bien.
De los 120 partos al mes que se producen en Sant Pau, al menos uno a la semana requiere este tipo de asistencia, es decir, una reanimación con el cordón umbilical intacto o íntegro.
Esta técnica “facilita la adaptación de la criatura en su transición a la vida fuera del útero materno, un momento breve pero complejo, con muchos cambios físicos y ajustes orgánicos que afectan fundamentalmente a los sistemas cardiovascular y respiratorio del recién nacido”, explica el doctor Pablo Garcia Manau, médico adjunto del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Sant Pau. “Ello nos permite atender al pequeño, reanimarle de manera inmediata, sin tener que trasladarle a ningún sitio y sin desconectarle de la circulación materna”.

Más flujo de sangre de la placenta al bebé
El pinzamiento tardío del cordón umbilical, como mínimo 30 segundos tras el nacimiento, “permite que continúe el flujo de sangre entre la placenta, el cordón umbilical y el recién nacido y, en este intervalo de tiempo, pasan unos 100 ml de sangre al bebé, una cantidad muy pequeña para nosotros pero que para él es mucho y que equivale a una transfusión”, según la doctora Elisenda Moliner, coordinadora de Neonatología del Servicio de Pediatría de Sant Pau.
En este sentido, la doctora Carmen Garrido, coordinadora del Proceso de Parto y Puerperio de Sant Pau, afirma que “el remanente de sangre que queda en la placenta es beneficioso para mejorar la hemodinámica del bebé y reducir la probabilidad de anemia y otras complicaciones asociadas a la prematuridad”.
La OMS apoya la técnica de reanimación sin cortar el cordón umbilical
Según la doctora Elisa Llurba, directora del Servicio de Ginecología y Obstetricia, “la implementación del nuevo protocolo de atención al bebé prematuro se ha realizado con la idea de que, si bien atendemos partos y neonatos de muy alto riesgo, de una alta complejidad y de atención a partir de las 23 semanas, la transición entre la vida intrauterina y extrauterina sea lo más fisiológica posible. Así, mujeres de alto y de bajo riesgo, pueden tener la cesárea o el parto natural con la máxima humanidad y con las máximas posibilidades, de modo que la madre y el bebé vivan la maternidad del modo más adecuado y lo más basada posible en la evidencia científica”.
Las guías de práctica clínica ya recomiendan el pinzamiento tardío del cordón umbilical y la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoya esta técnica. También se han publicado estudios bastante recientes: la revisión de Cochrane (2019) de 40 trabajos, concluye que el pinzamiento tardío del cordón umbilical reduce el riesgo de muerte en prematuros. Además, el estudio de la Universidad de Sídney, realizado en 25 hospitales de 7 países y con datos de 1.500 neonatos, señala que esperar 1 minuto a pinzar el cordón umbilical de los nacidos antes de las 30 semanas, excepto que requieran reanimación inmediata, reduce un 17% el riesgo relativo de muerte o de discapacidad en la primera infancia.
Esperar entre 30 segundos y 1 minuto para seccionar
El procedimiento de parto vaginal o de parto por cesárea es el mismo de siempre, el habitual, con la diferencia de que la reanimación del bebé se realiza mientras el cordón umbilical aún se mantiene unido a la madre. Por ello, es necesaria la incorporación al quirófano del equipo de Neonatología. Solo es necesario acercar la cuna de reanimación a la cama de partos.
Cuando el bebé sale del útero materno, se le coloca encima de la cuna de reanimación, situada lo más cerca posible de la madre debido a la longitud limitada del cordón umbilical. “Es una cuna de reanimación adaptada, con un sistema de calefacción radiante que lo envuelve totalmente”, explica la doctora Moliner. “Además de la plataforma donde atendemos al recién nacido, también cuenta con un sistema de calefactor situado en el colchón para evitar que el neonato, cuando nace, no pierda calor, y también tiene un respirador manual por si es necesario proporcionarle asistencia respiratoria”.
Los obstetras esperan un mínimo de 30 segundos e, idealmente, hasta el final del latido del cordón umbilical, para realizar el pinzamiento. Cuando se pinza, se corta con un utensilio estéril.
Simulación previa y coordinación de un equipo multidisciplinar
Los expertos coinciden en señalar que el seguimiento estricto del protocolo y la completa coordinación entre los distintos equipos que intervienen es crucial: Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Enfermería de quirófano, Matronas, Anestesiología…
El doctor Garcia Manau comenta que “hemos realizado varias simulaciones para determinar cómo debemos situarnos en cada momento los profesionales de los diferentes equipos para llevar a cabo el procedimiento con la máxima seguridad para la madre y para el neonato. Porque es necesario tener en cuenta que somos un equipo más amplio, con los compañeros de Pediatría, que deben estar con la cuna de reanimación muy cerca de la madre debido a la longitud limitada del cordón umbilical”.
Por su parte, la doctora Moliner explica que “por ejemplo, la idea inicial era que Pediatría estuviera situada en el lado izquierdo de la madre, pero en la simulación vimos que era mucho mejor ubicarnos a la derecha para facilitar la infraestructura del quirófano y favorecer la labor asistencial de todos los equipos implicados”. La doctora Garrido afirma que “ahora mismo somos un equipo muy bien preparado y coordinado. Trabajamos muy bien juntos y nos entendemos muy bien”, y añade que “cuando tenemos evidencia de que algo aporta beneficios para la madre y el bebé, nos ponemos en marcha, como ha sido el caso”.
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