Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen en el mundo más de 1,5 millones de casos de hepatitis viral, fundamentalmente de los tipos B y C. Por ello, el cribado juega un papel clave para detectar estas infecciones de forma precoz y lograr su eliminación.
De hecho, la estrategia de la OMS contra las hepatitis virales busca reducir en un 90% las nuevas infecciones y en un 65% las muertes de aquí al año 2030, tal y como se recuerda desde la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, que se conmemora el 28 de julio.
Qué son las hepatitis virales
Las hepatitis virales (cuyas principales cepas son de tipo A, B, C, D y E) pueden causar inflamación en el hígado, convirtiéndose en un grave problema de salud. De hecho, la OMS estima que el 78% de los casos de cáncer primario en hígado y el 57% de casos de cirrosis hepática son debidos a infecciones por hepatitis virales, especialmente, del virus B o C. Gracias a la vacunación, las pruebas de diagnóstico y los tratamientos farmacológicos, entre otros factores, es posible prevenir cerca de 4,5 millones de muertes prematuras en países de bajos y medianos ingresos de aquí a 2030, según datos del organismo internacional.
En líneas generales, las hepatitis B, C y D no producen síntomas hasta que no están en un estadio muy avanzado, y sus principales vías de contagio son por transmisión parenteral y/o prácticas sexuales de riesgo. Sin embargo, existen importantes diferencias entre ellas, según aclaran los doctores Inmaculada Fernández, jefa del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid); Javier Crespo, jefe del mismo servicio en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), y Marta Casado, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Torrecárdenas (Almería), que participaron recientemente en una mesa titulada Hepatitis virales: más allá del virus C, y programada en el marco del LXXXII Congreso de la SEPD.
La hepatitis B
- La hepatitis B puede producir un cuadro agudo o crónico si se prolonga en el tiempo
- Se estima que existen alrededor de 250 millones de personas infectadas en el mundo. En España, su prevalencia oscila entre el 0,4 y el 0,7. En algunos grupos, especialmente en migrantes de zonas con alta endemicidad, la prevalencia puede ser más alta.
- España dispone de una vacuna contra esta enfermedad desde hace más de 30 años, por lo que la mayoría de los casos se sitúan en mayores de 30-40 años de edad.
Hepatitis C
- La infección puede ser aguda (el 15% de las personas infectadas pueden eliminar el virus sin necesidad de tratamiento) o crónica (con síntomas leves o inexistentes hasta que no se desarrollan estadios avanzados, como la cirrosis.
- Se estima que padecen esta hepatitis vírica entre 40 y 60 millones de personas en el mundo. En España, la prevalencia de la infección activa ha bajado de forma drástica como consecuencia del plan estratégico frente a la hepatitis C.
- Además de la enfermedad hepática, el VHC puede provocar diferentes manifestaciones extrahepáticas, incluyendo un incremento del riesgo de padecer diabetes mellitus, un incremento del riesgo vascular o algunas otras alteraciones raras, como la vasculitis crioglobulinémica.
La hepatitis D
- La hepatitis D está causada por el virus considerado más singular, ya que para realizar su ciclo de replicación necesita del recubrimiento externo de la hepatitis B.
- Su infección puede producirse en un paciente que ya era portador crónico de la hepatitis B o de forma simultánea con ésta.
- Al menos un 5% de los pacientes con hepatitis B tienen también hepatitis D.
El cribado, fundamental pare evitar la reactivación de la hepatitis B
Según recuerda la Dra. Inmaculada Fernández, prevenir la reactivación de la hepatitis B es sencillo a través del cribado mediante serología, que debe realizarse a todos los pacientes que vayan a recibir tratamientos susceptibles de reactivar la infección viral. Entre ellos se encuentran los fármacos inmunosupresores, los inmunomoduladores o los quimioterápicos. “Dependiendo del estado de la infección y del tratamiento que vayan a recibir, puede estar o no indicada la profilaxis antiviral para evitar esta reactivación”, indica.
En este sentido, la experta señala que, en la actualidad, en España no hay disparidad a la hora de diagnosticar y tratar la hepatitis B, y las personas afectadas pueden acceder a la serología independientemente de dónde residan.
España, el país más avanzado para la eliminación de la hepatitis C
Por su parte, el Dr. Javier Crespo destaca que, en los últimos años, España se ha convertido en el país más avanzado en la eliminación de la hepatitis C gracias al impulso de medidas a nivel estatal y autonómico, las acciones llevadas a cabo por sociedades científicas y asociaciones de pacientes o la implantación de mejores prácticas para el manejo de esta infección. Esto ha hecho posible que, en la actualidad, la prevalencia del virus C sea entre tres y cuatro veces más baja que la del virus B.
No obstante, durante su intervención en el congreso también expuso las tareas pendientes para conseguir la eliminación de la hepatitis C, a través de tres iniciativas concretas. La primera es el cribado universal. A este respecto, el especialista destacó la necesidad de que toda la población adulta se haga, al menos una vez en la vida, una determinación de anticuerpos ante el virus de la hepatitis C (o cribado oportunista) a través de un simple análisis de sangre.

Diagnóstico integral de hepatitis víricas
“A pesar de que esta medida ya existe en los planes de eliminación de la hepatitis C en Galicia, Andalucía y Cantabria, todavía hay disparidad e inequidad entre las diferentes regiones para diagnosticarla de forma precoz”, apuntó. Dentro de este cribado oportunista, resaltó la necesidad de extender esta prueba en los servicios de Urgencias, donde con frecuencia se atiende a pacientes que no acuden a otros dispositivos asistenciales.
Con la segunda iniciativa, el diagnóstico integral, se puede detectar si el paciente sufre más de una infección viral. Por ejemplo, puede conocer si está infectado de hepatitis C o VIH, no solo de hepatitis B, especialmente si se sospecha que puede presentar una enfermedad de transmisión sexual.
Por último, el experto destacó los programas de eliminación en las poblaciones vulnerables a través del refuerzo del diagnóstico y tratamiento en aquellos pacientes con riesgo de reinfección, como los usuarios de drogas por vía parenteral, las personas que practican chemsex o sexo con drogas o las personas con profilaxis preexposición (PrEP) para reducir las posibilidades de infección por VIH, entre otros.
La hepatitis D, un problema emergente
Según se recuerda desde la SEPD, la hepatitis D es la forma más grave de hepatitis viral, ya que la infección puede producir serios problemas hepáticos, como descompensación, cirrosis o desarrollo de carcinoma hepatocelular. De hecho, en la actualidad, el único tratamiento disponible en España frente a esta enfermedad es el interferón, un agente que logra suprimir la actividad viral sólo en una minoría de pacientes tratados y que provoca muchos efectos secundarios. Sin embargo, existen avances farmacológicos que han mostrado mayor eficacia y tolerancia, como bulevirtide, un antivírico autorizado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), pero aún no por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Así lo expuso la Dra. Marta Casado, quien también destacó la importancia de establecer estrategias técnicas de cribado, como el diagnóstico de un solo paso, un sencillo análisis para detectar hepatitis D en todos aquellos pacientes con hepatitis B. “Actualmente, este tipo de pruebas solo se realiza en el 18% de las personas con hepatitis B, cuando debería hacerse al 100% de los pacientes”, manifestó la especialista.
“Debemos ser conscientes de que la hepatitis D sigue infradiagnosticada en España, debido a que todavía hay pacientes infectados que no sabemos que lo están, porque no se hace el cribado. Por todo ello, las comunidades autónomas deben de tener las herramientas necesarias para implementar el diagnóstico en un solo paso”, recalcó.
Además, los expertos coincidieron al señalar la importancia del papel del especialista en Aparato Digestivo para la frenar la progresión de las hepatitis virales, a través de un correcto diagnóstico y el seguimiento de los tratamientos en este colectivo de pacientes.
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