Indignidad, miseria, cerebelos marchitos, miopía de conveniencia, falta de escrúpulos, total indiferencia hacia el ser humano, lo cierto es que la Comunidad Autónoma de Castilla y León lleva demasiados meses colocando en el epígrafe de la basura las agujas de la vergüenza que entrega mensualmente a los pacientes insulinodependientes, sin tener en cuenta la pésima calidad de las mismas y los riesgos que esto conlleva.

En mi caso personal, como sobreviviente de cáncer de páncreas, son cuatro las veces que tengo que inyectarme al día (otras tantas las ingestas de enzimas pancreáticas). Si bien al principio las agujas eran de 8 mm, con mi peso de 49 kilos éstas me dejaban en el cuerpo más cardenales que en el Vaticano en la época de “resplandor”. Al final, tuve que solicitar otras más pequeñas que me las entregaban sin ningún tipo de problema.
Pero hete acá que, desde hace menos de un año, comenzaron a administrar, de manera sorpresiva, un nuevo modelo de 4 mm fabricadas en Italia y de pésima calidad. La deformación profesional me llevó a indagar, a hacer un seguimiento, a fin de determinar si el fabricante era europeo o por el contrario se trataba de uno de los innumerables atropellos que vienen haciendo los eternos adoradores del estratega Mao Tse-Tung (¡perro viejo en periodismo, no es buena cosa saber tanto!) para facilitar la salida de sus asquerosos productos al mercado europeo. Las agujas se doblan, provocan hematomas, bultos en las piernas y la mayoría están ciegas: no permiten que entre la insulina. Se ha pedido el cambio de dicho material, pero las enfermeras de los centros de salud de esta comunidad castellano-leonesa no pueden hacer nada y no les queda otra que armarse de paciencia. Una paciencia de los sanitarios que está a prueba de bomba y que no tardando mucho va a terminar por explotar.
“L´ogo debe essere rimosso ed eliminato dopo ogni iniezione” (la aguja debe eliminarse después de cada inyección), algo que es imposible que los diabéticos tipo uno puedan llevar a cabo, dado que la caja viene con cien unidades, la mitad están ciegas y muchos de los pacientes que tenemos que pincharnos cuatro veces al día, con este material defectuoso solo tenemos para una semana. Es decir, o se reutilizan más de tres veces o no queda otra que quitárnoslo de cosas necesarias (porque las personas honradas no lo ganamos precisamente rezando el Ángelus), como el no poner la calefacción en pleno invierno, ni el aire acondicionado durante las altísimas temperaturas del verano castellano, no encender el hornito eléctrico, ni el tostador de pan, ni mucho menos la secadora de ropa o la plancha (¡la arruga es bella!) y así poder comprar agujas decentes (fabricadas en España) a través de las farmacias y pagar lo que marca.
Para los trabajadores que hemos cotizado a la Seguridad Social casi tres décadas no hay nada gratis, sino que tenemos que abonar una parte significativa en todas las medicinas, incluidas aquellas sin las cuales no se puede vivir, como son las insulinas, las enzimas pancreáticas y muchas otras.
Y yo le digo a vos, presidente de la Comunidad de Castilla y León: menos ágapes colectivos, menos estatuas viales, menos floritura, menos cuadros simplones para ornamentar los despachos de algunos jefes de hospitales (con olor a añejo de la larga espera para su construcción, pues desde que éstos se proyectan, por aquellos que yacieron sin querer yacer, hasta que se ponen en marcha, como ha sucedido con el de Salamanca, pueden pasar más de dos décadas y media), los que se creen que son Colón pero que no logran poner un huevo de pie.
Todo mi respeto, admiración y agradecimiento a los sanitarios vocacionales, a esos profesionales de la medicina que se dejan la vida para salvar la vida de los enfermos, los que miran el reloj para entrar en los quirófanos pero nunca para salir. Sanitarios que ya no pueden con tanta carga, que están cansados de seguir las órdenes-contraordenes de consejeros de todo y sabedores de muy poquito que… ya no pueden con tanta carga. Sí, menos asesores de imagen (porque los que nacieron feos morirán horrorosos) y más medios (en el acá y ahora) para la Sanidad Pública que pagamos y hemos pagado los españoles currantes.
Es evidente que los políticos ignoran lo que es humanidad, no tienen conciencia porque el principio y fin de todos sus proyectos están más cerca de sus faltriqueras que de los pobladores.
Volviendo al tema de las agujas de insulina, abro el interrogante: ¿Quién o quienes controlan las compras del material sanitario en esta Comunidad Autónoma? ¿Un estrábico, quizás? Un ahorro en agujas es una cantidad ridícula si tenemos en cuenta las complicaciones y la incertidumbre que evitaría una hipoglucemia severa que cuesta casi cuatro mil euros por persona. ¿Cuántas agujas de calidad se comprarían con esa plata? Hay que ser muy miserable para ahorrarse esa cantidad sabiendo los riesgos que provocan estas agujas hediondas que no sirven ni para pinchar a un pájaro.
España está comprando material sanitario que ningún otro país quiere (proveniente de la “chinatona”) dado que para su fabricación se utilizan componentes de octava categoría. ¿Qué pasó, qué sigue pasando, con las mascarillas chinas que han venido entregando a todo el personal sanitario, que incluso se venden en ciertos grandes supermercados y que contaminan mucho más que protegen? Como viajera que he dado la vuelta al mundo, en 25 años, que he pisado dos veces el quinto continente (siempre liviana de equipaje), que he visto la realidad de la vida en primera línea, no puedo comprender que estén llevando las riendas de un país, que se autodenomina del primer mundo, analfabetos funcionales que miran pero no ven… por mucha cirugía ocular que se hagan para no ponerse gafas.
¡Bendito tercer mundo que me hizo comprender que España sigue siendo el culo de Europa detrás de un peñón!
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios