Alfombra de gala para la solidiaridad

Un comienzo estremecedor consiguió emocionar a muchos de los asistentes. En el inicio de la gala de entrega de sus XVIII Premios Solidaridad, Cruz Roja decidió recordar a los miles de afectados por el tifón que asoló Filipinas el pasado mes de noviembre con la simulación de una catástrofe que, una vez más, movilizó a la organización desde los primeros instantes.

Desde ese momento, el auditorio de Fonseca se llenó de historias de generosidad y humanidad, como no podía ser menos en un acto que, desde 1996, busca reconocer aquellas acciones de personas, colectivos y empresas que sobresalen por cualidades como la empatía, la cercanía al prójimo, el altruismo y el espíritu de ayuda. En esta ocasión, 21 eran las candidaturas presentadas a unos premios con un importante componente de recuerdo, ya que desde el principio se hizo referencia a la celebración de los 140 años de historia de Cruz Roja en Salamanca a través de un breve audiovisual que ha mostrado la evolución de la institución desde su nacimiento, en 1873, y la recreación de dos míticas películas, Tres de la Cruz Roja y Las chicas de la Cruz Roja.

Además, durante el evento se rindió un merecido homenaje a la socia y al voluntario más antiguos de la organización salmantina, María Jesús González y José Alonso, vinculados a la entidad humanitaria desde hace 38 y 34 años.

Pasado, presente…. y futuro. Porque dos estudiantes de Periodismo de la Universidad Pontificia de Salamanca, Coral López y Vicente Campo, ejercieron como maestros de ceremonias de una gala en la que se inauguró el podio de ganadores con el Premio Solidaridad a la Acción Individual, que ha recaído en José Ángel Martín Oterino, fundador, junto a unos amigos, de la Asociación de Amigos del Cayapas (Ecuador). La ONG desarrolla su trabajo en plena selva del norte de Ecuador, donde las comunidades indígenas han empezado a recibir una atención sanitaria que ayuda a mejorar sus precarias condiciones de vida.

Reconocimiento para Salamanca Acoge

Instantes después, la asociación Salamanca Acoge se alzó con el Premio Solidaridad a la Acción Colectiva por su labor de apoyo a personas inmigrantes y su papel mediador entre la población local y la que llega a nuestro país para favorecer una integración real y facilitar la interculturalidad.

En cuanto al Premio a la Solidaridad Empresarial, el jurado ha decidido reconocer al periódico DGratis por mantener una sección dedicada a la discapacidad que permite a los ciudadanos recibir información de proyectos y conocer historias particulares que promueven la solidaridad en este ámbito.

La iniciativa de recoger tapones de plástico para ayudar a niños con problemas de salud le ha valido a la Fundación SEUR el Premio a la Solidaridad Infantil. Tras la entrega del galardón apareció por sorpresa la periodista Sonia Luengo, presentadora de la anterior edición de una cita en la que por primera vez se otorgó el Premio a la Solidaridad con Personas con Discapacidad. La asociación AFIM fue la seleccionada por el jurado, que valoró la organización de actividades, excursiones y gymkanas enfocadas a conseguir que este colectivo se relacione y disfrute del tiempo de ocio. Entre otros proyectos, ha creado recientemente el blog No somos avestruces.

Pero la discapacidad tuvo un protagonismo especial durante el acto, ya que el Premio Especial Solidaridad 2013 ha recaído en otra entidad que trabaja en favor de este colectivo, ASPRODES-FEAPS, que celebra este año su medio siglo de vida y que presta apoyo a más de 700 personas con discapacidad a través de numeroso proyectos y servicios, entre los que se encuentran residencias y centros de día.