La maldita hemeroteca, como la llaman algunos, pone de manifiesto que los males de la Atención Primaria no son por la dejadez de unos cuantos días, sino de años en los que la Administración ha mirado para otro lado ante las constantes demandas de quienes viven a diario el deterioro del primer nivel asistencial, en cuanto a profesionales, financiación, recursos y autogestión.
Es la voz de los médicos y pediatras, quienes, a pesar de todo, todavía consideran que el Día de la Atención Primaria “es una fiesta para nosotros” porque “somos profesionales de vocación” y porque, antes las dificultades y los recortes, “hemos conseguido mantener una asistencia de calidad”.
Eso sí, ha tenido que ser por la pasión -#PasiónPorLaPrimaria dice este año su lema- más que por las condiciones laborales; y la pasión, si no se alimenta, se acaba apagando. Incluso entre quienes son referentes por su entrega, su vocación y su servicio a la profesión al frente de sociedades científicas, colegios de médicos y sindicatos, como es el caso de los protagonistas de esta comparecencia en el Colegio de Médicos de Salamanca (COMSAL): los doctores María Auxiliadora Velasco Marcos, vocal de Atención Primaria Urbana de COMSAL; Alfonso Romero Furones, representante de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC); María Antonia Hernández Hernández, representante de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Juan Manuel García Paíno, representante de Atención Primaria del Sindicato Médico CESM; y Francisco Javier Pellegrini, vicepresidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
Utilizando el mismo símil que la considerada mejor médica de familia del mundo, Verónica Casado, el doctor Alfonso Romero propone que visualicemos un típico castell de Cataluña como ejemplo gráfico de lo que supone la Atención Primaria como base fundamental de todo el sistema sanitario. “Aunque pueda parecer que el último casteller, el que está más arriba, es el más importante, tiene que haber una base que lo sostenga, y durante años, esa base se ha ido abandonando. Todo nuestro SNS se puede derrumbar cuando falla la Atención Primaria”.
Porque la realidad, a la que ahora ya hace frente todo el colectivo de médicos unido en el Foro de la AP, desde las sociedades científicas, hasta los estudiantes, los colegios de médicos y el sindicato estatal CESM, es que “vivimos una situación crítica, en la que cada vez es más difícil trabajar”, en palabras de María Auxiliadora Velasco, una de las médicas que más carga asistencial soporta en Salamanca, en un centro de salud que puede llegar a las 1.800 cartillas por facultativo.
Y aún así, mantienen viva la perspectiva de su profesión, que no es otra que asistir al paciente, de forma cercana, casi de familia, como indica precisamente el nombre de esta especialidad. “Somos médicos de vocación, y por eso la Atención Primaria sigue gozando de buena salud en Salamanca, por la enorme calidad de los compañeros”, asegura, por su parte, María Antonia Hernández.
Una calidad que, sin embargo, y como apunta Juan Manuel García Paíno, se está resquebrajando por “una desmotivación” cada vez más generalizada, “no por culpa nuestra, sino por la continua falta de apoyo”. Valga como ejemplo, “la cantidad de compañeros que sin cumplir los 65 años piden la jubilación, porque aunque disfrutan con su trabajo, no pueden con las trabas de la Administración, las acumulaciones y la falta de motivación”. Por no hablar de la pérdida de hasta un 25% del poder adquisitivo de los médicos desde 2012, hasta que, finalmente, llega “la apatía, la desidia, la desgana, es muy, muy triste”.
“Nos ha costado mucho tener lo que tenemos”
La mala planificación de los recursos humanos que se traduce en falta de profesionales donde más se necesitan, los contratos precarios que han hecho emigrar a los MIR, la sobrecarga por la cobertura de las ausencias de los compañeros, la desigual distribución en el número de cartillas… situaciones que nos han llevado, sin remedio, “a una pérdida de la calidad asistencial”, añade García Paíno, y pide, de forma ya urgente, medidas como que se paguen las acumulaciones, “ya que parece que no hay médicos sustitutos”, que se vuelva a las 35 horas, que se abone la manutención, que se flexibilicen las jubilaciones o que se pongan las medidas necesarias para recuperar el poder adquisitivo.
“Nos ha costado mucho tener lo que tenemos y por la mala planificación lo estamos poniendo en peligro”, asegura Pellegrini, consciente del privilegio que tenemos los españoles, aunque ya no todos, de contar con un pediatría en el centro de salud hasta los 14 años, algo que no ocurre en ningún país de nuestro entorno, y en toda Europa, sólo pueden presumir de ello, y no de la misma forma, Polonia y Lituania.
“Fabricar un médico de familia o un pediatra nos cuesta 11 años, han tenido tiempo para pensar las jubilaciones que se iban a producir, y no lo han hecho; ahora lo mínimo es que se distribuya bien lo que tenemos hasta que seamos capaces de retener a los jóvenes médicos en España”, añade.
Ésta es la realidad. Médicos de Familia hay más que nunca, pero se van. En Salamanca, unos 13 que acaban la formación cada año y se van. 285 en Castilla y León hasta 2010, y se fueron todos. No es de extrañar, por tanto, que los tutores de residentes, que no tienen ninguna compensación por su enorme trabajo, acaben por desistir, y así lo documenta la inminente publicación de Alfonso Romero Furones, que lleva 25 años formando a los futuros médicos, y que alerta del “gravísimo riesgo de la pérdida de tutores por jubilación, concurso de traslados o renuncia”.
Fidelizar a los profesionales
No se trata, como señalan estos expertos, de hacer convocatorias extraordinarias de MIR, sino de fidelizar lo que tenemos, de haberlo hecho a su tiempo, o de reconvertir a los médicos de área en verdaderos médicos de Familia, aquellos que tienen sus pacientes, los conocen, saben de su entorno, de sus circunstancias personales… y son capaces, por tanto, de resolver hasta el 90% de los problemas de salud que llegan a las consultas. Abordándolo con un “cuidado integral”, donde las emociones también son importantes, a lo largo de toda su vida, incluido el final y los cuidados paliativos, en gran medida, también, en manos de los médicos de Primaria.
Por todo ello, reclaman también abordar con valentía un reto no resuelto en el medio rural, porque “es inadmisible que un profesional tenga 300 cartillas frente a otros con 1.800, aunque políticamente siga resultando inadecuado abordar este problema”.
“¿A qué tiene que ir un médico a pasar consulta en un pueblo a dos personas? ¿qué aliciente puede tener un médico con 10 años de formación para atender a 200 personas mayores y nada más?”, se pregunta el representante del CESM, consciente de que ponerle el cascabel al gato en este aspecto no va a ser tarea fácil.
Menos si todas las decisiones se acaban tomando en Valladolid, “con un centralismo peor que el que sufríamos en época del Insalud desde Madrid”. “¿Para qué queremos un gerente de Atención Primaria o un director médico en Salamanca si no pueden tomar decisiones”, se pregunta también el doctor Pellegrini.
Preguntas sin respuesta o planes que “son papel mojado” como e presentado ayer por la ministra de Sanidad, porque la voluntad política, en casos tan claros, se demuestra con financiación y redistribución, siempre con la opinión de los profesionales, que reclaman mas poder de gestión de los centros y de gestión de las pruebas diagnósticas de sus pacientes.
Papel mojado
“Decir que se van a bajar los cupos de pacientes por médico o que se van a limitar las esperas no urgentes a 48 horas sin más profesionales y sin dotación económica es papel mojado que suena a elecciones inminentes”, añade Pellegrini.
Y lo cierto es que en periodo electoral hay que ir, más si cabe, con pies de plomo. Porque aunque “es un día para valorar lo que tenemos y para hacer lo posible por conservarlo”, habrá que esperar a un gobierno estable para exigirlo.
“Un médico de Familia es un médico especialista, la Administración debe saber que, como tales, necesitan gestionar sus propios recursos, y que para preservar este nivel asistencial, es prioritario fidelizar a los profesionales”, aseguró para concluir el presidente del Colegio de Médicos, el doctor Santiago Santa Cruz.
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