Ayer justamente no fue, pero casi, cuando decíamos de la curiosa situación vivida por los opositores que se presentaron en Badajoz, cuales aguerridos guerreros, para competir en buena lid por una plaza fija como personal estatutario.
Ganaron algunos la batalla que creyeron concluiría la guerra, pero pese a haber treguas pactadas (contratos firmados), sólo fueron eso, y las treguas a veces se rompen, como en el caso que nos ocupa.
Toda esta beligerancia surgió de una combativa opositora que opto por reclamar auxilio (que no piedad) a los poderes superiores, denunciando que el tribunal modificó la nota de corte del segundo examen después de que los opositores ya habían realizado la prueba.
Recurrió al consejo de sabios del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), obteniendo mudas respuestas y debiendo continuar con su batalla y recurrir a más superiores poderes, personados en el Tribunal Supremo, que hicieron visible la verdad, dándole la razón y anulando la citada OPE desde ese segundo examen.
El alto tribunal Supremo (sin alardes salomónicos) rechazó en el auto del 20 de febrero los incidentes de nulidad que interpusieron 41 enfermeros (titulares desde hace más de cuatro años de una de esas plazas) para pedir que anulara o se repitiera el proceso judicial nuevamente y desde el principio.
Ahora el TSJEx debe ejecutar la sentencia que le obliga a repetir a partir del segundo examen la oposición de Enfermería de Atención Continuada, de la oferta pública de empleo (OPE) de 2007.
Además, dice la sentencia, las partes que se han opuesto a la nulidad deberán recibir 3.000 euros, en concepto de costas, que serán abonados por los promotores de los incidentes de nulidad, a los que sólo les queda elevar a los más altos poderes un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Ya de aquella contienda son pocos los guerreros que permanecen erguidos, y menos aún los 267 cabizbajos que obtuvieron su plaza en propiedad tras esa OPE, y que deberán repetir del proceso. Se creían seguros de su puesto de honor ganado en el campo de batalla, y con estas vicisitudes son desconocedores del sino que les depara su destino.
Como en todas las batallas, siempre hay vencedores y vencidos, pero en esta en particular, cada cual que se sitúe donde crea conveniente, ya que en ambos lados hay argumentos; pero es que en la guerra dicen que todo vale…
(En caso de vicisitudes sobre su estado de salud, pueden acudir a su enfermero).
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